Cómo buscar trabajo mientras estás en otro (sin que tu jefe lo note)

Una gran parte de la vida la dedicamos al trabajo y necesitamos que además de darnos cobertura económica nos haga crecer profesionalmente, aprender e incluso experimentar. Cuando no cubre nuestras expectativas está en nuestra mano buscar otras opciones, sin embargo, debemos ser prudentes para no “molestar” a nuestro jefe y a la empresa. En Uppers hemos consultado cómo buscar trabajo mientras estás en otro porque puede haber mucho en juego.

El hecho de buscar un nuevo empleo ya es un arduo trabajo que se añade al que realizamos a diario. Los expertos en recursos humanos y en la gestión del talento destacan que la tarea no consiste en trazar un plan malvado como si fuéramos un delincuente. Se trata de aplicar el sentido común y llevar a cabo una estrategia que nos permita encontrar esa vacante que nos resulte atractiva y postularnos con la máxima prudencia.

A cualquier jefe o compañía no le va a agradar en absoluto que estemos buscando un nuevo empleo a sus espaldas e incluso podría provocar que quieran prescindir antes de tiempo de nosotros. Si nos piden que nos expliquemos siempre se puede dejar claro que solo estábamos tanteando el terreno por curiosidad, qué nos gustaría saber el tramo salarial en el que se mueven otros profesionales de nuestra categoría e incluso si debemos apostar por especializarnos más en nuevas competencias que estén empezando a demandar los clientes.

El mejor momento para empezar a buscar un empleo trabajando

Por una parte, hay que saber cuándo es el momento de tomar la decisión de buscar un nuevo trabajo, que llega porque creemos que merecemos un mejor sueldo, las funciones que realizamos ya se nos quedan cortas y hasta nos aburrimos, estamos seguros de que tenemos más capacidad y buscamos un cambio. En definitiva, es nuestra responsabilidad encontrar lo mejor para cada uno. Pero todo ello en clave positiva. A veces esperamos demasiado ese momento y nos invade la desgana e incluso nos creemos una víctima de nuestro jefe o de nuestra empresa.

Lo más aconsejable es hacer un “reseteo”, decidirse a encontrar otro puesto de trabajo porque es nuestra responsabilidad, pero siguiendo con el nuestro con las máximas ganas posibles. Ese cambio de actitud a positiva nos abrirá otras oportunidades y nos aportará la energía necesaria para llevar a cabo el cambio. Por otra parte, en ocasiones no cabe duda de que es necesario un giro laboral. Suele darse cuando ir a trabajar genera ansiedad, nos encontramos deprimidos, llegamos a casa con una desgana total y todo lo relacionado con el trabajo nos genera emociones negativas.

Las prioridades para el nuevo trabajo

Una vez tomada la decisión de volver a coger las riendas del desarrollo laboral, es básico plantearse cuáles son las prioridades que tendría que cumplir ese nuevo trabajo en cuanto a salario, plan de carrera, ambiente laboral, valores de la empresa, horario, teletrabajo, flexibilidad, conciliación familiar... También es necesario tener claro hasta qué punto podemos ceder en cualquiera de esos campos. Si una de nuestras necesidades es la conciliación familiar ya sabremos qué tipo de trabajos no podremos desarrollar porque por ejemplo implican viajar. Otra opción es plantear el problema en la empresa actual, ya que tal vez sea posible el cambio sin necesidad de buscar en otra compañía. En todo esto entra en juego el estado de salud física o mental que por supuesto influye a la hora de buscar otro empleo con paciencia y sutileza mientras seguimos yendo a trabajar como siempre.

Hay varios aspectos que los profesionales de los recursos humanos apuntan. Uno de ellos es ese sentimiento de traición a nuestra actual empresa que en ocasiones nos invade. Es de lo más normal. Cualquier empresa busca nuevo talento al igual que cada persona quiere encontrar nuevas oportunidades para seguir creciendo. En definitiva, se busca lo mejor para uno mismo y no es algo malo sino todo lo contrario con lo cual en este caso no cabe la supuesta traición.

Otro aspecto importante es el hecho de contar a los compañeros o al propio jefe que se ha tomado la decisión de buscar otro trabajo. Lo recomendable es hacerlo con cautela y no contárselo a nadie de la organización. A quién sí se puede explicar el nuevo objetivo es al círculo de amistades porque de ahí cabe la posibilidad que surjan nuevos contactos, pero siempre con prudencia para que no llegue a oídos de tu compañía. Tampoco es positivo adelantar a los clientes que estás buscando empleo, aunque surja la oportunidad, probablemente se lo comuniquen a otras perdonas de tu empresa y puede que no les guste tu “infidelidad”.

Además, hay que tener cuidado con atender las llamadas de teléfono de las vacantes a las que has postulado mientras se está en la oficina y con los compañeros. En cuanto a las posibles entrevistas entenderán que necesitas reunirte fuera de tu horario laboral y que solicitas discreción. Tampoco debes llamar tú la atención apareciendo de punta en blanco en la oficina cuando todos vais de sport.

Por último, se ha de ser precavido en cuanto a la utilización de las redes sociales y sobre todo con la forma de actuar en LinkedIn. Por un lado, es necesario llamar la atención de los reclutadores pero se debe hacer de forma muy discreta. Además, siempre se tienen que utilizar nuestros dispositivos electrónicos y no los del trabajo.

Hay que actualizar el perfil de LinkedIn pero desactivando las notificaciones de modo que no se anuncien los cambios a los contactos. Después, ese perfil se debe convertir en público para que sea accesible. A continuación, nunca hay que activar la opción de ‘Interesado en nuevas ofertas’. En el día a día hay que ser activo y trabajar la marca personal con publicaciones que te den visibilidad profesional, trasmitan tu experiencia, tus proyectos... Igualmente es de utilidad unirse a grupos relacionados con la búsqueda de empleo pero sin que sean visibles en tu perfil.