Cómo gestionar los emails de trabajo a deshoras o en fines de semana para ser más feliz

  • La e-ansiedad es un tipo de agobio motivado por la necesidad de estar siempre conectados en el trabajo

  • La supervisión excesiva del correo electrónico en horario no laboral es perjudicial para el bienestar y las relaciones, según un estudio

  • Hay que aprender a diferenciar entre “lo urgente y lo importante” y establecer recursos que modulen el comportamiento

Es posible que más de una vez hayas recibido un correo electrónico de tu jefe fuera de tu horario laboral, incluso en fin de semana. Y también es bastante probable que lo hayas contestado inmediatamente, instigado por el miedo al despido, al rechazo o simplemente a quedar mal. Pues bien, puede que estés siendo víctima de la denominada e-ansiedad, un tipo de agobio motivado por la necesidad de estar siempre conectados y que afecta psicológicamente a los trabajadores.

El el efecto de los correos electrónicos en el bienestar de una persona y su entorno próximo ha sido tratado por un grupo de investigadores encabezados por William Becker, profesor de la Universidad Virginia Tech, en un estudio titulado 'Matándonos suavemente', que recoge 'El País'. Tras encuestar a más de 400 empleados de diferentes sectores y a sus personas cercanas, los investigadores concluyeron que la supervisión excesiva del correo electrónico en horario no laboral es perjudicial para el bienestar y las relaciones

Impacto sobre el entorno familiar y personal del trabajador

“Ver a tu jefe siempre pendiente del correo electrónico, saber que los envía durante el fin de semana o las noches, genera una expectativa, de modo que no importa cuál sea la política de la empresa o la ley. Si sientes esa presión de tu supervisor, eso va a prevalecer sobre todas las demás cosas”, explicó Becker.

Las consecuencias de esta situación afectan al entorno familiar y personal del trabajador, según el estudio. El efecto negativo se traspasa a las parejas o a los hijos cuando el empleado deja de desempeñar las funciones personales o familiares porque no logra despejarse completamente del trabajo.

La expectativa crea una demanda perpetua

"Los pequeños desencadenantes, como cuando la familia realiza una actividad de ocio, pero uno de los miembros está revisando el correo electrónico o pensando en problemas del trabajo, dificultan una conexión efectiva entre los miembros de la familia", describieron los autores del estudio.

Cuando esas situaciones se repiten de manera regular, podría suceder que los familiares empiecen a ser muy conscientes de esas interrupciones o distracciones, elevando los conflictos y la ansiedad. "A diferencia de los casos en que un empleado puede hacer frente a la sobrecarga de trabajo invirtiendo recursos para finalizar una tarea y luego desconectarse mental y físicamente, la expectativa de respuesta de los correos crea una demanda perpetua", afirma el estudio.

La e-ansiedad se acrecentó con la pandemia

Olga Merino Suárez, coordinadora regional de prevención de Fremap (Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales, en España), aseveró que el trabajo telemático “improvisado”, que empezó con la pandemia del covid-19, intensificó los niveles de ansiedad y estrés. Además, al perder las conexiones físicas, las personas intentan mantener los vínculos estando siempre disponibles, sea por correo electrónico o en los canales de mensajería instantánea.

También el uso creciente de las redes sociales, además por parte de las empresas, intensifica la dificultad de desconexión porque se da por hecho que el trabajador tiene siempre el móvil en las manos, lo que provoca la sensación de tener que contestar lo más rápido posible. “La mensajería instantánea puede ser aún más perjudicial que el correo electrónico porque exige atención con mayor rapidez”, asegura el profesor Becker.

Diferenciar entre "lo urgente y lo importante"

La rapidez de las respuestas en el entorno laboral es parte de la cultura de la inmediatez que se vive actualmente, pero hay remedio. “La percepción de urgencia no es necesariamente real y se puede regular”, indica la responsable de Fremap. Para eso, defiende que hay que aprender a diferenciar entre “lo urgente y lo importante” y también a establecer recursos que modulen el comportamiento, tales como elegir el momento de respuesta de forma racional, dosificar el acceso a las aplicaciones, y analizar la autoexigencia y las expectativas.

Suárez considera que los líderes en las empresas deben ser “el elemento integrador” de las políticas de desconexión digital. “Su actuación debe ir esencialmente dirigida a enseñar con el ejemplo, a la concienciación y sensibilización de todos los integrantes del equipo”, explica. En ese sentido, Becker añade que las notas, alarmas, y avisos de descanso son útiles, pero pierden su función si en el equipo de trabajo no se acostumbra a respetarlas.

El profesor concluye con una última reflexión: “Las empresas piensan que obtienen algo gratis cuando la gente trabaja más de lo que debería, pero intentamos demostrar que, a la larga, hay que pagar un precio. Si tus empleados se agotan y tienen problemas en su vida familiar, eso acabará alejándolos de la organización”.

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