¿Cómo olvidar un amor imposible?

  • Los amores que no pudieron ser pueden influir en nuestro futuro sentimental.

  • Si estás enganchado a un amor imposible, la psicóloga Lara Ferreiro nos explica cómo reconocer lo patológico y qué pautas nos ayudan a superarlo.

  • Mantener una buena autoestima es el mejor recurso para no caer en la adicción de un amor imposible

Alicia conoció a José Antonio hace 28 años durante un viaje en el que se había dado tiempo con su pareja de entonces. Hoy tiene 57 años y no vive junto a José Antonio, sino con aquel hombre del que se distanció en el verano de 1993. Se casaron y son padres de tres hijos. Alicia no cambiaría nada de su vida y, sin embargo, no ha logrado olvidar a José Antonio. "Sé que no está bien, que tendría que centrarme en el padre de mis hijos, pero no lo consigo. Nuestra historia no pudo ser porque estaba casado, tenía un niño pequeño y vivíamos en distintos continentes, pero…" En ese 'pero' caben todos los rasgos que confluyen en los amores imposibles, por lo general difíciles de gestionar y casi imposibles de olvidar.

La adicción amorosa

"Un amor imposible es aquel que nunca llega a convertirse en un amor estable o no termina de materializarse desde el punto de vista sexual. Lo que yo he visto en terapia es que los duelos de amores imposibles son muchísimo más profundos, mucho más difíciles de olvidar que aquellos que sí pudieron darse", explica la psicóloga experta en pareja Lara Ferreiro.

En su opinión, algo que diferencia a los amores imposibles de cualquier otro son los sentimientos de esperanza. Los amores imposibles nos hacen tener esperanzas y fantasear. "De hecho, las expectativas no cumplidas versus la realidad van a generar muchísimo enganche. Los amores imposibles dejan muchísima huella porque no se han podido vivir y no se ha desgastado. Hay muchísima idealización y, además, tenemos el fantasma de las esperanzas alimentando esa idealización", señala esta psicóloga.

En este tipo de amores, se genera un mecanismo de adicción parecido al consumo de cualquier otra droga. El cerebro reclama sus dosis de oxitocina y serotonina, y hace lo posible por obtenerlas, en este caso recreando a la persona amada. Por eso, una vez que la historia acaba se puede sufrir Síndrome de abstinencia y también de tolerancia, especialmente dañino porque sigue alimentando la fantasía. "En el síndrome de tolerancia vas añadiendo cualidades a esa persona que realmente no existen", señala Ferreiro.

Personalidades caprichosas, obsesivas o inmaduras

Quedarse atrapado en la historia de un amor imposible suele ocurrir en ciertas tipologías de personalidad. "Hay un tipo de personalidad caprichosa que le da más valor a lo que no puede tener. Esto se ve mucho más en los hombres, sobre todo aquellos que tienen Síndrome de Peter Pan, personalidades más inmaduras y no tienen una identidad construida de adulto", explica la psicóloga.

Los amores imposibles también esconden la sensación de riesgo, "algo que nos gusta a todos en las proporciones adecuadas", afirma Ferreiro. "El amor imposible es ahí una especie de reto. Los hombres son cazadores y les gusta eso de "yo lo voy a conseguir', 'yo soy merecedor de ese logro. Ahí puede darse la idealización", advierte esta experta.

Las personas obsesivas, ansiosas o con la autoestima baja también son candidatas a vivir este tipo de experiencias. "Las personas con la autoestima baja, que piensan que no se merecen nada y guardan una especie de fidelidad mental, están predispuestas. También hay personas románticas empedernidas, y aquí tiene mucha importancia los referentes cinematográficos, que buscan historias imposibles", afirma Ferreiro. También, en su opinión, hay personas que prefieren los amores imposibles que nunca llegan a materializarse porque eso implica sufrir, sentir miedo al rechazo o al abandono.

Entre las parejas más habituales de amores imposibles, personas con diferencia de edad, con residencias muy distantes o con roles complejos, por ejemplo, jefe y empleado o profesor y alumno. Algunas de estas historias tienen un fuerte componente de idealización. "De hecho, no importa tanto la persona porque no se conocen realmente. En este caso es fundamental saber si es un enamoramiento real o más un capricho o una obsesión”.

Las seis fases del duelo

Superar la pérdida de un amor imposible implica pasar un duelo, similar al de cualquier otra pérdida de un ser querido. Este duelo tiene seis fases. La primera fase es la del shock, la de la negación, y a partir de ahí surge todo un tiovivo emocional, con baches incluidos. "En la fase dos empieza el baile de las emociones, de la ira a la culpa pasando por la tristeza. En esa fase pensamos "podía haber hecho más", pero sobre todo hay mucha tristeza porque ese amor no ha podido ser. La fase tres es el pozo, el momento en que nos encontramos peor, echamos mucho de menos a ese amor imposible. Es común pensar que no vamos a conocer a otra persona con la misma química", señala Lara Ferreiro.

En esa fase, algunas personas comienzan con comportamientos autodestructivos, a beber o a consumir drogas. "Otras deciden que no quieren sufrir, comienzan a bajarse apps de contactos. En este caso, puede que los sentimientos se enquisten. En vez de cicatrizar la relación anterior, hacen eso de que ‘un clavo saca a otro", señala esta profesional.

Las dos últimas fases son las de superación. "Cuando llegas a la fase cinco ya has aprendido y sabes qué determinados perfiles no son adecuados. Al final llegas a la fase de neutralización, esa persona ya no despierta ninguna emoción en ti". Es también frecuente que se produzcan otras reacciones: "es muy habitual que la persona se quede atrapada en las esperanzas o bien en el pozo. No acaba neutralizando a esa persona, así que ha hecho un duelo incompleto". ¿Qué podemos hacer ante ese duelo incompleto? O preguntado de otra manera: ¿cómo olvidar un amor imposible?

Primero, conocer: ¿Qué te engancha?

Lo fundamental para superar un amor imposible es conocer su naturaleza. "Suelen ser amores tormentosos y muy difíciles de gestionar a nivel emocional. A mis pacientes siempre les digo que si es un amor real lo vas a poder vivir. Si es un amor imposible, quizás era tóxico", explica la experta. También en algunos casos los amores imposibles son amores no correspondidos y pueden generar un sentimiento de rechazo, de frustración o el sentimiento de que uno no es suficiente. Ahí se empieza a gestionar la crítica a uno mismo.

Cuidado con los estereotipos

"Hay que revisar las fantasías o expectativas que tenemos sobre lo que debe ser el amor. Yo no creo en la teoría de la media naranja ni en el concepto de amor de tu vida. Creo que hay varios 'amores de tu vida'. Todos somos naranjas completas que tenemos que rodar o experimentar por nosotros mismos". Así explica la psicóloga la dependencia de las etiquetas o estereotipos. Para vivir una historia hay que bajarla a tierra, explorar sus posibilidades y no cargarla con prejuicios.

Identificar los aspectos negativos

El objetivo es 'difuminar' a quien nos había enamorado. "Cuando quieres desengancharte de una persona, tienes que 'apagar' ese enamoramiento, que no deja de ser un proceso químico. Para eso hay que crear una narrativa nueva que muestre la parte humana del otro. Hay que verle con sus defectos para comprobar que a lo mejor no era tan ideal", explica Ferreiro. En este caso, debemos eliminar cualquier atisbo del mencionado Síndrome de tolerancia.

Cuidar la autoestima

Sobreviven los que mejor se adaptan y obtienen un conocimiento de cualquier experiencia. "Para la autoestima es fundamental no quedarse enganchado en cosas que no pueden ser porque podemos tener la sensación de que no nos lo merecemos o bien no somos suficientes. Tenemos que aceptar que hay cosas que no pueden ser", asevera la psicóloga. Las personas con buena autoestima buscan gente real y tienen un pensamiento de abundancia: "hay muchos peces en el mar", señala Lara Ferreiro.

Aceptar el síndrome de abstinencia y el duelo

"Funciona igual que cuando dejas de tomar una droga. Cuando, por ejemplo, dejas de consumir cocaína, tu cuerpo te va a pedir esa dosis. La dosis que te has fabricado en tu cerebro de enamoramiento, de idealización de esa persona… En estos amores también se da. Igual que podemos entrenar los músculos del cuerpo podemos entrenar los músculos de la mente", afirma la psicóloga. También hay que ser consciente de que nos enfrentamos a un duelo y para superarlo hay que "entrenar la atención, seleccionar los pensamientos, borrar todos los contactos y, si es posible, tener un 'ángel de ruptura', alguien en quien podamos confiar y podamos liberar nuestro dolor”, afirma la experta.

Eliminar los vínculos

"Es lo más importante. Si hay recuerdos en casa o cualquier vínculo que nos una a esa persona, hay que cortarlos. Es muy importante el contacto cero. Dejas de 'consumir' a esa persona, dejas de ir a los sitios que ibais juntos, empiezas a tomar distancia con los amigos, no vas a fomentar nuevos encuentros. Hay que intentar romper todos los lazos que mantenías con esa persona. Y por supuesto hay que romper todos los nexos con las redes sociales, que son traicioneras. Es una forma de consumir tu droga al cotillear sus redes”, resume la psicóloga

Establecer nuevas rutinas

Establecer cambios es un recurso efectivo, según señala la especialista: "Es muy importante incorporar nuevas rutinas para poder difuminar la relación y a esa persona. Aunque haya un tiempo 'basura' en el que pensemos en ese amor, tenemos que intentar hacer nuevas dinámicas que nos hagan olvidar”, señala Lara Ferreiro.

Valorar a la pareja

Tener en mente a otra persona puede dañar la pareja actual. Y la única manera de evitarlo es dándole su espacio. "Por supuesto que es perjudicial. Tú tienes un referente en tu cabeza y luego una pareja con sus virtudes, sus defectos. Cruelmente, esta persona compara a su pareja con un amor imposible. Es muy doloroso porque podemos hacer de menos a la pareja con sentimientos de inferioridad y como que no es suficiente. Puede ser muy tóxico. Hay que evitar hablar de otras experiencias porque puede afectar y hacer daño a la relación real", advierte la experta.

Dejar pasar el tiempo

"El tiempo lo cura todo". En los amores imposibles, el factor tiempo es la mejor medicina. "Para que un duelo se considere patológico tiene que pasar un tiempo. Si a partir de los seis meses no has superado la ruptura o la relación con esa persona y tu funcionamiento vital se resiente, es decir te acuerdas de esa persona, no duermes bien, sí se considera un duelo patológico", resume esta profesional.

Límites: Cuándo acudir a consulta

"Cuando haces daño a la pareja, la comparas con esa otra persona, hablas de ella, estás en la fase pozo, con comportamientos autodestructivos, tienes pesadillas, no te puedes concentrar ni atender de manera sostenida… es momento de acudir a la consulta del psicólogo", avisa Ferreiro, quien también explica la importancia de ir a tiempo: "la mayoría de la gente viene a terapia dos años después, con un proceso muy avanzado. En algunos casos, lo que veo, además de la historia de amor, son bases de personalidad obsesivas o ansiosas que hay que trabajar", concluye.