El cofundador del sumergible Titan tiene otro proyecto entre manos: una colonia de mil personas en Venus

Hace un mes y medio, las miradas de medio mundo se dirigían sobre una vasta extensión del océano Atlántico, más o menos próxima a la isla canadiense de Terranova. Fue allí donde se registró la última señal del Titan, el sumergible que transportaba a cinco personas como parte de una expedición a descubrir los restos del naufragio del Titanic, a 3.800 metros de profundidad. Tras días de espera en una frenética expectación mediática, se supo que una implosión catastrófica precipitó el final de los ocupantes. Ahora conocemos cuál será la nueva aventura que planea uno de los fundadores del Titan: llevar a unas mil personas hasta el planeta Venus para que habiten allí. 

El auge del turismo de lujo, en busca de peligrosas experiencias exclusivas

El hecho sirvió, entre otras cosas, para poner el foco sobre el mercado del conocido como turismo extremo, en claro auge en los últimos años. En esencia, se trata de una industria económica que busca proporcionar a sus clientes experiencias extremas, visitando lugares recónditos y arriesgados, habitualmente considerados peligrosos. Como explicaba a este portal el experto en turismo Pablo Díaz, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), es una respuesta a la democratización del turismo, el auge del low-cost, y la consiguiente masificación.

Se busca exclusividad: viajes que solo unos pocos en el mundo puedan permitirse, como una forma de distinguirse del resto. Visitar lugares como el Polo Sur, alcanzar grandes cimas en tiempo récord, ser abandonados en islas remotas o en la selva… O, por supuesto, los viajes espaciales. Y sobre este último punto gira otro de los proyectos de uno de los fundadores de la malograda expedición Titán, el empresario estadounidense pero nacido en Argentina Guillermo Söhnlei. Un reto que cumple a la perfección con las mencionadas características que definen el mundo del turismo de lujo extremo.

Una colonia en Venus, el próximo reto del cofundador del Titan

Conseguir que unas mil personas habiten en la atmósfera de Venus para el año 2050, estableciendo en sus nubes una colonia humana. No es la sinopsis de una película de ciencia ficción, sino el proyecto que el cofundador de OceanGate, la compañía responsable del sumergible prevé desde hace ya unos años. Humans2Venus es el nombre de la firma a través de la que plantea crear la "comunidad global más grande de entusiastas generales y profesionales" del planeta.

Venus no es un destino turístico especialmente atractivo. Temperaturas extremas (que exceden de los 400 grados centígrados en su superficie), una atmósfera tóxica y corrosiva con una presión asfixiante son algunas de las características físicas del segundo de los cuerpos celestes que orbita en torno al Sol. Humans2Venus centra sus opciones en la gravedad, similar a la existente en la Tierra, y su atmósfera superior, bastante parecida a la terrestre también, motivos suficientes, según el proyecto, para pensar que el desafío puede ser superado.

¿La razón tras este ambicioso reto? Según Söhnlei, la necesidad de la especie humana de explorar todas las alternativas posibles si la humanidad aspira a habitar varios planetas. Frente a la más explorada opción de Marte, la firma defiende la apuesta firme de habitar el planeta más cálido del Sistema Solar y el más próximo a la Tierra. Los expertos coinciden en que el planeta rojo es más idóneo (y está más explorado). De hecho, otro empresario, Elon Musk persigue desde hace años mediante su propio proyecto, la idea de colonizar la superficie marciana.