Agresión tierna o por qué nos puede dar un ataque de risa en un funeral: "Es un mecanismo del cerebro"

  • Es un fenómeno frecuente y que no se puede controlar

  • Se trata de una reacción del cerebro ante una emoción extrema

  • El problema es cuando nos provoca un castigo social y un sentimiento de culpa

Tras cuatro días con miles de personas visitando el Palacio de Westminster y esperando más de 14 horas de cola para dar el último adiós a su reina, la capilla ardiente de Isabel II ha cerrado sus puertas y su cuerpo ya está en la cercana abadía de Westminster donde se va a celebrar el funeral de Estado como colofón a los actos de homenaje a la monarca. Hoy es el día D+10 y más de 500 dignatarios mundiales asistirán al multitudinario evento, en el que también estará la familia cercana. Un día lleno de emociones en el que se pueden ver multitud de reacciones, desde lágrimas hasta carcajadas (sí, has leído bien). Hablamos con la psicóloga Teresa Terol para que nos explique por qué son tan comunes los ataques de risa en actos tan solemnes.

Agresión tierna

La risa es una reacción del cerebro y está relacionada con un fenómeno científico denominado agresión tierna. Ocurre en muchas ocasiones, por ejemplo, cuando nos ponemos a llorar en medio de un ataque de risa o gritamos mucho cuando alguien nos enfada. “La risa uno de los mecanismos más curiosos que tenemos como seres humanos, y es considerado una vía de escape para emociones negativas, es decir, nos ayuda a calmar la tensión interior y que sentimos por esas sensaciones fisiológicas de ansiedad”, nos explica la psicóloga. 

La agresión tierna es un fenómeno neuronal qué ocurre cuando nuestro cerebro recibe estímulos que desencadenan una redacción de euforia, felicidad o tristeza y que nuestro tejido nervioso contrarresta emitiendo una emoción opuesta. En el caso de un funeral, un ataque de risa es una reacción neuronal de autoprotección para poder recuperar el equilibrio emocional.

“El problema viene cuando, esa conducta que nos elimina el malestar, nos provoca un castigo social y un sentimiento de culpa. Por lo tanto, es un recurso eficaz porque nos alivia momentáneamente, pero puede venir acompañado de reacciones del entorno que agudicen la tristeza”, añade Terol. 

Lo que dice la ciencia

La primera vez que se utilizó el término agresión tierna fue en 2015 cuando las psicólogas de la Universidad de Yale llevaron a cabo una investigación sobre las reacciones que nos provoca el hecho de ver cosas que nos despiertan ternura. A los participantes del experimentos se les puso gorras con electrodos y se les mostró imágenes de bebés y cachorros de animales y llegaron a la conclusión de que el cerebro colapsaba por un sentimiento de felicidad y lo contrarrestaba enviando una emoción opuesta, por ejemplo, queriendo morder los cachetes de los niños, no con el fin de hacerlos daño, claro.

De acuerdo con la investigación, esta respuesta busca recuperar la estabilidad emocional y fue la primera vez que se evidenció el sistema de recompensa del cerebro y el sistema emocional actúan a la vez para generar esta agresión tierna.