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La Tarifa de Último Recurso, conocida por las siglas TUR, es una tarifa de gas regulada por el Gobierno que busca proteger a los pequeños consumidores. Esta tarifa se revisa trimestralmente, en los meses de abril, junio y octubre, y se caracteriza por no aplicar un precio fijo, sino una fórmula que sirve para determinar el coste en cada revisión.
En un contexto marcado por la incertidumbre política y financiera en el que los precios no dejan de aumentar, la TUR, que desde octubre del año pasado no puede incrementar su precio más de un 15% en cada revisión trimestral, se ha convertido en la opción más económica para los consumidores y en un refugio seguro en el que resguardarse de las previsibles subidas que experimentará la factura del gas de cara a los meses de invierno.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), actualmente no hay ninguna tarifa en el mercado liberalizado que se aproxime al precio de la tarifa TUR. De acuerdo a la organización, en el escenario actual el coste anual del suministro de gas natural en el mercado libre duplica, triplica e incluso puede llegar a cuadriplicar el coste de la TUR.
En concreto, la OCU calcula que, con la subida de precios y la rebaja del IVA del gas del 21% al 5% vigente desde el pasado uno de octubre, el coste anual de la tarifa TUR para un hogar medio que utiliza el gas como calefacción y tiene un consumo de 9.000 KWh anuales es, aproximadamente, unos 723 euros. Por el contrario, si este usuario estuviera acogido a una tarifa del mercado libre, el precio que debería asumir anualmente en su factura del gas ascendería, como mínimo, hasta los 1.516 euros, la opción más económica dentro de este sector.
Para ahorrar en gastos de cara a los meses de invierno, es recomendable, por tanto, pasarse a la tarifa TUR, que además cuenta con la ventaja de carecer de permanencia. Es decir: con esta tarifa, los usuarios tienen completa libertad para volver al mercado libre siempre que lo deseen, por lo que si los precios de este sector disminuyen en el futuro, podrían realizar el cambio correspondiente y abandonar la tarifa regulada sin ningún tipo de penalización.
Pero ¿quién puede acogerse realmente a esta tarifa? Ideada para proteger a los pequeños consumidores, la TUR es una tarifa dirigida a los consumidores que tengan un consumo de gas de hasta 50.000 KWH anuales, lo que implica que los negocios quedan excluidos de estas tarifas.
De igual manera, y a pesar de que en teoría cualquier consumidor que se encuentre dentro de los límites de consumo podría contratarla, las comunidades de vecinos que tengan calefacción con gas centralizada tampoco pueden adscribirse a esta tarifa, ya que su contratación para estas instalaciones se equiparan con las industriales.
Esta situación ha sido denunciada por la OCU, que considera la exclusión discriminatoria para todos aquellos ciudadanos que vivan en este tipo de comunidades. Para poder ayudar a estos usuarios a reducir el coste de su factura de cara al invierno, no obstante, el Gobierno ha aprobado recientemente una nueva tarifa TUR dirigida para estas comunidades. Esta medida tiene el objetivo de ofrecer a estos consumidores un nivel de protección equivalente al que tienen los usuarios que sí pueden acogerse a la tarifa tradicional, y podría ayudar a aproximadamente 1,7 millones de hogares a disminuir sus gastos.