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No es una dieta milagro. Tampoco una pauta que requiera batidos, barritas ni nada por el estilo. Son solo pequeños cambios en tu dieta que no supondrán un gran esfuerzo, pero que tendrán estupendos resultados. Esta dieta, junto con la mediterránea, es una de las más beneficiosas para nuestra salud ya que ayuda a evitar problemas cardiovasculares y controlar la presión arterial debido a su bajo consumo de sodio. Te contamos en qué consiste.
La dieta Dash es un patrón de alimentación pensado inicialmente para mejorar la hipertensión. Sin embargo, se ha convertido en una de las mejores alternativas para llevar una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable. Consiste en reducir el consumo de sal, carnes rojas, dulces y bebidas alcohólicas y, por otro lado, aumentar la ingesta de alimentos como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, huevos, frutos secos, pescados y carnes magras.
Sigue los fundamentos de la comida real, es decir, tomar alimentos frescos y de temporada, dejando de lado los procesados y ultraprocesados de baja calidad nutricional. Hablando de la sal, existen dos opciones, un consumo máximo de 2.300 mg diarios o 1.500 mg. Una u otra debe ser recomendada por un profesional sanitario en función del estado de salud de cada paciente.
"Los expertos recomiendan incluir 4 o 5 frutas con piel al día y tomarlas entre horas, y otras 4 o 5 porciones de verduras como tomate, brócoli, zanahoria…en guarniciones o cremas. El pan, los cereales, el arroz o la pasta son algunos de los alimentos que incluye esta dieta, eso sí, siempre integrales de grano entero porque son más ricos en fibra y nutrientes que los refinados. Con respecto a los lácteos, este tipo de alimentación solo contempla los desnatados o semi en cualquiera de sus versiones. La carne de aves como el pollo y el pavo también está permitida porque es baja en grasas; así como el atún, las sardinas, la merluza o el salmón", nos cuentan los expertos de Altrient.
En España, actualmente, consumimos más sal de la recomendada. Según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición tomamos más de nueve gramos diarios, cuando debería situarse en los cinco. La sal es una de las peores aliadas de la tripa. Una dieta con exceso de sodio produce un aumento de la retención de líquidos, es decir, que provoca que nuestros tejidos contengan más agua de la que habitualmente deberían tener.
Además, cuando existe un aumento de sodio, se estimula la sensación de sed y eso nos obliga a beber más para llegar a un equilibrio hídrico. Para compensar el aumento de volumen, los riñones eliminan la sobrecarga de sodio y agua a través de la orina y esto tiene como consecuencia un incremento de la presión arterial.
Pensada inicialmente para la hipertensión, además de reducir la presión arterial, mejora la salud de los huesos. Esto se debe a que consumir elevados niveles de sodio puede favorecer la excreción urinaria de calcio y así, afectar la densidad mineral ósea. Por otro lado, aporta al organismo una gran cantidad de minerales como calcio, potasio y magnesio que protegen el esqueleto.
También, reduce el riesgo de sufrir cálculos renales y protege los riñones y previene la diabetes tipo 2 que es una enfermedad directamente relacionada con el estilo de vida. La dieta DASH que reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares porque los alimentos aceptados en esta dieta son potentes antioxidantes que influyen sobre los lípidos en la sangre, por lo que es una buena alternativa para tener un corazón sano y fuerte.