Cañizares, sobre la muerte de un hijo: “Parece el derrumbe pero llega y no hay escapatoria, hay que afrontarlo”

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"Es lo más duro que puede vivir una persona". Son las primeras palabras del exfutbolista Santiago Cañizares refiriéndose a la muerte de su hijo Santi en marzo de 2018. Nos recibe en una sala de la Universidad CEU San Pablo, sentado en una banqueta transparente y, mientras preparamos la cámara, mira su teléfono. Está a punto de dar una charla sobre cómo afrontar el éxito y el fracaso. Pero antes, nos dedica unos momentos para hablarnos sobre su momento personal más complicado y de la lucha que encabeza, la de la investigación del cáncer infantil.

En marzo de 2018, hace apenas dos años, el pequeño Santi, uno de los trillizos que había tenido el portero con su segunda mujer, Mayte, falleció. El niño había sufrido una meningitis vírica que le había provocado dos infartos cerebrales. Al operarle, los médicos descubrieron que tenía un tumor y ahí empezó una lucha que duraría un año. "Desde el primer día lo intenté normalizar, dije que tenía cáncer, salíamos, queríamos que disfrutase como cualquier niño", explica.

Cuando era jugador de fútbol había ido a hospitales a ver a niños y lo pasaba mal, siempre pensaba: a mí no me pase esto porque no voy a ser capaz de superarlo

Pero llegar a esa conclusión no fue sencillo. El shock fue la primera reacción de la familia Cañizares tras descubrir que su hijo estaba enfermo. "Cuando era jugador de fútbol había ido a hospitales a ver a niños y lo pasaba mal, siempre pensaba: a mí no me pase esto porque no voy a ser capaz de superarlo", cuenta. "Pero llega el momento que te pasa y hay que afrontarlo, no tienes escapatoria. Cada uno saca las fuerzas de donde puede y si no tienes las buscas y si no las encuentras las robas".

Durante la conversación, preguntamos a Cañizares qué le diría a otros padres que estén pasando por su situación y nos revela que la fe es lo que más le ha ayudado. Tanto el exfutbolista como su mujer eran católicos no practicantes pero cuando su hijo enfermó se agarraron a Dios. "Entiendo que haya gente que no esté de acuerdo, pero mi familia y yo hemos aceptado que esto (lo que le ocurrió a Santi) era su voluntad".

El cáncer no necesita milagros, necesita dinero. Es muy frío pero es la única forma de poner a todo el mundo a trabajar y a investigar para salvar vidas de niños

Además, nos habla de la unión familiar y nos explica que cuando hay otros niños de por medio abandonarse no es una opción, "por su bienestar estás en la obligación de superarte". Cuando recuerda a Santi, a Cañizares le sale una sonrisa en la cara, nos cuenta que cada día está presente en su casa y que los últimos días de su vida, Santi los disfrutó al máximo. "Él solo estaba bien cuatro o cinco horas al día y ese tiempo disfrutaba, jugaba, reía".

La lucha de Cañizares no se acabó cuando su hijo se marchó. Ahora el exportero es embajador de la Fundación 'El sueño de Vicky' que recauda fondos para la investigación contra el cáncer infantil. "El cáncer no necesita milagros, necesita dinero. Es muy frío pero es la única forma de poner a todo el mundo a trabajar y a investigar para salvar vidas de niños", concluye.