‘Dinner cancelling’: beneficios y riesgos de la nueva dieta de moda que suprime la cena

  • Se trata de una variación del ayuno intermitente que puede aportar beneficios antienjevecimiento siempre y cuando se realice bajo supervisión médica

  • El método consiste en no ingerir nada sólido ni líquido calórico desde las cinco de la tarde hasta el desayuno del día siguiente

El 'bendito verano' pasa a ser 'maldito verano' en lo que tardamos en subirnos a una báscula. Los excesos de las vacaciones terminan pasándonos factura, aunque rezaríamos porque no fuese así. Llega septiembre y con él la vuelta a la rutina. Cuidarnos vuelve a encabezar la lista de propósitos y esta vez es especialmente importante. Ya en junio, un estudio de los Facultativos de Servicios de Medicina Interna e Inmunología de la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real, nos advertía que la obesidad es un factor clave en la evolución negativa del coronavirus. En plena segunda oleada de contagios y siendo parte de la población de riesgo en esta pandemia, hablamos con un experto del 'Dinner cancelling', una nueva tendencia que asegura una gran eficacia en la pérdida de peso.

Cómo seguirla, paso a paso

El principio es muy sencillo: dejar de cenar. Este siempre ha sido uno de los remedios caseros más empleados para bajar un par de kilos, lo que podemos llamar un remedio de la abuela de toda la vida, pero ahora es Dieter Grabbe, un nutricionista alemán, el que fija el término y la metodología e incluso la plasma en un libro.

Asegura que no solo ayuda a bajar de peso sino también a desintoxicar el cuerpo de los excesos y toxinas. "Es una dieta con propiedades desintoxicantes especialmente en los riñones, hígado e intestinos cuyos resultados se pueden ver ya a la semana", asegura Grabbe.

Comencemos con lo básico. Esta dieta propone no ingerir nada sólido desde las cinco de la tarde y tampoco ninguna bebida que contenga calorías. Lo que sí está permitido es el agua mineral y las infusiones sin azúcar. Se recomienda aumentar la ingesta de líquido unas dos horas antes del horario habitual de la cena para evitar la sensación de hambre.

Sin embargo, este método no es algo para practicar de forma continuada. Grabbe, en un libro que ha publicado recientemente, recomienda llevarlo a cabo un par de días o tres a la semana en los cuales el desayuno y la comida deben ser más fuertes. Además. Debe ser mantenido en el tiempo, es decir, realizarse durante varios meses hasta conseguir los resultados deseados.

Emilio Galindez, dietista en la Policlínica Gerocastillo, nos explica que se trata de una variación del ayuno intermitente, "es similar al método 16/8, que consiste en realizar ayunos de 16 horas, seguido de ocho horas en las que se pueden ingerir alimentos”. Nuestro organismo, cuando deja de recibir alimento durante muchas horas, pasa a quemar la grasa que está almacenada en nuestro cuerpo para generar energía y de ahí, que el ayuno esté asociado a una bajada de peso.

¿Dieta antienvejecimiento?

Una de las ventajas de este plan de alimentación, además de perder peso, es que promete ayudar a retrasar el envejecimiento. Grabbe asegura que al eliminar la cena se estimula la producción nocturna de la somatropina y la melatonina, que están destinadas a ralentizar el envejecimiento biológico. "Después del ayuno nocturno se invierte el metabolismo y también el reloj biológico, lo que ralentiza el envejecimiento".

Se trata de un tipo de ayuno intermitente que, bien estructurado y controlado, produce una mejora del estilo de vida durante la madurez. "Es cierto que a partir de los 50 años nuestro cuerpo evidencia algunos problemas cardiovasculares y de estrés oxidativo que se mejoran con una correcta alimentación y el ayuno puede ser eficaz", explica Galindez.

Sin estructuración puede ser contraproducente

Uno de los peligros que supone estar durante un largo periodo de tiempo sin ingerir alimentos es el riesgo a que después se produzcan atracones. "Es un método correctísimo para reducir la ingesta calórica, pero debe estar pautado y acompañado de una alimentación saludable, no se pueden dar actitudes compensatorias del tipo: no he cenado y desayuno tres bollos", apunta el experto.

Además, antes de comenzar este estilo de alimentación es importante consultar a un experto para no correr riesgos de entrar en déficit de vitaminas, minerales, sales o nutrientes y eso puede descompensar nuestro metabolismo. "Es importante que un profesional supervise cualquier tipo de cambio de alimentación, sobre todo en un momento en el que el cuerpo empieza a experimentar cambios desconocidos hasta el momento. Además, te ayudará a mejorar tu relación con la comida y a desechar los malos hábitos", asevera el nutricionista.