Pepe Lorente, protagonista de la película que ha emocionado a Tarque, Erentxun o Rot: "Las letras de los 80 eran mejores"

  • 'La estrella azul' narra la historia de Mauricio Aznar, líder de la banda Más Birras, de la España de los 80

  • Pepe Lorente aprendió a tocar la guitarra y a cantar para meterse en la piel del personaje

  • Más de 65.000 espectadores han visto ya la película, dirigida por Javier Macipe, entre ellos muchos músicos españoles

La estrella azul simboliza la pureza y la honestidad, pero desde hace un mes lo que evoca es la película de moda en España. Sus propios responsables lo reconocen abiertamente. “Íbamos a salir con apenas 40 copias y al final lo hicimos con 86 por el éxito que hemos tenido en los festivales y por el boca a boca”, confiesa Pepe Lorente, protagonista de la cinta metiéndose en la piel de Mauricio Aznar, líder de ‘Más Birras’, un grupo de rock de los 80, que emprende un camino en busca de sí mismo en Argentina renunciando al éxito y la fama en aquel universo de la ‘movida’.

Esta película, que arrancó su rodaje en 2020 y no pudo estrenarse hasta el pasado 23 de febrero, ya ha emocionado a más de 65.000 espectadores en España, algunos de ellos referentes en el mundo de la música como Carlos Tarque, Mikel Erentxun, Ariel Rot o Kase O. También ha recibido el Premio del Jurado Joven en en el Festival de San Sebastián y figura como la película más valorada en Filmaffinity. 

Así pues, si el río suena, agua lleva, así que desde Uppers charlamos con Pepe Lorente para recorrer paso a paso ‘La estrella azul’ por dentro. Y fruto de esa charla descubrimos que el propio rodaje daría para otra película… “Ha sido un proceso muy largo porque la peli se cayó varias veces y además nos pilló la pandemia nada más arrancar. Empezamos a rodar el 9 de marzo de 2020, con lo que a los tres días se suspendió todo. Yo pensaba que sería cosa de unos días, pero pasaron dos años hasta poder retomar el proyecto”, nos explica.

Pepe Lorente, lejos de venirse abajo, quiso aprovechar cada minuto del confinamiento para pulir su personaje: “Nosotros aprovechamos la pandemia para aprender. Hicimos de la necesidad virtud. Cada día le enviaba cosas con la guitarra a Javier Macipe (director del film) y él me corregía. Hicimos un trabajo muy importante, con una llama siempre viva para que no se apagara pero no tan viva para no quemarnos”.

Actor... y músico

Tocar la guitarra con fluidez fue uno de los desafíos a los que se enfrentó Lorente para encarnar a Mauricio Aznar: “Yo apenas tocaba dos acordes antes de empezar a trabajar en esta película. Sí tenía ritmo así que fui aprendiendo poco a poco, pero miraba el mástil, sacaba la lengua y tenía mil tics que no podían aparecer en la película así que Javier decidió que buscáramos los mejores profesores para que saliera bien esta parte tan importante. Él quería un actor capaz de tocar bien rock y chacareras o un músico al que ser capaz de enseñar a actuar, como hizo con todos los argentinos que participan en la película”.

La pandemia, sin embargo, no fue la única piedra en el camino de ‘La estrella azul’. La economía tampoco jugó a su favor. “Con los billetes en la mano se devaluó el peso argentino y hubo que reestructurar todo porque el dinero de la parte argentina de la película se esfumó de un día para otro”, explica un Pepe que, al mismo tiempo, reconoce: “Nunca lo pasé mal por los distintos parones porque nunca dudé de que fuera a la salir adelante. Siempre tuve fe. Cada vez que se torcía yo ganaba tiempo para aprender y trabajar”.

Con los billetes en la mano se devaluó el peso argentino y hubo que reestructurar todo porque el dinero de la parte argentina de la película se esfumó de un día para otro

Lo hacía con toda la confianza del mundo porque no estaba dispuesto a dejar pasar esta oportunidad. “Javier apostó por mí, que no era un actor conocido para el gran público, y eso era una gran responsabilidad. No le podía defraudar, pero no fue fácil el camino. La primera gran dificultad fue convertirme en músico. Lo digo con todo el respeto hacia los músicos, pero yo me considero uno de ellos porque puedo tocar lo que sea. Antes era imposible pero ahora toco”.

“Cuando no lo tenía dominado me quitaba mucha paz y no fue fácil. Conseguir que una guitarra te quede bien en el escenario es muy difícil. Y si es solo, todavía más. Los Carabajal son en Argentina como los Flores aquí. Son mega estrellas. Tocar con ellos me generaba mucho temor porque además iba a ser en directo y no se iba a doblar. Javier me transmitía mucha confianza, pero mi síndrome del impostor en Argentina era terrible y sufría enormemente. Ellos conocían a Mauricio y me decían que no me parecía y también que no era músico… No les encajaba y además no podía seguirles en ningún momento”, añade.

Javier me transmitía mucha confianza, pero mi síndrome del impostor en Argentina era terrible y sufría enormemente

Pero, con mucho trabajo, Pepe consiguió sentirse cómodo tanto con el rock como con las chacareras. Tanto es así que ahora le tira más el folklore. “Ahora soy más de Atahualpa Yupanki que de rockabilly. El rock es una energía explosiva e impulsiva, mientras que el folklore es verdad, es trascendencia. Todo tiene su etapa y no podemos pensar que la música de los veteranos es de abuelos. Es cierto que las letras de los 80 y las actitudes al cantar eran mucho mejores que las de ahora. Sentían la necesidad de expresarse a través de la música. Eran buenísimos. Y si entramos en el folklore ya ni hablamos”.

Paso a paso

Aprender a ser músico fue clave, pero sólo el primer paso. “Una vez sabes tocar, aunque sea peor que ellos, ya eres uno más y te sientes aliviado. Pero es que entonces tenía que tocar y al mismo tiempo imitar o evocar a Mauricio, sus movimientos, sus gestos, su manera de hablar. Todo”, recuerda Lorente para continuar desgranando el modo en que se convirtió en Mauricio Aznar: “Cuando conseguí todo eso, debía transmitir lo mismo que él tanto cuando hablaba como cuando no. Su presencia era tremenda aunque sólo fuera mirando al infinito durante horas en un patio. Él buscaba lo que es invisible a los ojos”.

Y lo consiguió. Tanto es así que todo son alabanzas sobre su trabajo a las órdenes de Javier Macipe. Él, lógicamente, feliz por los halagos, pero más aún por lo que ha supuesto para él este trabajo: “Esta peli ha sido un viaje hacia la autenticidad, hacia mi propio corazón para saber qué es lo que quiero, necesito y deseo. Ha sido un camino auténtico, honesto. Ahora pongo más límites, digo lo que realmente pienso, soy más sincero. Mauricio me ha enseñado a estar presente, a aprovechar el silencio, a escuchar y a observar”.

Cabe recordar que Mauricio Aznar dejó todo atrás para poner rumbo a Argentina en busca de sí mismo. El éxito, la fama y también los problemas con las drogas dieron paso a una etapa de introspección en Santiago del Estero. No todo el mundo podría hacerlo, pero Pepe Lorente no duda: “Sí creo que sería capaz de hacer un viaje como el que hizo Mauricio. De hecho, esta película es algo así porque he rechazado otros proyectos para sacarla adelante. Siento que he dejado de lado muchas cosas por este proyecto”.

Y es que para él ha sido un proyecto catártico. “Hay que ser muy valiente para hacer lo que hizo Mauricio de dejar todo atrás e ir a buscarse a sí mismo. Él se dio cuenta de que necesitaba ir a beber de una fuente inmensa y ancestral. En el mundo del espectáculo no vendrían mal más Mauricios Aznar. Él puso sobre la mesa una mirada hacia lo esencial, a la búsqueda de lo auténtico y de la vocación. Hay que ser valientes a la hora de tomar decisiones”, asegura Lorente.

Ahora entiende de un modo distinto su carrera y hacia dónde camina: “La estrella azul ha cumplido mi deseo con creces. El más hondo de mi corazón, más allá de hacer un protagonista y que a raíz de esto me llame algún director que me guste, era que la madre y la familia de Mauricio vieran en mi representación el alma y la esencia de Mauricio y creo que lo hemos conseguido. Eso me deja en paz. Si me ofreces ganar un Oscar con una película que no me represente y con la que no esté a gusto en mi corazón, sin ninguna duda elijo estar tranquilo conmigo mismo y no ganarlo. Ser actor es una apuesta porque estudié derecho pero eso no me interesa absolutamente nada”.