Huevos, chocolate o tomates: alimentos que a menudo van a la nevera y no deberían

  • Te desvelamos los alimentos que llevas metiendo en la nevera toda la vida y estás cometiendo un error

  • Los plátanos y otras frutas tropicales deben conservarse a temperatura ambiente para asegurar su sabor

Vas al supermercado, haces la compra y lo metes directamente en la nevera. Quizá jamás te hayas preguntado la razón o si ese es verdaderamente su sitio, simplemente lo haces por costumbre. Pero, ¿sabías que las condiciones que se dan dentro de un frigorífico pueden llegar a arruinar ciertos alimentos? Te explicamos cuáles nunca deberías colocar dentro y el lugar idóneo para ponerlos.

Tomates

'Los tomates ya no saben a nada'. Es una de las frases estrella que se pueden escuchar en fruterías y reuniones familiares alrededor de una mesa. No te quito la razón. Pero que, si además de no tener el sabor de antes, los metes en la nevera, va a peor.

En las grandes superficies las hortalizas llegan sin estar en su momento óptimo de maduración y al poner las piezas en la nevera, el frío hace que el proceso se detenga. Esto afecta a su sabor y textura. Se ablandan y pasan a tener una textura harinosa bastante desagradable.

Según un estudio realizado por la Universidad de Florida en 2016, cuando los tomates se almacenan en la nevera se producen en ellos cambios irreversibles que afecta directamente a su sabor. Tras tener refrigerados durante siete días los tomates los investigadores los calificaron como menos sabrosos y se produce una reacción en las moléculas de olor de estos.

Chocolate

Sorpresa. Eres de los que metes las tabletas de chocolate en la nevera pero, por ejemplo, no las cajas de bombones. No tiene lógica. Deja de almacenar chocolate en la nevera, está perdiendo todas sus propiedades. El maestro chocolatero David Pallàs explica que el chocolate y el agua son incompatibles y la nevera condensa el agua y cristaliza la parte superior de las tabletas, por eso blanquean en la nevera.

El chocolate debe fundirse en la boca, solo así desprende sus aromas y para eso debe estar a temperatura ambiente. En caso de tener que guardarlo forzosamente dentro de la nevera siempre debe ser dentro de un tupper.

Además, Pallàs recomienda que esté en una despensa oscura y seca, a ser posible dentro de una caja metálica, o en su defecto envuelto en papel albal para evitar que absorba los olores de los alimentos que están a su alrededor.

Huevos

Parece obvio. En el supermercado nunca están refrigerados y llegamos a casa y los metemos en la nevera. "Los huevos si sufren cambios bruscos de temperatura es muy posible que se estropeen por eso la industria los desplaza y almacena sin refrigerar. En casa los puedes dejar en un lugar fresco y seco sin problema", explica Emilio Galindez, nutricionista de la Clínica Gerocastillo.

Si bien es cierto que en la nevera aumentarán su vida útil, pero dependiendo del lugar en el que los sitúes. "Colocarlos en la puerta, pese a ser un sitio destinado para ellos, no es nada aconsejable ya que es la zona con más fluctuaciones de temperatura. Es mejor opción almacenarlos en las baldas intermedias y siempre al fondo", añade Galindez.

Plátanos, aguacates y mangos

Es aplicable a cualquier variedad tropical. Al igual que pasaba con los tomates, estas frutas suelen llegar a nuestros hogares sin el punto óptimo de maduración y el frío rompe este proceso e incluso hace que estos frutos pierdan propiedades y sabor. Se trata de alimentos que en sus zonas de origen las temperaturas son elevadas y por lo tanto no supone un problema que aquí, en España, estén sin refrigerar.

Una vez maduros, es cierto que no hay inconveniente en que se depositen en la nevera, a ser posible en bolsas de plástico, ya que estas evitarán que se echen a perder rápido. Eso sí, para disfrutar al máximo de su sabor y aroma, antes de consumirlos es importante que los saques de la nevera para que se atemperen y suelten todos sus azúcares y jugos.

Pan de molde

Es una costumbre típica de las zonas de costa y se tiende a hacer para evitar que se ponga correoso y para alargar su vida útil. Pues bien, es un error garrafal. El pan y la humedad se llevan mal, incluido el de molde. Tenerlo en la nevera propicia que se deteriore mucho antes por el efecto del frío y la humedad.

Este y cualquier tipo de pan deben guardarse en el envoltorio de plástico, cerrado y en un lugar fresco, seco y, a ser posible, oscuro. No obstante, hay un caso en el que la nevera puede ser una opción aceptable y es cuando se vaya a tostar. Al calentarlo el empeoramiento de la textura se verá compensado.