"Noto que se me olvidan algunas palabras": ejercicios para mejorar la agilidad mental

“Salvo que haya una patología, el cerebro tiene la misma capacidad a los 20 que a los 80”, nos confesaba Catalina Hoffmann, experta en neurofitness, en una reciente entrevista. Entonces, ¿por qué notamos ese deterioro a medida que cumplimos años? Como explica, a partir de los 30 el de arriba comienza a volverse vago, por eso es tan importante seguir entrenando el cerebro a cualquier edad. Por ejemplo, hay personas que con el paso de los años va notando que al hablar olvidan o tardan en recordar algunas palabras que quiere introducir en la conversación. ¿Se puede mejorar esta situación? Hoffmann nos da algunas claves del neurofitness para mejorar nuestra agilidad mental.

Dos ejercicios para tu agilidad mental

La propia Catalina Hoffmann asegura que es un problema que preocupa mucho más de lo que pensamos y, por suerte, tiene solución. “Una de las técnicas que nos pueden ayudar a mejorar la agilidad mental es coger una fotografía en papel, preferiblemente una que no veamos constantemente, y mirarla con detenimiento, fijándonos en cada pequeño detalle. Hacer esto de forma habitual nos ayudará a trabajar nuestra capacidad de atención y la memoria fotográfica”, explica la experta.

También pone en valor la neurogénesis una técnica en auge que “nos invita a apuntar lo que hacemos cada día e identificar si nuestras conductas son repetitivas o hacemos cosas diferentes. Si cada día es igual, eso significa que nuestro cerebro va ‘en piloto automático’ y que el día a día no le supone ningún reto. A esto hay que ponerle solución y lo mejor es hacer una nueva planificación de la semana, incluyendo alguna cosa que nos gustaría hacer, pero que no hacemos normalmente, lo que obligará a nuestro cerebro a poner en marcha a algunas de nuestras neuronas sanas e inactivas”.

Crear nuevas rutas neuronales

Son diferentes los ejercicios que Hoffmann ofrece para mejorar la agilidad mental, pero ¿son todos eficaces a cualquier edad? Según su criterio, sí. “Debemos desterrar la idea de que somos demasiado mayores para mejorar o de que hay determinadas cosas que nuestro cerebro no puede hacer por nuestra edad, porque esas ideas son falsas”.

Además, pone en valor la creación de nuevas rutas neuronales que menciona en su libro. ¿Qué son? Como nos explica, “es la consecuencia inevitable de sacar a nuestro cerebro de su zona de confort y obligarle a hacer cosas nuevas. Algo tan simple como ir al trabajo por otro camino o cepillarse los dientes con la mano no dominante ya nos ayuda a establecer estas nuevas rutas”.