¿Por qué Arguiñano o Chicote no tienen estrella Michelin?

Son dos de los chefs más famosos de nuestro país y no tienen la distinción de la famosa guía
Karlos la tuvo al comienzo de su carrera pero la perdió años después
Los proyectos televisivos, en ambos casos, podrían ser la principal explicación, no la única
Puede que sean dos de los cocineros más conocidos y queridos de nuestro país. Sin duda, su aparición constante en televisión influye, definitivamente, en que sus caras sean reconocidas a la alto y ancho de nuestro país y millones de personas no se pierdan sus apariciones en la “caja tonta”.
Son muchas horas de televisión las que suman entre ambos. Miles de recetas en varias décadas de evangelio culinario en las ondas. Decenas y decenas de restaurantes salvados gracias a su experiencia en los fogones. Incluso, los libros que ha publicado Karlos se cuentan por docenas y, prácticamente todos, son súper ventas. ¿Entonces?
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Arguiñano… la tuvo y la perdió
No hay una respuesta única. De hecho, no pensamos que “la envidia”, como dijo Karlos Arguiñano recientemente, fuera la razón por la que le quitaron la estrella Michelin que consiguió al principio de su andadura con el restaurante familiar en Zarautz.
El cocinero vasco, que acaba de publicar un nuevo libro de recetas, no se lo explica: “Cómo puede ser que me den la estrella Michelin en el año 1983-1984, y justo cuando empiezo a trabajar en televisión, empiezo a hacerme famoso, en el 90-91 me la quitan. ¿Qué pasa? ¿Se me ha olvidado cocinar? ¡Para nada! Es envidia…”, afirmaba sin tapujos en una entrevista hace poco más de dos años.
Lo que tenemos claro es que una estrella Michelin cuesta un mundo ganarla. Hay que llegar a la excelencia culinaria y mantenerla en el tiempo, ser capaz de aunar el sabor con la puesta en escena, contar una historia a través de los distintos platos… y eso requiere mucho tiempo y dedicación, algo que no te sobra cuando estás en los platós de televisión… por mucho “savoir faire” que tengas en los fogones: sin trabajo y dedicación plenas, difícil que llegues al nivel exigido.
Además, Arguiñano, conocido por sus chistes y chascarrillos por la cocina y por su labia fácil, se ha dedicado a muchos de sus otros hobbies. Así, no es extraño verle en los circuitos de velocidad, viendo las carreras de motos. De hecho, ha llegado a ser propietario de algún equipo en el Mundial de velocidad y eso, es innegable, te quita mucho tiempo y recursos para distinguirte sartén en mano.
Chicote llegó a obtener el premio al mejor chef de España, pero…
El caso de Alberto Chicote es muy parecido. No es tan prolífico en cuanto a la publicación de libros de éxito pero, en cambio, ha logrado ser elegido para retransmitir las campanada de Año Nuevo en varias ocasiones, algo que no está al alcance de cualquiera.
Cuando saltó a la fama presentando un talent de cocineros profesionales ya era conocido en el mundillo gastronómico. Pasó un casting brutal hasta que le eligieron como presentador principal de Top Chef, con el que se ganó una fama implacable, juzgando incluso a cocineros con estrella Michelin, sin tenerla él mismo.
Cuando el concurso de chefs no renovó, en el grupo audiovisual le buscaron programa, pues era un animal televisivo que no había que desaprovechar. Ahí surgió el formato británico “Pesadilla en la Cocina” y la octava temporada que se emite actualmente hablar por sí solo de su éxito, aunque cada temporada pierde algunos miles de espectadores.
Alberto ha dado un sinfín de entrevistas en las que le han preguntado por este inexplicable hecho, y él siempre dice que su objetivo es “dar bien de comer, no obtener una estrella Michelin”.
Actualmente se ha desligado de la cadena “Yakitoro”, comida fusión, la mayoría en brochetas, bastante sabrosa y desenfadada. Ahora pasa más tiempo en su restaurante “Puertalsol”, en la quinta planta de El Corte Inglés de la emblemática Plaza madrileña, cocina mucho más elaborada y en la que podría aspirar al preciado galardón de la guía francesa, y sobre todo en su último proyecto, inaugurado hace unos meses, Omeraki, dónde no es descabellado pensar que pueda llegar a lucir la estrella en breve.
Chicote logró su máxima fama tras los fogones al mando del restaurante NODO, en 1999. Después saltó a Pan de Lujo, donde en 2005 logró la distinción de Mejor Cocinero del Año en el evento Madrid Fusión. Parecía llamado a lucir los verdes laureles de la fama y de los premios internacionales cuando la tele se cruzó en su camino. La evidente falta de tiempo y dedicación ha lastrado las opciones del ex jugador de rugby para obtener el mítico premio.