Las cámaras con carrete vuelven a la vida: Kodak busca empleados

Cuando parecía que los smartphones y sus modernas cámaras digitales habían llevado a las viejas máquinas de fotos analógicas al borde de la extinción, desterradas en el mismo trastero en el que se acumulaban vinilos, cintas de VHS y la Game Boy, una nueva tendencia apuesta por el regreso de los carretes, los 36 disparos y el cuarto oscuro de revelado. La consecuencia más inmediata es que Kodak, el último exponente de la fotografía convencional que quedaba en el mercado, no da abasto para cubrir la actual demanda y busca nuevos empleados.

La compañía ha anunciado en Twitter que ha iniciado un nuevo ciclo de contrataciones ante una demanda de carretes de película de 35 milímetros que se había “disparado” en los últimos años, según informa 'El País'. En los últimos 18 meses Kodak ha contratado a unos tres centenares de trabajadores para cumplir con la creciente demanda de revelado de carretes.

“Nuestros distribuidores no paran decirnos que los carretes desaparecen de sus estantes”, explicó Nagraj Bokinkere, responsable de la división de la fotografía convencional en Kodak, a la web especializada Petapixel. La compañía ha pasado de un único turno de lunes a viernes dedicado a este producto a multiplicar por tres los turnos trabajando las 24 horas del día. Incluso los fines de semana.

Causas del fervor por lo analógico

¿Pero a qué se debe este súbito interés por lo analógico? En una época en la que la fotografía analógica pervivía como un recuerdo romántico, la gente parece haberse cansando de la perfección de lo digital y quiere recuperar el grano de lo químico. Hay quienes se han hartado de que la fotografía se reduzca a un simple clic y quiere volver a la calma, la magia y a las sorpresas del revelado. En definitiva, a hacer las cosas de una manera más artesanal, trabajando con mimo elementos como el encuadre, el enfoque y la apertura del diafragma, disfrutando del camino y de la emoción de comprobar el resultado final.

“Que la industria vuelva a poner la fotografía analógica en el punto de mira ha sido siempre nuestro objetivo, y no solo a nivel profesional, sino que realmente creemos que es un medio que aporta mucho a la comunidad creativa y tiene una razón de existir muy importante”, señala Albert Roig, fundador del laboratorio de revelado analógico Carmencita Film Lab, a 'El País'.

Incremento de ventas y de precios

El fervor por lo 'vintage' fotográfico también ha provocado el incremento de ventas de cámaras de carrete, lo que a su vez está implicando un aumento de los precios de las mismas. El cliente también está volviendo a ponderar valores como el peso de la cámara, su sonido y su tacto, ausentes en la experiencia de fotografiar con un smartphone. “Es como comparar un mueble de madera maciza con otro de IKEA”, afirma Roig, que añade que, aunque "nadie tiene una bola de cristal, parece que los formatos analógicos están aquí para quedarse".