¿Beneficios del ayuno en el envejecimiento? “Es como un bisturí, puede salvarte la vida o destrozarte”

  • Entrevistamos a Edgar Barrionuevo, autor del libro 'Ayunízate'

  • Hay evidencia científica de la relación positiva que existe entre el ayuno y el envejecimiento

  • "Tanto genética como biológicamente estamos programados para ayunar"

La palabra ayuno ha entrado en nuestra vida como un elefante en una cacharrería. En los últimos años, hemos pasado de tener que hacer cinco comidas al día a poder pasar horas y horas sin ingerir alimentos y encontrar en eso ventajas para nuestro organismo. Sin embargo, se trata de un hábito conflictivo y hay opiniones para todos los gustos. De los conservadores a los innovadores, ni siquiera entre los expertos hay unanimidad. Hablamos con Edgar Barrionuevo, autor de ‘Ayunízate’, para que nos explique cómo se hace bien y qué beneficios tiene durante el envejecimiento.

¿Es tan bueno o tan malo como dicen?

Al ayuno le rodean muchos mitos que vienen por creencias que hemos ido recibiendo durante toda nuestra vida porque tenemos un pasado reciente en el que había falta de acceso a alimentos y, además, tenemos una industria por detrás que promueve el consumo.

Realmente yo siempre lo comparo con una herramienta que puede tener cirujano, por ejemplo, un bisturí, que puede salvarte la vida o puede destrozarte. Cuando se enfoca desde una perspectiva voluntaria, positiva, como algo que va a sumar y se hace desde la tranquilidad, se van a desencadenar todas esas maravillas que sabemos que a nivel metabólico, fisiológico y mental. El problema es cuando nos genera estrés, depende de muchos factores y no es para todo el mundo.

¿Ayunar es dejar de comer totalmente?

Sí, literalmente es lo que significa, una restricción total de alimentos. Sin embargo, lo que practicamos es un ayuno modificado, es decir que se aceptan algunos compañeros de viaje líquidos, sobre todo para esa ventana de horas en las que estamos sin comer. Evidentemente deben llevar azúcar para no romper el descanso metabólico.

¿Cada cuánto se puede ayunar?

Hoy día el ayuno puede ser un estilo de vida. Por ejemplo, yo ayuno desde la noche hasta el mediodía y eso lo intento mantener todos los días, es lo que se conoce como ayuno intermitente. Además, existen otro tipo de ayunos prolongados que se hacen durante uno o varios días concretos. Esto se puede hace una o dos veces al año, incluso uno por cambio de estación si no tenemos buenos hábitos. Es muy subjetivo y depende mucho de cada persona y de cómo se adapta a ello. Si todo el mundo lo hiciera, estaría la población mucho mejor.

¿Existe una relación positiva el ayuno con el envejecimiento?

La relación es muy directa. Hay estudios que demuestran que existe una relación directa entre la restricción calórica del ayuno y la ralentización del acortamiento de los telómeros – una parte de nuestro ADN- que se produce durante el envejecimiento.

¿Lo puede seguir cualquier persona?

Tanto genética como biológicamente estamos programados para ayunar. Nuestro cuerpo pone en marcha los mecanismos que naturalmente tenemos para obtener energía de nuestras reservas. Nunca el ser humano ha comido cinco veces al día, solo ha sucedido en las últimas dos o tres generaciones. Hemos vivido una forma radicalmente diferente de relacionarnos con la comida y ahora mismo hay más enfermedades relacionadas con el exceso de comida que con la carencia. Muere más gente en el mundo por obesidad y sobrepeso que por hambre. Es una incoherencia muy fuerte que vivimos con normalidad.

¿Qué plan le recomendarías a alguien que no ha hecho nunca un ayuno?

Quizá lo más coherente sería empezar progresivamente, es decir, empezar con los ayunos intermitentes, con los más cortitos de doce horas, para que la persona vaya observándose y notando las sensaciones que tiene. Una vez que estemos más familiarizados, podemos ir entrando en ayunos más profundos. Poco a poco, con un criterio de progresión.

¿Y esa persona que va a notar?

Se le van a ir rompiendo algunos esquemas porque va a ir viendo que va a estar muchas horas sin y no solo va a ver que no pasa nada, sino que va a ver que tiene más energía, y que se siente más ligero. Puede notarse mentalmente más concentrado, con más ganas de hacer cosas. Al estar en un proceso de desinflamación, este no es solo corporal sino también cerebral y produce beneficios en todos los niveles.

¿Recomiendas a nuestros lectores intentarlo?

Sí, siempre con información, coherencia y consultando a su profesional de la salud de confianza. Hay algunas banderas rojas en el ayuno, como en todo, por ejemplo, personas con trastornos de la conducta alimentaria, durante el embarazo o lactancia, momentos de debilidad muy grave por una enfermedad muy fuerte... por eso conviene tratarlo con un médico.