El año de las cosas que no hicimos

  • Hay planes ambiciosos, modestos, peligrosos, apacibles, grandes o pequeños. Sean como sean, durante la pandemia ninguno tendrá lugar

Será un año sin millones de cosas. Cosas que íbamos a hacer y que ahora se posponen o se desvanecen. Pasamos de algo a de repente nada, o casi nada. Cuando acabe, 2020 estará plagado de huecos por dentro: son los planes que no se pudieron completar por culpa de la pandemia. Cada uno tiene su forma particular.

Para todos los gustos

Hay planes ambiciosos, planes modestos, planes peligrosos, planes apacibles, el gran plan de una vida o el pequeño plan de la semana que viene. Pero la palabra plan es vaga, así que me puse a preguntar a amigos, conocidos y apenas conocidos que aparecían en mi agenda, qué tenían ganas de hacer este año que al final no harán. No pensé en su apellido, ni en su profesión, ni en su currículo. Así que empecé a voleo por Patricia, que me dijo que pretendía volar a Madrid, donde se "fastidiaría la garganta" cantando durante tres días en un festival, antes de tomar otro un avión a Brasil, para "hacer gárgaras en Río de Janeiro".

Seguí por Juan, que iba a operarse de una rodilla en la que arrastra una lesión degenerativa y de la que con "el encierro, sin hacer nada, me encuentro mucho mejor". Nacho había preparado un viaje a Laos para hacer un reportaje "sobre el país que más bombas sin explotar tiene del mundo y cómo su gente tiene que vivir con algo así". Óscar estaba a punto de plantarse en Orihuela para descansar, cuando se vio encerrado en su piso, "así que aproveché para reformarlo". Laura tenía que tomar próximamente un vuelo que se canceló para ir a Sant Jordi a firmar un libro "que no existe porque su publicación se suspendió". Marta también iba a viajar al Sant Jordi, con la esperanza de conocer al fin a Milena Busquets. Llevaba años intentándolo y este iba a ser la definitiva.

De estallidos sociales, pandemias y un encuentro con Steven Spielberg

Bruno tenía en agenda viajar a Chile para presentar los últimos libros de su editorial. Estuvo allí a finales de 2019, cuando fue testigo del estallido social. "Regresé a España en febrero, para ser testigo de la pandemia". Esther, aparte de un viaje al Valle del Dordoña, tuvo que cancelar una reforma en casa que me ilusionaba mucho "porque incluía un espacio para una biblioteca soñada". Sonsoles iba a ir a la boda de su mejor amigo, iba a hacer un viaje de dos semanas a Fuerteventura, iba a cambiar de trabajo y de ciudad, e iba a ver nacer a su sobrina Emma, y resulta que "nada ya de eso podrá ser". Xacobe iba a pasar diez días con su novia en Estados Unidos y ver a los Knicks contra los Raptors. Bernie estaba rodando una producción de Steven Spielberg. Era su sueño desde niño. "Esperaba abordarlo en cuanto se pasase por el rodaje y pedirle una foto emulando el cartel de ET, juntando nuestros índices".

Raquel no podrá disfrutar de la infinity pool del resort Amanoi, en la provincia vietnamita de Ning Thuan. "Echaré mucho de menos los relajantes baños en el bosque y los tratamientos de yoga acuática en su hamman, además de la ceremonia budista de bienvenida". A Isra el encierro lo sorprendió sin grandes planes, salvo la entrega a un nuevo amor, "y con lo que no contaba era con tener una relación epistolar". Manuel iba a recibir la visita en Madrid de su hijo de ocho años, sus sobrinos, su hermana y su cuñado. Estaba todo listo para hacer mil planes con ellos. "Mi hijo en Madrid siempre es un acontecimiento". Luego tenía dos viajes, una a México y otro a Colombia, porque sale allí su libro. "Pero no ir me la suda". Hablando de libros, Ana iba a releer 'Mi familia y otros animales', alentar a sus hijas a leerlo e ir con ellas a Corfú, a visitar la casa de los Durrell. "Por lo menos la mitad del plan todavía es posible". Raúl estaba a punto de firmar como entrenador de un equipo de fútbol saudí.

Todo aquello que al final no pasará

Carlos daba forma a una mudanza para irse a vivir al mismo país que su novia y "salvar la distancia física que hay desde el inicio de la relación". Lourdes quería hacer con su pareja un viaje largo por el sudeste asiático. Blas pretendía volar a Perú y a Argentina para visita a la familia. Laura ha dejado de hacer un libro de relatos y fotos, en gran formato, a partir de un viaje por África acompañando a una fundación que se dedica a erradicar las cataratas, y a la que ayudaría a recaudar fondos. Patricia iba a hacer una excursión familiar, además de ensayar para distintas funciones teatrales. Pablo aspiraba a "forrarse" dando conciertos por toda España. "Es una aspiración que tengo desde siempre, pero la historia no se atiene a la verosimilitud aristotélica. El virus es sólo la excusa de este año para no conseguirlo y seguir fracasando". Ana iba a comer al Culler de Pau.

Tito iba a sacar de la biblioteca el libro de memorias del alcalde de Ourense, un tal Jácome. Belén iba a arrepentirse por renunciar a un empleo bien remunerado, estable, en una consultoría, por trabajar en el sector social, en proyectos para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. "Pero ahora no encuentro mejor trinchera laboral y personal que en la que estoy". Isabel planeaba pasar unas semanas en una cabaña suiza, y más loco aún, "comprarme un piso". María aspiraba a pasar "los últimos días de invierno y el comienzo de primavera con los amados árboles" de la casa de sus padres. Priscila hace 15 años aprendió francés porque quería visitar Aix-en-Provence. Ese año al fin iba a ir con Chano, su pareja, a visitar los talleres de los impresionistas, comer ostras y beber Rosé. Inés iba a irse a Portugal cuatro días, en familia. Pensaba que se le harían eternos con su marido, acostumbrados a verse poco. "Y ahora llevamos más de treinta encerrados bajo el mismo techo".

Podríamos seguir repasando, y no acabar nunca, todo aquello que al final no pasará. O que sí pasará, con un poco más de tiempo, tal vez de otra forma. Las cosas que no ocurren siguen metidas en la cabeza, como obsesión. No mueren, sin más. Y como todo el mundo quiere algo, y el deseo de conseguirlo es la energía que nos levanta de la cama y nos lleva a cada uno por un sitio cada día, quizá todo lo que no va a pasar este año arrecie en los próximos.