Xavi vs. Piqué: cuando un amigo te tiene que poner las pilas al convertirse en tu jefe

  • Xavi Hernández, entrenador del Barça, exige a Piqué la máxima implicación y no le asegura la titularidad, un hecho que puede hacer peligrar la relación personal de ambos futbolistas

  • Según los expertos, lo ideal que los amigos no trabajen juntos; pero si es así, mejor no compartir espacios, ni físicos ni funcionales

  • Cuando trabajamos con un amigo corremos dos riesgos: descubrir a una persona que no nos gusta y hablar solo de trabajo

De compañeros a amigos, de amigos a jefe y empleado. Y entre jefes y empleados las relaciones pueden no 'progresar adecuadamente'. Este embrollo personal es el que parecen estar viviendo Gerard Piqué y Xavi Hernández, antaño colegas, fuera y dentro del césped, y ahora mismo en un momento delicado. Xavi se enfrenta a su primera temporada completa como entrenador titular del Barça y Piqué encara su separación de Shakira en medio de un mar de especulaciones sobre su vida privada y profesional.

La gran pregunta: ¿amistad y trabajo?

Los equipos de fútbol comparten en el vestuario un complejo mecanismo de lealtades que pueden hacerles perder o ganar en el campo. Al margen del entrenador, las 'fuerzas vivas' de cada equipo -normalmente, jugadores veteranos y de éxito- son los encargados de hacer florecer las afinidades que llevan a la victoria. Por ello, por su capacidad de prescripción entre los miembros del equipo, disfrutan de ciertas prebendas: son más escuchados que el resto y tienen asegurada la titularidad. Xavi ha puesto de patas arriba este orden establecido exigiéndole a Piqué su máxima implicación y no dando por asegurado su puesto en el banquillo, algo extraordinario, puesto que Piqué tiene contrato hasta 2024.

La cuestión es hasta qué punto se resentirá la relación personal de ambos deportistas. ¿Qué ocurre cuando uno de tus amigos te dice las cosas que te diría tu jefe? ¿Se puede ser amigos y compartir trabajo? Yendo un paso más, ¿se puede ser amigos y, al mismo tiempo, jefe y empleado?

Sin horario ni fecha en el calendario

Decían los Gipsy Kings que quererse "no tiene horario ni fecha en el calendario". El psicoterapeuta Mark Vernon señala en 'The Meaning of Friendship' (El significado de la amistad) algo parecido: la amistad no tiene estructuras o compromisos formales, cualidades que sí tiene el ámbito del trabajo. A partir de ahí empiezan los problemas.

De hecho, los psicólogos recomiendan no trabajar con amigos. Y si no hay más remedio que hacerlo, lo ideal es no compartir espacios: ni físicos ni competenciales. Es decir, lo mejor es verse poco en el trabajo y no tener que compartir proyectos o tareas porque lo más complicado viene cuando se suma la relación jerárquica. Que un amigo no sea jefe del otro es clave para que la amistad no se resienta. También es importante dónde se ha fraguado esa amistad. Si viene del trabajo, ya está adaptada al ámbito laboral. Pero si es anterior, es fácil que surjan los conflictos porque no estamos acostumbrados a ver a nuestro amigo en un rol de mando, tomando decisiones que tal vez no compartimos.

Sin renuncias: amigos y compañeros

¿Quiere esto decir que los amigos nunca van a poder trabajar juntos? ¿O que si media el trabajo, las amistades no son verdaderas? Lo cierto es que hay un conflicto de intereses y que sin duda ese conflicto va a entorpecer la relación personal. También es cierto que cuando la amistad salta al entorno profesional hay un riesgo de que la amistad pase a un segundo plano y que 'solo' se hable de trabajo.

Pero hay solución, tan efectiva como compleja: separar lo personal de los profesional. Cuando no hay problemas, es fácil llevar a cabo esta separación. Lo peliagudo viene con el conflicto. Si creemos que alguien no ha sido leal con nosotros o nos ha traicionado en el entorno profesional, vamos a trasladar esta crisis al ámbito efectivo.

Líneas rojas

Los expertos coinciden al señalar lo más importante para evitar problemas al trabajar con amigos: que los roles estén lo más definidos posible. Debemos establecer una línea roja entre el trabajo y la amistad, algo que también debería aplicarse en los negocios familiares. ¿Por qué? Recurriendo a eso de que 'la confianza da asco', tendemos a cuestionar más a las personas con las que compartimos afectos. Por otra parte, es probable que descubras aspectos que no te gusten en tu amigo o tu familiar. Al adoptar un rol profesional, priorizamos algunos rasgos de nuestra personalidad donde no hay mucho espacio para las emociones.

También hay cosas buenas: si vamos a emprender, abrir un negocio o iniciar una nueva aventura profesional, lo normal es que busquemos en nuestro entorno, no entre absolutos desconocidos. La cercanía de la relación, la certeza de que compartimos valores, es quizá la única ventaja de mezclar lo profesional con lo personal. Es más fácil arreglar un conflicto estando de cañas entre amigos que en una reunión a cara de perro. ¿Veremos en unos días a Piqué y Xavi tomándose un vino por las calles de Barcelona?