Spielberg se arrepiente ahora de sus retoques digitales a 'E.T.': "No debería haberlo hecho"

El debate lleva abierto mucho tiempo: ¿La obra original de un artista debería permanecer por siempre inalterada o su creador tiene derecho a modificarla con el paso del tiempo para adaptarla a las sensibilidades del momento? Steven Spielberg fue uno de los que en su momento apostó por lavarle la cara a su creación más querida, la mítica 'E.T. el extraterrestre', aprovechando su reestreno por el 20 aniversario. Ahora se arrepiente de haberlo hecho y recomienda que nadie siga aquel ejemplo.

El llamado Rey Midas de Hollywood se ganó definitivamente su apelativo con la enternecedora historia sobre un niño y un extraterrestre que se encuentra casualmente y forjan un vínculo de amistad eterna. Aquella película estrenada en 1982 batió todos los récords de taquilla y pasó a engrosar de manera inmediata la cultura popular.

Pistolas por walkie-talkies

Spielberg aprovechó la incipiente tecnología CGI de principios de los 2000 para revisar la película haciendo dudosos retoques digitales aquí y allá, al igual que hiciera antes que él su amigo George Lucas en 'La Guerra de las Galaxias', pero lo que más llamó la atención fue su decisión de modificar digitalmente los planos en los que los agentes del FBI apuntan con sus armas a los niños protagonistas para sustituirlas por walkie-talkies.

Según confesó durante una masterclass en el marco del evento Time 100 Summit, Spielberg reniega de su decisión de editar aquella escena. “Eso fue un error", recalcó. "Nunca debí haber hecho eso. E.T es un producto de su tiempo. Ninguna película debe revisarse desde el punto de vista de lo que somos ahora, ya sea voluntariamente o forzado”, explicó.

"'E.T era una película en la que el hecho de que los agentes federales se acercaran a los niños con armas de fuego a la vista podría herir sensibilidades y pensé en cambiar las armas por walkie-talkies... Pasaron los años y cambié mis propios puntos de vista", detalló el cineasta, quien ahora admite que no debería de haber indagado en los archivos de su trabajo.

Un recordatorio de cómo era el mundo

"Todas nuestras películas son una especie de recordatorio del lugar en el que estábamos y del momento en el que las hicimos. Muestran cómo era el mundo y qué recibía cuando nuestras historias se estrenaban. Así que lamento realmente haber hecho eso".

El director de Los Fabelmans, también se quejó de casos como el de Roald Dahl, cuyos libros se han modificado recientemente para omitir contenidos que podrían considerarse sensibles por los lectores actuales. "¡Nadie debería intentar quitar el chocolate a Willy Wonka! ¡Nunca! Para mí, es sagrado. Es nuestra historia. Es nuestro patrimonio cultural. No creo en ese tipo de censura", enfatizó.