Éxito, adicciones y recaída: Robbie Williams, el músico al que solo entienden quienes conocen su etapa oscura

  • Se acaba de confirmar que Michael Gracey dirigirá este verano un biopic sobre Robbie Williams

  • Una cinta que recogerá la vida del ex miembro de Take That con una excéntrica propuesta: un mono realizado con inteligencia artificial lo interpretará

  • Repasamos la agitada biografía del coautor de 'Angels' a sus 47 años

"No es ningún santo y no se esconde al respecto", decía de Robbie Williams su biógrafo no oficial, Paul Scott, en 2004. Han pasado más de 15 años pero su espíritu poco ha cambiado desde entonces. A sus 47 años, el músico que relanzó con éxito su carrera en solitario gracias a 'Angels' no se corta hablando de los pormenores de su vida: de su adicción a las drogas, al alcohol y a los fármacos, sus problemas de salud mental o sus retoques estéticos.

"Me he rellenado la cara con bótox y me he retocado la barbilla, así que no puedo mover la jodida frente", dijo haciendo gala de esta actitud en 2016 cuando presentó los premios de la revista que lleva precisamente ese nombre (Attitude). Ahora, a través de la publicación Deadline, hemos sabido que la próxima versión sobre su agitada biografía llegará a través de un biopic que Michael Gracey ('Rocketman') empezará a rodar en verano y que se llamará 'Better Man' (un hombre mejor), como su canción. A la peculiar vida del artista se le sumará la excéntrica idea del director: todo apunta a que un mono creado por inteligencia artificial será quien interprete al ex componente de Take That, por extraño que parezca.

Cocaína y depresiones: la resaca del ídolo adolescente

Como apuntan desde la web de la revista Icon', la idea de representarlo con un mono podría tener su origen en la propia creatividad del músico. En 2002 representó en una canción una de sus más turbulentas historias con la cocaína con 'Me and my monkey' (mi mono y yo), que pertenecía a 'Escapology', su álbum más exitoso que le valió el número 1 en las listas de casi toda Europa y el despegue de su carrera en Asia.

Como contaría muchos años más tarde, en 2019, en una entrevista para el podcast Alien Nation y ya en una larga etapa de estabilidad tras su ingreso en una clínica de desintoxicación en 2007, la canción hablaba de sus días más ocuros. Los que pasó con una ex novia en una casa encantada de Primrose Hill (Londres) donde decía haber notado la presencia de una "energía oscura", una sensación que aceleraron, como él mismo reconoce, sus excesos por entonces con la cocaína y su tendencia a la depresión."Me montaba en el coche y lo que quiera que fuera que sentía se sentaba en el asiento de atrás. Dos meses después, no podía lidiar más con eso. Pensé que si esto se quedaba conmigo me iba a suicidar".

Es por eso que Paul Scott afirmaba a The Guardian eso de que "tienes que conocer la historia de Robbie Williams para entender sus discos. Si alguien no conoce su pasado como el cachorro golpeado que dejó Take That y terminó con adicciones a la bebida y las drogas y regresó del borde para resucitar, es difícil entender lo que este tipo está diciendo [en sus canciones]".

Los problemas de adicción empezaron, como apunta el biógrafo, en los 90, cuando era un ídolo adolescente con la boy band británica primigenia en la que representaba al 'graciosillo' del grupo. Fue el primero en dejarla y querer cambiar de aires en 1995, cuando empezó a juntarse con los hermanos Gallagher a raíz de un festival de Glastonbury. Como reconocería en su biografía oficial ('Feel'), eso de que no se lo tomaran en serio por ser ídolo de masas y juventudes, escocía. En aquel mismo fin de semana de festival, decía, "la gente me miraba como si tuviera un grano en la punta de la nariz porque ser miembro de Take That".

A partir de entonces se alió con Guy Chumbers, coproductor y coautor de la mayoría de sus éxitos, con quien se ha consagrado como una de las más grandes estrellas del pop británico. En 2013, con 'Take The Crown', batió el récord hasta entonces ostentado por Elvis Presley consiguiendo su undécimo número uno en las listas británicas. Y cuenta con 18 premios Brit, dos Grammy y cinco MTV Europe Music.

'Un hombre mejor'

Un giro de los acontecimientos que nadie esperaba cuando el disidente de Take That se alejó de la banda -aunque en 2010 volvió tras 15 años para una gira juntos-, mientras el líder de masas de Take That, Gary Barlow, a quien se consideró durante mucho tiempo 'el talentoso', se alejó de la música. "Ahora [Robbie] podría ser magnánimo con Gary Barlow. Robbie ha vendido 25 millones de discos, mientras que Gary es bastante regordete y vive en Cheshire. Pero ese resentimiento ardiente sigue regresando y eso es lo que lo impulsa a seguir adelante", opinaba Paul Scott.

Pero mientras su carrera de fondo ha seguido cosechando éxitos en Europa, Asia y, más tarde, en América Latina, norteamérica se le sigue resistiendo. Y eso que es allí precisamente donde está establecido desde hace más de diez años y donde vive con la modelo Ayda Field, su esposa, y sus cuatro hijos en común (Theodora Rose (8), Charlton Valentine (6), Colette Josephine (2) y Beau Benedict (1) . Y esa carencia del carácter de superestrella en terreno holywodiense, como apuntaba Scott, puede deberse precisamente a que se forjó como tal en Inglaterra y quienes no vivieron de cerca ese background con Take That, no le han seguido la pista.