Lola Herrera: "Practico y defiendo la soltería. Es signo de inteligencia"

  • La actriz protagoniza 'Adictos', donde da vida a una científica de prestigio que analiza qué están haciendo las redes sociales

  • Hablamos con ella sobre su trabajo, su trayectoria vital y sus puntales para subir cada tarde al escenario con 88 años

  • Nos confiesa el secreto está en reservar la energía para aquello que ama por encima de todo: el teatro

Para hablar con Lola Herrera habría que pedir butaca de honor. Federico García Lorca debió de pensar en una mujer igual a ella cuando escribió que "el teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana". La actriz vallisoletana, que tenía poco más de un año cuando el dramaturgo granadino fue fusilado, es puro y vivo teatro. Lo goza con tal intensidad que cuando baja el telón, dice que necesita retirarse, como si desapareciese. Damos fe de que no es así, Lola reaparece y tiene vida fuera de la escena, quizá con una energía diferente, pero con los pies en la tierra, reivindicativa, transparente y risueña. Y habla con una voz increíblemente juvenil, de timbre suave y dulce, pero temperamental, dándole a cada frase cierto dramatismo.

Desde hace hace años apoya la soltería femenina, condición que se aplica a sí misma, aunque antes estuvo casada seis años de su vida con Daniel Dicenta, padre de sus dos hijos, Natalia, actriz y cantante de jazz, y Daniel, fotógrafo y productor. Con su marido protagonizó 'Función de noche', una historia estrenada a principios de los ochenta, después de quince años de separación. Se convirtió en un grito feminista, "una terapia bestial", que permitió a la actriz expulsar un dolor que resultó ser igual al de tantas mujeres.

Después de la gloriosa gira de 'Cinco horas con Mario', sube cada tarde al escenario con 'Adictos', junto a Ana Baldrich y Ana Labordeta. Y es costumbre que, antes de empezar a hablar, los espectadores ya la han aplaudido.

Lola, ¿todo lo que le pides a la vida para ti está sobre el escenario? 

Amo esta profesión y desde el escenario percibo cómo vibra el público. Es una conexión maravillosa. Yo impregno de vida el personaje para transmitírselo a esas personas que van a verme y ellas me devuelven a mí su emoción. Dejo de hacer muchas cosas en mi vida para hacer mi trabajo y subirme cada tarde a un escenario. El teatro es mi prioridad, está por encima de cualquier otra cosa, por encima de todo. 

Dejo de hacer muchas cosas en mi vida para hacer mi trabajo y subirme cada tarde a un escenario.

Tienes un registro amplísimo que te ha permitido tocar todos los géneros. ¿Siempre te has sentido a gusto?

Ni mucho menos. Es verdad que he tomado cualquier papel y cualquier género con el respeto que merece mi profesión, pero he tenido trabajos que me habría gustado que no llegasen a mí. Mi carrera ha sido una lucha continua, un esfuerzo constante. Son muchos años y me han tocado papeles, obras, directores o proyectos buenos y no tan buenos. Papeles que me han permitido ahondar en el alma humana y otros con los que no he podido identificarme o sentir que marcaba mi camino. No siempre he tenido la fortuna de pasearme por textos tan hermosos como el de 'Cinco horas con Mario', de Miguel Delibes. 

'Adictos' es una reflexión sobre la relación de la tecnología con la sociedad. ¿Cómo te llevas tú con las nuevas tecnologías?

He llegado muy tarde. Me llevo discretamente bien porque el uso que hago es el necesario. Ni más ni menos. En el móvil, por ejemplo, prefiero las llamadas a los mensajes de texto. Me gusta la calidez de la conversación, su inmediatez, su naturalidad. El WhatsApp lo reservo para cosas muy puntales, nunca para mantener una conversación.

Nunca has dejado de ser reivindicativa. ¿Qué te duele ahora?

La injusticia. Me apena ver tantas injusticias, atropellos e inmoralidades en todo el mundo. Guerras en las que las víctimas son siempre los más inocentes. Hay que salir a la calle y pelear porque vivimos en un mundo terriblemente injusto. Reivindico sosiego, sentido común, paz, entendimiento, no a las guerras y no a la violencia.

En casi nueve décadas de vida has visto mucho. ¿Qué hemos aprendido?

Te diría que casi nada. Los hilos del odio y de las injusticias se mueven igual. Los seres humanos no aprendemos de las situaciones que deberían servirnos para decir "nunca más". Creo firmemente en el ser humano, a pesar esos poderosos que actúan siguiendo sus caprichosos y que morirán, como el resto, pero dejando un legado vergonzoso.

Has amado y te han amado. ¿Qué es el amor?

Una fuerza. He amado muchísimo, me he sentido amada. Y no hablo solo del amor de pareja, sino del amor en un sentido mucho más amplio. La naturaleza, el arte, los seres humanos, la vida en general te transmiten esa necesidad de amar y motivos para vivir con intensidad.

¿Es esa la fuerza que te sostiene con tanta vitalidad a los 88 años?

Es, sobre todo, mi pasión por el trabajo. El teatro es mi sitio, mi motor vital. La edad me exige moderar la energía y por eso se la dedico al teatro. No lo cambiaría por nada.

¿El cine español ha tenido un #MeToo convincente?

Las actrices españolas han denunciado abusos y han salido nombres de abusadores, pero no podemos esperar en España un movimiento de dimensiones similares al movimiento en Hollywood porque la industria cinematográfica allí es gigantesca. Me parece bien que pongamos las cosas en su lugar y que las nuevas generaciones ya no toleren ciertas cosas, pero al mismo tiempo hay en todo ello algo insano de querer saber más allá.

Las actrices españoles han denunciado abusos, pero hay algo insano en quienes quieren saber más

Practicas y defiendes la soltería. ¿Qué ventajas te aporta?

Vivo la soltería, la gozo y la sostengo. La mujer debería perderle el miedo porque es un signo de inteligencia. La soltería me aporta independencia y me permite organizar la vida según mis prioridades.