Nos habíamos odiado tanto: nuestros villanos favoritos de los 80

  • Crueles, complejos, brillantes, los villanos de los 80 ocupan un lugar entrañable en nuestra memoria

  • Y aunque a muchos de ellos los odiamos en su momento ¿es posible que ahora entendamos un poco mejor sus motivaciones?

  • Estos son solo seis de nuestros villanos favoritos de algunas de las películas más emblemáticas de esa década prodigiosa

Si te estás preguntando por qué este artículo no abre con la foto de Darth Vader, te entendemos. Digamos solamente que el Lord Sith requiere (y vamos, le han sido dados) ríos de tinta para explicar el enorme significado que tiene en la cultura popular. Tampoco verás aquí a los jefes del 'slasher' y el terror antidesmadre adolescente, tipo Jason Voorhees, Freddy Krugger o Michael Myers, que forman, ellos solos, su propia santísima trilogía del mal. Los malos que verás a continuación son igual de emblemáticos pero tienen ciertos matices que queremos discutir.

Terminator

Aunque no fue la primera opción de James Cameron para interpretar al T-800 -el modelo de exterminador enviado a matar a Sarah Connor-, Arnold Schwarzenegger fue una verdadera genialidad de casting. ¿Qué mejor que un fisicoculturista que no tenía ni idea de actuación para interpretar a una máquina 'actuando' como humano? "Act naturally" debió decirle el director, pero lo cierto es que de alguna manera inexplicable Schwarzenegger lo borda y es imposible concebir la cinta sin su presencia inexpresiva y las cuatro líneas que pronuncia. La mitología detrás de la idea de Terminator es, por cierto, además de brillante, escalofriantemente contemporánea. Desconfía de Chat GPT.

Alex Forrest

Atracción Fatal (1987) llevó el concepto de 'novia tóxica' a niveles extraterrestres. ¿El mensaje? Las mujeres se pueden enamorar tanto y tan mal que son capaces de hervir a tu conejito. Las revisiones feministas de este clásico moralista y patriarcal de los 80 (esto es lo que te puede ocurrir si dejas el camino del hogar por coger la vereda de la lujuria) no dejan títere con cabeza, con toda la razón. Pero eso no impide que sigamos recordando al personaje interpretado por Glenn Close con un escalofrío. ¿Misoginia efectista? Que sí. ¿Obra maestra del thriller erótico? También.

Clarence Boddicker

A decir verdad, Kurtwood Smith ha interpretado a algunos de nuestros villanos favoritos de las últimas décadas. No solo es el represivo padre que lleva a su hijo Neil al suicidio en 'La sociedad de los poetas muertos', sino que también es el cascarrabias Red, de 'That 70's show', ambos notables personajes. Pero nos quedamos con su encarnación de Clarence, el sicario corporativo de 'Robocop' que es, hablando en plata, la encarnación del mal más puro que se recuerde en una película de entretenimiento. Su crueldad y sadismo no tienen límites. ¿Sus motivaciones? Ninguna, solo parece divertirle el desmantelamiento de lo humano.

Johnny Lawrence

De nuestros super villanos, puede parecer el más light. Y probablemente lo sea, después de todo hablamos de 'Karate kid' una película familiar rozando lo infantil. Pero lo cierto es que la interpretación de William Zabka como el abusón Johnny Lawrence, estrella de Cobra Kai, está llena de matices como este que se ve en el fotograma que incluimos, cuando su sensei, un chalado veterano de Vietnam, le dice que le barra la pierna a su oponente de maner antirreglamentaria. "Sin piedad". Y en la mirada de Johnny vemos de inmediato al bully consciente de que la cosa se ha ido de madre. Por si fuera poco es el único villano de la lista que ha tenido una merecida evolución en la serie 'Cobra Kai', uno de cuyos escasos méritos es la recuperación de un Johnny Lawrence (casi) derrotado por la vida en busca de redención.

Hans Gruber

Resulta injusto que la brillante actuación del gran Alan Rickman como el carismático y ambicioso Hans Gruber se relacione siempre con el hecho de que nadie le dijera que lo iban a soltar en la escena de la caída y que de resultas se le quedara esa cara de sorpresa (real) de la foto. Estuvo bien, pero el resto de la actuación de Rickman es ciertamente impecable. Elegante, inteligente, impaciente y francamente ruin, Gruber se da el lujo de burlarse sin piedad del terrorismo internacional (y en él, simbólicamente, de todos los activismos bienintencionados) para revelarse como un vulgar ladrón. Pero qué ladrón. El malo que el capitalismo se merece.

Roy Batty

Sería impensable una lista de esta naturaleza que no incluyera al replicante Roy Batty. También se le han dedicado ríos de tinta a la simbología del personaje, a su humanidad artificial, pero humanidad al fin, a su rencor deicida contra Eldon Tyrell, pero en este caso solo queremos señalar que la improvisación final del actor Rutger Hauer (sí, aquello de las "lágrimas en la lluvia") es un claro ejemplo de cómo el talento individual, la imaginación, la espontaneidad, incluso el azar, pueden condensar el espíritu de una obra y hacerla imperecedera. Su alegato final, es réquiem por las cosas que se pierden en el tiempo, no es otra cosa que un deseo de trascendencia, una voluntad artística. Y no hay nada más humano que eso.