Los tres tipos de amistades necesarias para ser feliz, según Harvard

La felicidad está en las pequeñas cosas y, claro está, también en las personas. Al margen de esas que consideramos relevantes, como nuestra pareja, nuestra familia o nuestros hijos, los amigos son una de los vínculos fundamentales, incluso los que no consideramos íntimos. Hasta esas amistades intrascendentes tienen un valor en nuestra vida. Y no lo decimos nosotros, sino Harvard.

80 años estudiando la amistad

El estudio Desarrollo de Adultos de Harvard, un proyecto realizado a lo largo de más de 80 años con más de mil hombres y mujeres, analiza qué es lo que nos hace felices. Una de las conclusiones es que las relaciones positivas y las clases de amigos que tengamos son un componente fundamental. De hecho, mantener amistades duraderas es una de las siete prácticas de las personas felices, según señala la investigación

Para Robert Waldinger, profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard y director de la investigación, "Son las buenas relaciones humanas las que nos hacen más felices y saludables". Las relaciones de calidad son esas en las que nos sentimos seguros y podemos ser nosotros mismos. La amistad es uno de los vínculos que proporcionan esas relaciones de calidad. Según Harvard, representa el 60% de la felicidad humana, y lo novedoso, según Harvard, es que todo suma entre amigos, independientemente de la cultura, la riqueza o el estrato social.

¿Qué tipos de amigos son necesarios?

En la Grecia clásica ya se hablaba de tres tipos de amigos: los convenientes, los placenteros y los perfectos. Las clasificaciones no son estrictas; es decir, es posible que cada amistad adopte uno u otro rol en función de las circunstancias. Pero, si nos fijamos bien en nuestros propios amigos, descubriremos que en cada uno de ellos predomina una de estas vertientes.

Esta tipología de la amistad tiene su propia evolución: los amigos perfectos suelen acompañarnos a lo largo de la vida, mientras que los convenientes suelen estar ligados a circunstancias y momentos concretos. Veamos qué otras características les diferencian.

Historias de conveniencia

Los amigos convenientes suelen tener una relación interesada. El vínculo, por tanto, suele durar lo que duran esos intereses. En este tipo de relaciones entran los compañeros de trabajo, las personas con las que hacemos negocios o aquellas con las que se da algún tipo de acuerdo, por ejemplo, los padres que terminan siendo amigos porque se reparten el traslado al colegio o a las extraescolares.

Como decíamos, estas relaciones suelen estar limitadas por las circunstancias, aunque a veces la amistad prende y pasa a la siguiente 'pantalla': la de los amigos placenteros.

Amistades basadas en el placer

Este tipo de relaciones están basadas en la admiración mutua. La simple compañía es balsámica. Este tipo de amistades, además, suelen funcionar muy bien ante las actividades culturales, los viajes... Suelen corresponder a perfiles hedonistas.

Si dos personas se encuentran divertidas e interesantes y disfrutan de algo que les gusta, el bienestar está asegurado. Para que estas amistades prosperen, es necesario mostrarse proactivo, ya que gran parte del encanto de la relación está en la calidad del tiempo compartido.

El amigo perfecto

Los amigos perfectos son aquellos con los que nos divertimos, compartimos valores, apreciamos su compañía y nos hacen mejores. Es decir, no solo nos sentimos unidos a ellos, sino que nuestro comportamiento se convierte en virtuoso. Para algunos, serían las famosas 'personas vitamina' de la psiquiatra Marián Rojas Estapé.

Los amigos útiles suelen depender de las circunstancias; los placenteros quizá no soportan nuestras horas más bajas. Sin embargo, ambos tipos siguen siendo importantes en el ecosistema de la amistad. Pero hay que saber que no podemos someter estas amistades a pruebas de estrés: una conversación difícil o incómoda probablemente daría al traste con la relación.

Los amigos perfectos incluyen valores compartidos y una visión muy parecida del sentido de la vida. Con ellos se puede atravesar tanto las adversidades como los momentos difíciles. Sin embargo, esto no quiere decir que desechemos los otros tipos de amistades. Todas son funcionales, son útiles en distintas escalas y, sobre todo, pueden cambiar y convertirse en una amistad perfecta.