{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
No vamos a pedirte que te cortes en fin de año, tampoco el día 1, salir de este 2020 se merece todo un festín, pero tampoco te dejes, la cuesta arriba después será dramática. A punto de entrar en enero, te proponemos un ten con ten. Date el homenaje y compensa el resto de días. Algo así como por cada turrón una cremita de verduras. Hablamos con María Achón, directora del grado de Nutrición humana y dietética de la Universidad CEU San Pablo para que nos dé unas nociones básicas que aplicar entre tanto día festivo y con las que conseguirás no pelearte con la báscula
Parece claro que durante las fiestas tendemos a consumir una cantidad excesiva de todo. El problema viene cuando no sabemos medir o diferenciar los días marcados en el calendario del resto. Es entonces cuando las grasas, los azúcares y la sal nos hacen perder la línea. "Por eso es especialmente importante el ejercicio físico en esta época. Es un buen momento para salir a pasear en familia, dejar el ascensor de lado o bajarse una parada antes en el transporte público", explica la nutricionista.
Además de este incremento de actividad, también se pueden intercalar entre tanto foie o embutidos otros aperitivos más interesantes desde el punto de vista nutricional. "Gambas a la plancha, langostinos, fresas y uvas como acompañamiento de los quesos, pescado frente a la carne, brochetas de tomates cherry con queso fresco o palitos de verduras con hummus", son algunas de las opciones que nos da Achón.
España es uno de los países con más variedad de dulces navideños. Turrones, mazapanes, polvorones, chocolates… la lista es interminable y, aunque muchas veces los demonicemos no siempre es así. "Algunos tienen un valor nutricional interesante porque están elaborados con almendras, huevos... pero no hay que caer en el consumo excesivo de ellos", apunta la profesora.
En casa, solemos poner una o varias bandejas grandes y, si bien es cierto que la nochebuena son los momentos de celebración, lo adecuado es sacarlas exclusivamente en esos momentos y no pasarnos todo el mes de diciembre y enero comiendo estos productos. "Una vez que se han pasado estas fechas, lo conveniente es guardar estos dulces típicos para la siguiente ocasión. Si tenemos la bandeja a mano, resulta fácil que a la hora de la merienda o cuando volvamos de trabajar incluyamos estos alimentos bastante calóricos y su consumo debería ser ocasional. Por eso colocarlos en cajas bonitas, que luego se puedan cerrar y guardar puede ser una alternativa práctica".
Pan, maravilloso pan. Acompaña cada plato de forma inigualable. El moje de las salsas, la tostada del paté, un piquito con el jamón. Es un alimento básico de nuestra dieta, pero siempre con moderación. "Existe la creencia de que hay que eliminarlo y no es así. Nos da el aporte calórico saludable de hidratos de carbonos, que debería suponer la mitad de la energía de nuestro día. Es saciante, fuente de fibra y vitaminas hidrosolubles, y nos ayuda a seguir una dieta equilibrada. Sin embargo, deberíamos elegir siempre las variedades integrales porque son las más interesantes", especifica la experta.
Debemos partir de la base de que el alcohol no se debería recomendar nunca, ni de baja ni de alta graduación. Y aunque la teoría está muy bien, sabemos que es poco creíble y sobre todo estos días. Pero no nos confundamos. No es cuestión tampoco de beberte lo que no te has bebido tiempo atrás. "Lo ideal es, antes de ingerir cualquier bebida alcohólica, tomar un vaso de agua, que será lo que nos ayude a eliminar la sed. Después, procedemos a tomar una cerveza o un vino".
En adultos sanos, la recomendación es solo una bebida de baja graduación al día, en mujeres y dos en hombres. Pasarse de esto es común entre el aperitivo, la comida y la sobremesa, pero su efecto en nuestra salud es perjudicial. "El organismo tiene capacidad de hacer frente a una ingesta calórica excesiva pero en el caso del alcohol se producen efectos perjudiciales en nuestro cuerpo que no es capaz de asimilar", concluye Achón.