Terapia inspirada en el vuelo de los pájaros: "hay tantas distorsiones cognitivas como aves"

  • Miguel Roa, psicólogo y sexólogo, observa en la naturaleza similitudes con esos pensamientos negativos e irracionales que deberíamos identificar

  • Es experto en psicoterapia breve y asegura ser capaz de reducir lo esencial a una frase que podría decorar una camiseta

  • Hablamos con él todo lo que nos inquieta a partir de los 50. El amor y el sexo ocupan el primer lugar

Nos encanta pensar que nuestro comportamiento es único, exótico, demasiado complejo. Nos referimos a esas manías particulares, decisiones, creencias, necesidades, emociones o pensamientos con los que hacemos todo un mundo. Menos ínfulas. Miguel Roa, psicólogo y sexólogo, y sobre todo experto en psicoterapia breve podría hacer de todo ello un hatillo y reducirlo al texto que cabe en una camiseta. No es que subestime lo que nos pasa, sino que prefiere hablar con claridad y tirar de ingenio y buen humor que, como decía Valle-Inclán, podrá faltar el pan en España, pero de eso tenemos un montón.

Metáforas para explicar el cerebro

Según nos cuenta, Roa es aficionado a la naturaleza y especialmente a la ornitología. En sus paseos, le da igual que sea en la gran ciudad o por el campo, observa el vuelo de los pájaros y encuentra en el acto de la identificación de la especie una gran similitud con lo que se conoce como con "la saludable identificación de las distorsiones cognitivas". Es decir, con tomar conciencia de esos pensamientos irracionales, negativos, desfigurados y casi siempre erróneos que nos martirizan porque nos hacen interpretar de un modo muy engañoso la realidad. Al identificar el pensamiento como distorsión, lo neutralizas. En Uppers nos llamó la atención un artículo que hablaba de ello y no pudimos resistir la tentación de llamarle. Para nuestra sorpresa, descubrimos que los pájaros no son su única metáfora y que el humor forma parte de su estilo terapéutico.

Dices que caminas con la mentalidad del pajarero que lista el mayor número de especies en un año. ¿Tienes ya un inventario de distorsiones cognitivas tan fascinante como el de las aves?

Soy capaz de dar con muchísimas distorsiones en un solo día. Una distorsión cognitiva es una creencia irracional y hay muchos tipos, aunque siempre serán menos que especies de pájaros. Se producen porque procesamos mal la información, interpretamos mal los datos, exageramos o tendemos al drama y a la catástrofe. Son pensamientos automáticos que damos forma con frases como "mi vida es horrible", "nunca conseguiré recuperarme", "no se me puede olvidar nada", "soy imbécil" o esos continuos "debería…" con los que vamos dejando pasar el tiempo. A veces, para resumir, digo que es un "pensamiento-mentira".

¿Por qué es tan importante identificar las distorsiones cognitivas?

Porque nos fastidian el día y la existencia. No pasa nada por tener distorsiones, es normal, lo grave es no saber identificarlas. La guía de las distorsiones debería ser como una guía de aves, en la que, además del dibujo, nos indican el tamaño, su conducta migratoria, su hábitat, el periodo de cría, la fonética del canto y otras peculiaridades de cada especie. Cada distorsión que detectas e identificas te hace más listo, más consciente y lúcido. Es verdad que un ave es un ave, pero no es lo mismo un gorrión que un pato colorado. Con las distorsiones cognitivas ocurre igual. Es impresionante la cantidad de pensamientos distorsionados que tenemos en un día. Igual que de un solo vistazo puedes observar cuatro pájaros diferentes en el cielo, en una sola frase puedes encontrar cinco distorsiones juntas, algunas al igual que los pájaros se camuflan dificultando su identificación. Pensamientos de todo o nada, conclusiones precipitadas o generales, catastrofismo, victimismo o proyección en otro de nuestros sentimientos. Podríamos citar muchos más.

Igual que los pájaros, también las distorsiones se camuflan, dificultando su identificación

Sostienes que la psicoterapia breve es la más altamente eficaz. ¿En qué consiste esa brevedad?

Ser breve no es ir rápido, es que el terapeuta y el cliente sepan lo qué están haciendo y aprovechen el tiempo. Séneca decía ningún viento es favorable si no sabes a que puerto te diriges. Por eso mi slogan es: "un lugar a donde ir". Excepto si la temática es sexológica o un duelo por fallecimiento reciente, la terapia breve resuelve puede resolver cualquier el problema en 15 sesiones como máximo.

¿Por qué es tan eficaz?

La Ley de Parkinson afirma que "el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine". Si fijamos un final, la gente tarda menos en que es enfrentarse la dificultad. Una hora cada 15 días es suficiente para focalizar y marcar una hoja de ruta. Evita la dispersión y consigue que la gente cuente lo que sabe que tiene que contar y haga lo que sabe que tiene que hacer, con una narrativa clara, directa y breve. Puede ser tan sencillo como responder qué me pasa, qué necesito o qué no puedo hacer qué me ayuda a conseguir lo que quiero. La terapia breve es una metáfora del ciclo vital. Tiene principio y fin. Como toda buena novela, debe cerrarse.

Va a ser cierto que metes toda "la verdad" en una camiseta

Creo que el humor y la verdad nos hacen libres. A veces hacen falta 30 camisetas, pero lo que te pasa y te daña se puede resumir. Y lo que te ayuda también. Cabe en una frase que podría decorar una camiseta. En terapia hay cuatro o cinco cosas que encierran la verdad de lo que te pasa y de lo que te ayuda. Una de ellas es el resumen. Sienta mejor comer poco y a la carta que atiborrarse en los bufés libres de psicología. La verborrea solo sirve para ocultar lo que nos pasa. El arte de la terapia está en subrayar y en separar el grano de la paja. Hay que subrayar el dolor del cliente, poner en negrita lo que le ayuda a curar la herida, apretar el lápiz bajo las frases que le servirán a no hacerse más daño, en mayúscula lo que le hace aceptar la realidad y en verde limón los valores y principios que le guiarán al final de la terapia.

La verborrea solo sirve para ocultar lo que nos pasa

La salud mental no pasa por su mejor momento. ¿Qué nos está pasando?

Nos exigimos demasiado. Existen muchas dictaduras mentales: la del pensamiento positivo, la de la productividad, la del amor romántico, la de la normatividad sexual. Te respondo con un artículo de mi blog que título 'Nadie se acordará de tu informe cuando te dé el infarto'. En él expongo por qué no deberíamos dar el cien por cien nunca y en nada. No merece la pena. Nada ni nadie se merece tu cien por cien. Sirve para ganar un partido de fútbol, pero para vivir es una estupidez. Todo es imposible y encima nos quieren hacer creer que somos procrastinadores. Maldita palabra, que hasta se pronuncia mal. Muchas cosas y al cien por cien es infarto seguro.

Pero al final lo que nos lleva a consulta es el amor romántico y la pareja

Al menos el 75% de los clientes me hablan de amor. La toma de decisiones en la pareja, las separaciones, las infidelidades, la relación o su ausencia son el pan nuestro de cada día y explican la mayor parte de los estados de ánimo. Dejar o ser dejado. Esa es una de las temáticas estrella. El acomodo en la tristeza de pareja también es motivo de consulta.

Cuando te dejan se activan los disparadores del amor romántico. Amor y odio en los nudillos buscan paredes donde hacerse sangre. Te duele la tripa, lloras con los anuncios, dejas de comer o comes en exceso y buscas mil maneras de hacerte daño, como aislarte, drogarte, humillarte o acostarte con personas que en el fondo detestas. Siendo el amor la mayor fuente de ansiedad, tristeza, angustia y de todos sus antónimos, todavía me pregunto por qué las facultades de Psicología no hablan del amor romántico ni de la pareja, de los mecanismos del enamoramiento o de las formas de querer y de necesitar ser querido. Nadie habla de sexualidad, salvo para decir cuatro obviedades.

¿Los hombres son más reacios a acudir al psicólogo?

A veces esa resistencia viene marcada por un mandato de género, por una negativa a salir de la zona de confort, a continuar haciendo lo que se sabe hacer, lo que no da miedo. Imagina a Homer Simpson en calzoncillos tumbado en el sofá viendo dibujos animados y rodeado de cerveza y patatas fritas. No sabemos vencer el vértigo y saltar el trampolín para dejar una relación, cambiar de trabajo o confesar una infidelidad. Muchas situaciones sin sentido podrían solventarse pronunciando una frase que abriría todas las puertas. Me viene a la cabeza la película 'El ángel exterminador', de Luis Buñuel, donde los personajes invitados a una fiesta se quedan atrapados en una mansión que tiene las puertas abiertas.