Siempre discutiendo: cómo intermediar entre tu familia y tu pareja sin liarla más

  • Al principio de una relación es bastante común que surjan desavenencias y conflictos, sobre todo con los suegros, que terminan desembocando en una relación difícil de gestionar.

  • Negarte a entender las razones que llevan a tu pareja o a tu familia a mantener una relación difícil no solo te impedirá llegar a la raíz de esta situación, sino que acentuará los problemas

  • Siempre que sea posible, evita sacar a la luz estos temas controvertidos

La integración de una pareja a la familia supone siempre una adaptación en la que ambas partes se dan tiempo para conocerse y reconfigurar los roles que existían previamente. Muchas veces esta adaptación transcurre sin problemas y se llega a un punto de equilibrio en el que se crea una relación cordial basada en el cariño y el respeto.

Sin embargo, es bastante común que en esta etapa surjan desavenencias y conflictos, sobre todo con los suegros, que terminan desembocando en una relación difícil de gestionar. Si, además, la relación es reciente y se avecinan periodos de mucha convivencia familiar, como la Navidad, es fácil que haya desencuentros, causados, normalmente, no por un único factor, sino por la confluencia de situaciones que propician que la relación se tense. ¿Cuáles son esas situaciones? Estas son las principales, según los expertos del gabinete psicológico online TherapyChat

Diferencias culturales

Sin duda, una de las causas más comunes son las diferencias culturales que a menudo definen distintas formas de ver y comprender la vida. A veces, esta discrepancia de criterios es tan marcada que es prácticamente imposible encontrar un punto en común que permita una convivencia armónica.

En otros casos, los celos pueden ser los detonadores de esa guerra abierta o encubierta. De una parte, se encuentran los familiares, que pueden pensar que ya no ocupan un lugar tan importante en la vida de esa persona, de manera que harán lo que esté en sus manos para menoscabar la relación. Y, por la otra, la pareja puede creer que se le concede demasiado tiempo a la familia, anteponiéndola a la relación de pareja.

Ambas situaciones no solo afectarán a la configuración de su relación, sino que tú mismo te adentrarás en un terreno minado que te desgastará psicológicamente y que, en el peor de los casos, puede acabar desgastando el vínculo que tú tenías con tu familia y/o con tu pareja anteriormente. Sin embargo, si bien en muchos casos, sobre todo cuando dejamos que los problemas cobren vida sin hacer nada al respecto, una relación tensa entre tu pareja y tu familia puede terminar con esa relación sentimental o alejándote de tus familiares, lo cierto es que no siempre tiene que ser así. Afortunadamente, existen diferentes maneras de lidiar entre tu pareja y tu familia para intentar que se acepten, respeten y aprendan a estimarse. En este sentido, la psicología puede ayudarte a comprender mejor las causas que han provocado esta situación y animarte a tomar cartas en el asunto antes de que sea demasiado tarde. ¿Cómo conseguirlo? Los expertos de TherapyChat explican las pautas principales.

Escucha las razones de los demás

Negarte a entender las razones que llevan a tu pareja o a tu familia a mantener una relación difícil no solo te impedirá llegar a la raíz de esta situación, sino que acentuará los problemas. En cambio, si muestras una actitud más abierta y conciliadora y te abres a escuchar las razones de ambas partes podrás comprender mejor lo que está sucediendo para ponerle solución cuanto antes.

La escucha activa implica aceptar todas las perspectivas. Hay que comprender que todos tienen su razón y es tan válida una como otra, son formas diferentes de ver la realidad.

Explica que el amor no es excluyente

A veces el motivo que se encuentra en la base de la mala relación entre tu pareja y tu familia es el miedo que tienen a perder tu cariño. Por eso, una buena manera para calmar los ánimos y devolverles la confianza consiste en explicarles que el amor que sientes por una u otra parte no es excluyente sino que, por el contrario, ambos enriquecen tanto tu vida como la de quienes te rodean.

Sincérate y pide comprensión

A pesar de los problemas que puedan existir, tanto tu pareja como tu familia te quieren y quieren lo mejor para ti. Por tanto, hazles saber cómo te sientes respecto a esta situación y pídeles que te ayuden a solucionar los problemas.

Apela al respeto

Seamos sinceros: a veces hay temas que son irreconciliables. Sin embargo, esto no debería convertirse en un obstáculo para que tu pareja y tu familia mantengan una relación cordial. Apelar al respeto en estos casos y poner límites claros y concisos te ayudará a mejorar la convivencia sin herir a ninguna de las partes.

Evita los temas conflictivos

En toda familia y en toda relación existen temas espinosos en los que existe un claro desacuerdo. Traerlos a colación una y otra vez no acercará puntos de vista sino todo lo contrario, generará discusiones que dejarán a todos con una sensación desagradable y acentuarán la brecha que ya existe. Por tanto, siempre que sea posible evita sacar a la luz estos temas controvertidos. Pero solucionar la difícil relación entre la pareja y la familia no es solo responsabilidad del intermediario sino que involucra a todas las partes.

A fin de cuentas, poco se puede conseguir si la pareja o la familia no toman consciencia y ponen de su parte para acortar distancias e intentar mejorar la relación. Sin duda, en estos casos es fundamental que tanto uno como el otro comprendan y asuman su nivel de responsabilidad, siendo lo suficientemente autocríticos como para identificar y reconocer las causas que han llevado a la relación hasta ese punto.