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Ya es oficial. Zidane ha decidido dejar de ser el entrenador del Real Madrid. Tras una reunión esta misma mañana en Valdebebas, el club blanco ha emitido un comunicado en el que anuncia la decisión del francés y agradece todo lo que el exjugador ha hecho por el equipo. La noticia, sin embargo, no termina de sorprender a nadie. Viene de tiempo atrás. Hace meses que el técnico mostraba signos de agotamiento, pese al apoyo recibido tanto desde dentro como desde fuera del club. La falta de títulos esta temporada ha sido solo la punta del iceberg, justo lo que necesitaba para decir de nuevo adiós a su Madrid.
Recordamos que es la tercera vez que Zizou se marcha con un contrato vigente, una como jugador y dos como entrenador. La primera de ellas fue en 2006, cuando anunció que dejaría el equipo tras el Mundial de Alemania. "No quiero empezar otra temporada para jugar como en esta o como en la pasada, en la que no se han alcanzado los objetivos", alegó entonces. La segunda renuncia llegó en mayo de 2018, apenas unos días después de ganar su tercera Champions consecutiva como técnico. "Creo que es el momento para mí, para la plantilla y para el club. Sé que es raro, pero había que hacerlo en este momento". En marzo del año siguiente decidió volver y firmó hasta 2022.
El francés, esta temporada, ha llevado a un equipo plagado de lesiones y carente de titulares a ser semifinalista de la Champions y subcampeón de la Liga. Pero, para él, no ha sido suficiente. Con esta marcha, y sumándose a las anteriores, Zidane ya ha dejado de ganar 42 millones de euros del club y se lleva a su espalda 263 partidos y once títulos. ¿Será esta vez la definitiva?
Respeto. Es lo que pide Zidane cada vez que hay algo que le coloca en el ojo del huracán y lo que hace ahora el comunicado del club en el que se anuncia su marcha. "Es una decisión comprensible desde el punto de vista psicológico. Cuando estás en lo más alto, lo normal es dejarlo antes de que tu nombre quede tocado irreparablemente. Zizou busca que se tenga un buen recuerdo de él, de su paso por el madridismo. Ha soportado mucha presión mantenida en el tiempo y no quiere terminar siendo un juguete que ya ha dejado de funcionar o ser útil", nos explica el psicólogo Nacho Coller.
Pese al respaldo público que ha recibido del club en diferentes ocasiones y la buena relación que sigue manteniendo con Florentino Pérez, la presión de acabar la temporada sin un título, sobre todo en un equipo como el Madrid, le ha llevado a plantearse una vida más tranquila. "En España, el nivel de intensidad con el deporte es muy alto, más en un equipo como este: críticas, ruedas de prensa, titulares hirientes, redes sociales… es fácil que esto llegue a quemar".
Es lo que se conoce como burnout, un estado de agotamiento físico, emocional y mental que está asociado con el ámbito laboral, con el estrés profesional y el estilo de vida relacionado con él. "Es muy común en profesiones en las que existe cierta relación con las personas, como es el caso de médicos, enfermeras, psicólogos, profesores, maestros… y donde hay una cierta vocación y desgaste. Este es un caso que cumple con todas estas premisas y llega un momento en el que la persona en cuestión se da cuenta de que ha dejado de lado otras cosas importantes de su vida, como puede ser la familia", apunta el psicólogo.
Pasar tiempo con los tuyos, es uno de los principales mensajes que trasladan aquellos que toman la decisión de abandonar la vida que tenían hasta entonces para dar un cambio radical. "Aunque hay parte de frase hecha en esta expresión, es cierto que cuando estamos metidos en la vorágine del trabajo, sobre todo en uno como el de Zidane que incluye viajes, eventos, partidos… es decir, una dedicación absoluta, es normal que llegue un momento en el que las cosas verdaderamente importantes, como la familia, pasan a un segundo plano. Por eso, para ellos es tan importante el parar y dar una vuelta a la escala de valores, para ayudar desdramatizar y tomar perspectiva".
Zidane, además, juega con ventaja. Trabajo no le va a faltar, si es que lo quiere, y dinero tampoco. Puede tomárselo con calma el tiempo que necesite y eso, en palabras del experto, es algo que muy pocos se pueden permitir. "Reinventarse a los 48, a los 50 claro que es posible. Pero hay cierta trampa en este tipo de afirmaciones. Solo lo pueden hacer aquellos que tienen el colchón económico necesario. No es cuestión de edad, es de responsabilidad y de posibilidades. Las de Zidane son infinitas y, por eso, la decisión de dejar el club es más fácil que para alguien que tiene que mantener una familia y no llega a fin de mes".
Abandonar un puesto de trabajo, un club, al que le has dedicado todo gran parte de tu vida, puede generar, sin embargo, grandes crisis de ansiedad. Una sensación de desazón que no siempre es fácil de controlar y gestionar. "Lo que pedimos los psicólogos es que se deje de luchar contra la propia ansiedad porque no hay cosa que nos genere más, que es el deseo de no querer tenerla. Debemos normalizarla, aceptarla, saber que de ansiedad no muere nadie, que es molesta pero no incapacitante, que nos dificulta un poco la vida, pero que no es peligrosa", reza Collar.
Teniendo esto claro, por supuesto que hay cosas que podemos hacer para intentar gestionarla de la mejor manera posible. "Desdramatizar, tomar distancia, relativizar y pedir ayuda, ayuda profesional. Como decía el disco de Siniestro total, 'Mucha calma', eso debemos hacer, tomarnos las cosas con actitud positiva y mucha tranquilidad", concluye el experto.