Padres ante la Evau: claves de experto para acompañar sin agobiar en la recta final

  • El examen ha pasado de junio a principios de julio por la pandemia: hablamos con un psicólogo para ayudar a los padres a aportar calma y perspectiva

Más de 700.000 referencias aparecen en Google si buscamos "consejos para Selectividad", la mayoría enfocadas a ayudar a alumnos que van a examinarse. Pero pocas hay dedicadas a los padres, cuyo papel es crucial y difícil en esta prueba de alta tensión que, además de exigir una concienzuda preparación, empuja a los hijos a hacerse constantes preguntas sobre su futuro en un código que reduce todo a dos extremos: éxito y fracaso. Los padres podemos contribuir a que entre un poco de aire en esa opresiva ecuación y aliviar su ansiedad (que cada vez más acaba en crisis). Para ello, en Uppers hemos hablado con Ana Camacho, veterana orientadora y conocedora del complicado equilibrio entre apoyar a alguien y presionarlo.

Ana ha atendido cientos de consultas de alumnos y madres en su trabajo en el IES Antonio Machado, de Alcalá de Henares (Madrid), sobre los dilemas que provoca la dichosa EVAU, además de unas cuantas crisis de ansiedad ante los exámenes de 2º de Bachillerato –cada vez más y sólo en chicas, según nos revela–. También ha pasado por la EVAU como madre (de hija y de hijo). Aquí van sus recomendaciones:

Contén tu preocupación

"Debemos acompañar: estar presentes, pero sin agobiar", recomienda Ana, consciente del difícil equilibrio que supone. Se trata de estar pendientes de sus exámenes y sus rutinas de estudio, pero "que no noten nuestra angustia ni nuestro miedo ante lo que pueda llegar a pasar".

Que tus hijos te vean bien informado

Nada desalienta tanto como ver que en casa no saben de qué va eso que para ellos es tan importante. "A veces no consideran a los padres un interlocutor válido y somos nosotros los primeros responsables de que lo crean porque les hemos trasladado la idea de que estamos a años luz del mundo de ahora y de que no nos enteramos de cómo funciona, principalmente por el peso crucial de la tecnología", explica. "Superemos ese complejo de inferioridad del que partimos. Estamos capacitados para informarnos bien de las cosas que no conocemos. Es cuestión de interés y de tiempo", anima la orientadora.

Así que entérate bien de en qué consiste la EVAU, los días que dura la prueba, cómo son los exámenes, por qué hay una fase general y una específica, cómo ponderan las notas de Bachillerato, que es la nota de corte…. Y por supuesto, debes estar enterado de qué quieren estudiar, de la nota que se pidió el año pasado en diferentes universidades, pero también de si no tienen claro qué les gusta o para qué creen que valen. De cómo ayudarles en su orientación ya hablamos en Uppers (enlazar).

Sé optimista y confía

Es normal que piensen que se están jugando su vida a una sola carta y que se sientan ante un abismo que depende de una nota. Podemos compensar los brotes de pesimismo enviando mensajes que contrarresten. No se trata de quitarle importancia a la EVAU, a la universidad, a sus sueños y aspiraciones, sino de propiciar en casa un clima de optimismo y confianza en el esfuerzo.

Escucha activamente y repregunta

Nunca se sabe cuándo van a recurrir a ti para hacerte una pregunta clave, o qué pregunta o comentario aparentemente intrascendentes serán cruciales para ellos. Primero, no respondas como si tal cosa, igual que contestas a ¿qué hay de cena? Segundo, devuélveles la pregunta: ¿y tú qué crees?, ¿qué te ha llevado a pensar eso?, ¿estás seguro?, ¿lo has hablado con tu profesor?, ¿qué piensa él?, ¿lo has hablado con tus amigas?, ¿Fulanita qué va a hacer?, ¿dónde lo has leído?, ¿te has informado?... Las posibilidades son incontables.

Fomenta la cultura del 'plan B'

"O estudio esto, o nada tiene sentido". Es fácil que entren en ese bucle que ayuda poco a rebajar la tensión. Intenta que busquen aliciente o se interesen por otros estudios, que vayan a la EVAU con más de una opción en mente.

También podemos compensar esos amagos de radicalismo abriendo la perspectiva. Lo primero, la nuestra. Es fundamental conocer y ofrecer ejemplos de personas que estudiaron una cosa y luego acabaron dedicándose a otra (siempre que les vaya bien, claro), y casos más recientes de jóvenes que han abierto otros caminos tras no obtener la nota deseada en la EVAU. Si te interesas, seguro que encuentras varios a tu alcance (vecinos, hijos de amigos, ex alumnos del colegio…).

Será de gran ayuda que seas una fuente de conocimiento sobre profesiones emergentes para las que no hay estudios concretos aún en las universidades, y sobre vías de formación alternativas que preparan para empleos digitales: recurren a ellas cada vez más jóvenes –y no tan jóvenes– a los que un grado universitario no les ha llevado a ningún empleo cualificado.

Acopla la dinámica familiar

Durante todo 2º de Bachillerato la dinámica familiar girará en torno a ellos y su estudio: los fines de semana, las vacaciones de Semana Santa, los horarios. Conoce bien sus rutinas de estudio y de descanso. Para eso es importante que la rutina trabajo/casa de al menos uno de los progenitores armonice con la rutina colegio/casa. Acepta con flexibilidad que un día no cumplan sus horarios de estudio, pero atento a los cambios de hábito en ese sentido.

Acompaña, mima (si se dejan)

Si habéis mantenido canales de comunicación y de cariño abiertos hasta ahora –pese al distanciamiento adolescente–, detalles como traerles dulces en las vísperas de examen, prepararles un colacao para estudiar por la noche, hacerles una cena que les guste, darles un masaje en los hombros, despertarles a la hora que os pidan para estudiar… se agradecerán más que nunca. Así es como se sentirán acompañados, más que preguntándoles por las notas de los exámenes.

Si van flojos, que no tiren la toalla

Si tus hijos han tenido un primer trimestre flojo, es posible que estén pensando en dejarse asignaturas para el curso que viene (pueden cursar sólo las suspensas) con la expectativa de sacar mejores notas en todas ellas si las reparten en dos años. La orientadora Ana Camacho lo desaconseja por su experiencia. "He hecho un seguimiento de los alumnos que han hecho eso y he comprobado que acaban sacando peor nota luego en la EVAU", advierte. "Es preferible que vayan a por todas, se presenten a la EVAU y, si no les da la nota, ya veremos", recomienda.

No es un año perdido

En caso de que no les dé la nota para la carrera que quieren, hay que atenuar el drama. "Pueden meterse a un ciclo formativo de grado superior (FP) y de ahí luego pasar a la universidad, o volver a prepararse la EVAU durante todo el curso y compaginar el estudio con mejorar los idiomas, hacer un voluntariado, mejorar la capacitación en idiomas". Una vez más, hay que informarse bien de las posibilidades y abrir la perspectiva: la tuya y la suya.