¿Qué es el consumo fantasma de la electricidad y cuánto nos podemos ahorrar en la factura de la luz evitándolo?

En casa no somos derrochones. Es la herencia de abuelos y de padres que nos han machacado con eso de “apaga la luz si sales del cuarto” o “has dejado encendido el pasillo”. La factura de la luz está horrible y de cara al frío nos vemos repitiendo las mismas frases. Toca concienciarnos y concienciar para gastar y pagar menos. Hay cierta parte que podemos recortar y es el consumo fantasma. En Uppers vamos a recordar qué es el consumo fantasma de la electricidad y cuánto nos podemos ahorrar en la factura de la luz evitándolo.

Según el informe Consumos del Sector Residencial en España (2020-2019) elaborado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) el gasto medio anual en cada hogar español es de 3.487 kWh. Un 6,6% de esta cifra corresponde a la función standby de los aparatos electrónicos y de los electrodomésticos que se utilizan en cualquier vivienda. Otros informes incluso elevan ese gasto de electricidad hasta casi el 11% con lo que es una partida que merece la pena revisar. Al traducir ese porcentaje a euros en la factura mensual supone mucho dinero.

Algunos aparatos ya disponen de dispositivos que directamente se apagan por completo para evitar esos consumos fantasmas de luz, pero muchos otros de mayor antigüedad no se diseñaron así. Por tanto, continúan generando un gasto del que el consumidor no es consciente. Además, no es solo un aparato el que cuenta con la función de standby y la luz roja que lo delata, sino que son varios: la televisión, el equipo de música, el ordenador en modo suspendido, la impresora, el robot de cocina, el despertador, el aire acondicionado, el altavoz, la lavadora que ya terminó…

Se trata de esos aparatos electrónicos y electrodomésticos que están enchufados a la red eléctrica continuamente, listos y preparados, a la espera de ser activados con un mando a distancia o con un botón. Esa opción de estar a la espera o en standby genera un consumo de luz, aunque no estén en funcionamiento, y por ello se le conoce como consumo fantasma. Responde a que cuentan con un transformador que adapta el voltaje de los 230V que le llegan a través de la red eléctrica al que requiere para funcionar cada máquina en concreto.

Como se ha comentado muchos de estos aparatos de última generación ya salen de fábrica sin ese dispositivo de standby y si cuentan con él generan un ínfimo consumo. Por otro lado, ciertas unidades como un teléfono inalámbrico o un router deben estar en funcionamiento las 24 horas del día con lo que no será posible ahorrar con ellos. En cuanto a los cargadores de los móviles y de las tabletas prácticamente dejan de consumir una vez se ha cargado el aparato.

No obstante, conviene revisar a conciencia todas las estancias de casa para evitar que ese consumo fantasma siga haciendo crecer la factura eléctrica. Estas son las recomendaciones de los expertos:

1. Comprar nuevos aparatos sin consumo fantasma

Antes de adquirir un nuevo aparato electrónico o un electrodoméstico se debe verificar que no tiene consumo en reposo o que es mínimo. Entre los modelos equivalentes de las marcas puede haber una diferencia de este consumo fantasma significativa.

2. Utilizar regletas con interruptor

Varios aparatos ubicados en una misma habitación como la impresora, la televisión, la consola, el altavoz o el ordenador se pueden conectar a una regleta con interruptor de modo que al terminar se pulsa dicho interruptor y se apaga todo de una vez, agiliza y es lo más cómodo.

3. Instalar temporizadores

Los temporizadores permiten desconectar los aparatos de la red eléctrica a determinadas horas cada día porque se sabe de antemano que ya no se van a usar como, por ejemplo, la caldera a determinadas horas o de madrugada. Pero también dependerá de las rutinas de los que viven en casa.  

4. Emplear regletas anti standby

El precio de estas regletas anti standby es más elevado sin embargo son muy útiles y son los sistemas que aportan mayor comodidad. Existen varios tipos. Suelen disponer de un enchufe principal para el aparato de mayor prevalencia como el ordenador o la televisión y otros enchufes secundarios para los periféricos (impresora, altavoces o consola). Cuando la regleta detecta que no hay demanda de electricidad corta el suministro y lo devuelve si el aparato principal demanda luz de nuevo.