¿Por qué se forma la niebla y cuáles son los riesgos que provoca en la conducción?

La niebla es una estampa típica invernal. Levantar la persiana por la mañana y notar una densa niebla que nos impide ver mucho más allá es una realidad que puede resultar aterradora si tenemos que coger el coche. 

Cuando somos niños, nos explican la niebla como una nube en el suelo, aunque en realidad son minúsculas gotas de agua, tan pequeñas que flotan en el aire y que están muy pegadas unas a otras. En realidad, este fenómeno se produce por la condensación del vapor de agua de la atmósfera, al enfriarse el aire que está en contacto con la tierra o el mar. Cuando una repentina corriente fría llega hasta ese aire más cálido, las gotitas de vapor se condensan en torno a pequeñas partículas sólidas. 

Seguro que te sorprende saber que hay distintos tipos de niebla, la más común en España se forma en otoño. Por la noche, si el cielo está muy despejado, la superficie terrestre se enfría muy deprisa, y lo hace también el aire que está en contacto con ella. Si este aire está muy cargado de humedad, esta se condensa y se convierte en niebla.

Los peligros de conducir con niebla

Este efecto meteorológico tiene mucha influencia sobre la conducción, ya que afecta mucho a la visibilidad que tenemos en el vehículo. La formación de bancos de niebla dificulta la conducción ya que reduce drásticamente la visibilidad que tenemos desde nuestro puesto de conductor, con lo que aumenta mucho el riesgo de tener algún percance en la vía.

Este fenómeno atmosférico es uno de los más incómodos para la conducción porque reduce mucho la sensación de seguridad en el volante y, como hemos dicho, la visibilidad, aumentado el riesgo de accidentes por “alcance” y haciendo que tardemos más en percibir los posibles peligros, porque tardamos más en reaccionar. Si a esto sumamos que el suelo está humedecido, hace que la distancia de frenado tenga que ser mayor. Hay que tener en cuenta que igual que nosotros no vemos al vehículo de delante tampoco somos vistos nosotros por el resto de los conductores.

¿Cómo conducir con niebla?

Conducir cuando aparece la niebla es bastante complejo, ya que disminuye la visibilidad e incluso, cuando esta es espesa, se pueden perder completamente las referencias de la carretera, precisamente por eso toda precaución es poca. Desde Mapfre nos dan algunas recomendaciones a tener en cuenta. 

  • Reducir la velocidad y adaptarla a las circunstancias climáticas y de la vía.
  • Aumentar la distancia de seguridad.
  • Se debe seguir en todo momento la línea del arcén.
  • Poner las luces antiniebla. Las luces largas rebotan en las gotas de agua por lo que se deben evitar. 
  • Si nuestro vehículo está dotado de encendido automático de luces es conveniente situar el conmutador en modo manual, las condiciones lumínicas pueden confundir al sistema si es de día y desactivar las luces de cruce y los pilotos traseros.
  • Se puede calcular la distancia respecto al vehículo de delante contando 3 segundos desde que el vehículo que nos precede pasa por un punto fijo y hasta que llegamos nosotros.
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