La app que te permite cenar con desconocidos y ampliar tu círculo de amistades

Acabas de llegar a la ciudad y no conoces a nadie, te acabas de separar y estás un poco “colgado”, tus amigos no pueden quedar o se han marchado… En casa, las paredes se te caen encima y te aburres soberanamente. Es el momento de reconocer que estás un poco solo, que necesitas socializar por salud mental o algo tan simple como ampliar tu círculo de amistades. La nueva aplicación Timeletf te propone un plan, en concreto una cena, que podría ser tu tabla de salvación y no tiene nada que ver con organizarte una cita online. En Uppers nos hemos apuntado para probar la experiencia y nos ha gustado. Así es la app que te permite cenar con desconocidos.

Efectivamente, Timeleft organiza una cena todos los miércoles en un restaurante para una media de seis comensales que son unos absolutos desconocidos. Por el momento, estas reuniones se celebran con la intención de que unos y otros se conozcan y conversen dejando abierta la posibilidad de que se entable amistad. Después, si se quiere habrá nuevos encuentros futuros.

Cómo apuntarse a cenar con desconocidos

En principio apuntarse es bien fácil y la aplicación te guía en el camino. En primer lugar, hay que inscribirse, rellenar los datos en un formulario y cumplimentar un test de personalidad en el que se tarda unos cinco minutos. Las respuestas sobre los intereses, preferencias, lengua e incluso las intolerancias alimenticias sirven de guía al algoritmo de la aplicación para encontrar la mejor compatibilidad con otros participantes. De todos modos, este perfil está abierto a modificarse en un futuro.

Hay tres formas de inscribirse:

  • A través de una suscripción mensual para poder asistir a una cena al mes
  • Un plan trimestral para participar cada tres meses
  • De forma semestral, cada seis meses.

El siguiente paso es reservar con la idea de que para apuntarse a la cena de un miércoles concreto hay un plazo límite: antes de las 23:59 del lunes. En caso de inscribirse ya el martes el evento al que se tiene la opción de ir será el miércoles, pero de la semana siguiente. La aplicación cruza los datos de las personas inscritas para asegurarse de que el grupo formado tiene cosas en común.

El día antes de cada cena, que sería el martes, se recibe información que desvela ciertos detalles de los integrantes que asistirán al evento. Ya el mismo miércoles por la mañana se da a conocer el nombre y la dirección del restaurante. Tal como apuntan desde la aplicación, el precio de los establecimientos ronda entre los 20 y los 35 euros y cada comensal se debe ocupar de pagar lo que haya consumido y “actuar como un adulto responsable”.

Al llegar al lugar, tras tomar asiento, solo hay que escanear el código QR. Para romper el hielo entre tanto desconocido la aplicación propone un juego que da pie a empezar a conocerse.

La cena suele durar entre dos y tres horas dependiendo de si las conversaciones fluyen, entretienen y resultan interesantes para los comensales. Una vez termina la experiencia, se tiene que evaluar el evento al igual que la compatibilidad con cada uno de los participantes. En definitiva, se trata de ayudar al logaritmo a mejorar sus resultados a la hora de organizar los grupos.

No es una cita, el objetivo es conocer gente interesante

Desde la web insisten en que no son la típica aplicación de citas. El interés es otro; “conectar con personas interesantes, sin prejuicios, durante una cena”. Se definen como “un portal hacia una nueva forma de vivir en la ciudad, un himno al encuentro humano y una invitación a aventurarse en el tejido social con una mentalidad acogedora”.

También son conscientes de las dificultades que muchas personas tienen para entablar una conversación con desconocidos. Así, disponen de un blog que resuelve muchas dudas sobre cómo ir vestido a esa cena; el impacto de la primera impresión; qué preguntas dan pie a hablar y cuáles están “prohibidas” porque invitan a responder solo con un sí o un no; cómo se puede ajustar el tono de voz y el lenguaje corporal a la conversación; la importancia de no intimidar a los interlocutores y de guardar las distancias; o cómo superar el miedo escénico o el estrés del momento.

En cuanto al público que ya es adepto a estas cenas, la media de edad oscila entre los 35 y los 40 años y se agrupa por preferencias de idioma o por lengua materna. Por otra parte, destacan que, aunque se intenta que en cada evento haya una proporcionalidad de género, “las mujeres tienden a responder en mayor número (50 a 65% de los participantes)”, de modo que en ocasiones se reúnen por ejemplo cuatro mujeres y dos hombres. También se busca un cierto equilibrio en cuanto a la edad con un límite máximo de 10 años entre el más joven y el más mayor del grupo.

Por el momento, la comunidad asciende a 50.000 miembros que tienen la opción de asistir a cenas en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga y Zaragoza, además de en Londres, París o Lisboa.