Cuando la cana es símbolo de poder: la lección que deja la melena gris de Carolina de Mónaco

  • La aparición de la princesa, de 63 años, dejando al descubierto sus canas en la celebración del Día Nacional de Mónaco se suma al fenómeno de la liberación del pelo gris

  • Un hecho simbólico que ha tenido lugar la misma semana que veíamos 'sudar tinta' a Rudy Giuliani, el abogado de Trump, en un discurso que representa el ocaso de su administración. ¿Por qué el pelo y su significado son tan poderosos?

El final de esta semana deja dos imágenes históricas y opuestas que nos llevan a una comparación irremediable. Por un lado, Carolina de Mónaco (63) mostrando una hasta ahora inédita melena con canas en la celebración del Día Nacional de Mónaco. Por otro, a Rudy Guiliani (76), el abogado de Donald Trump, sudando su propio tinte capilar en una comparecencia pública en la que trataba de justificar de manera casi grotesca la supuesta irregularidad de las elecciones norteamericanas que su representado ha perdido. Mientras que los chorreones de tinta del primero se convertían en meme simbolizando el ocaso de su administración, la ausencia de coloración artificial de la princesa ha surtido el efecto contrario: el caluroso recibimiento desde muchos rincones de internet, cada vez más familiarizado con el movimiento pro canas.

El poder de influencia en cuestión de estilo de la monarca, hija de Grace Kelly, icono de belleza universal, es incuestionable. Es por eso que haber renunciado a cubrir sus mechas grises para un acto oficial de previsible repercusión internacional no está exento de significado. Representa la renuncia a los cánones estéticos tradicionales que asocian el cumplir años con la pérdida del atractivo -más en el caso de las mujeres-. No es coincidencia por tanto que, en pleno confinamiento y sin poder acudir a esos otros templos que son las peluquerías, las ventas de tinte se dispararan un 36% en los supermercados de España.

Pero algo está cambiando desde hace ya tiempo, aunque Rudy Giuliani permanezca ajeno al hecho. La liberación del pelo cano, plateado, gris, blanco o metalizado es un fenómeno que cada vez abanderan más rostros conocidos, ejemplo aspiracional de los ciudadanos de a pie. Sylvester Stalone, Jane Fonda, Diane Keaton y, aquí en España, hasta la reina Letizia han hecho su particular grey transition y ahora dejan ver, en mayor o menor medida, su melena natural.

Si pensamos en la imagen del sabio clásico, representado popularmente con barbas y melenas frondosas y blancas como la nieve, el simbolismo está claro: el pelo blanco como símbolo de experiencia, saber y poder. Pero no hace falta remontarse tantos siglos atrás para entender su relevancia en nuestro día a día. Basta con reproducir la segunda temporada de Fleabag (BBC), la serie creada por Phoebe Waller Bridge, para entenderlo con tres sencillas palabras -cinco en español-: "Hair is everything" (el pelo lo es todo), desembucha la protagonista ante el peluquero, culpable del desastroso corte de pelo que su hermana luce para su desconsuelo. "Estamos programados para pensar que es un símbolo de poder. Para pensar que es un símbolo de fertilidad. Alguna gente es explotada por tenerlo y a ti te paga tus malditas facturas. El pelo lo es todo". Larga vida a las melenas plateadas.

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