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La trágica muerte del nieto de Robert de Niro, Leandro, nos ha permitido conocer alguna peculiaridad de su extensa prole. La menor de sus siete hijos, la pequeña Gia Virginia, nació en abril; la mayor, la productora Drena, madre de Leandro, es hija de una relación que tuvo la actriz Diahnne Abbott, su primera esposa, de soltera. De Niro la adoptó y le dio su apellido.
La adopción de hijos de la pareja no es una situación extraña y tampoco nueva. Brad Pitt adoptó a sus hijos mayores, Maddox y Zahara, cuando empezó a convivir con Angelina Jolie. La actriz había adoptado a Maddox, nacido en 2001 en Camboya, en 2002, cuando empezó su activismo brindando ayuda humanitaria a poblaciones de refugiados. A Zahara, etíope, en 2005, recién nacida. También la cantante Mónica Naranjo es madre adoptiva de Aitor, hijo de su exmarido Óscar Tarruella, a quien conoció en 2000, cuando el niño estaba a punto de cumplir nueve años. Ella tenía 29.
Lo que sí es nuevo es la extraordinaria naturalidad con la que se da en la sociedad. "Influyen los diferentes modelos de pareja, la frecuencia del divorcio y la formación de nuevas uniones y también el número de relaciones, cada vez más alto, entre personas de diferentes países", explica Lara Gago, abogada del despacho vallisoletano Gaia. En la casuística destaca personas inmigrantes, casi siempre mujeres, que llegan acompañadas de sus hijos y contraen de nuevo matrimonio en su nuevo destino. "Si el progenitor biológico renuncia a la paternidad, es habitual que el segundo esposo o esposa decida asumirla, con todos los derechos, obligaciones y responsabilidades que esto supone", dice.
Ocurre también con viudos y viudas. En España la adopción más célebre de estas características es la de Borja Thyssen, primogénito de Carmen Cervera y quinto hijo del barón Thyssen después de que el aristócrata alemán se casase con su madre, el 16 de agosto de 1985. Ese mismo año el niño, que entonces tenía cinco años, se convertía en hijo de pleno derecho de Heinrich von Thyssen, uno de los mayores coleccionistas privados de Europa. Hasta entonces, la baronesa había ejercido de madre soltera sin desvelar la identidad del padre biológico, Manuel Segura, como declaró en 2009. Al morir, el barón dejó cinco hijos -entre ellos Borja- y una fortuna de más de 3.000 millones de euros.
Cuando hay un patrimonio en juego, la adopción es común, pero más allá de herencias y derechos implícitos a la condición de hijo, Gago resalta que hay un componente emocional muy fuerte. "Es la figura con la que comparte su vida, a la que asociará sus recuerdos y vivencias".
María Elena Suárez, enfermera peruana de 41 años, se quedó embarazada hace 15 años de un vecino de su barrio de Lima (Perú) que desapareció de su vida en cuanto tuvo noticia del embarazo. Registró a su hijo con su nombre y le dio sus apellidos. Después de cinco años trabajando en España, decidió en 2022 formalizar su relación con Andrés, un guardia civil de 52 años, con el que está a punto de contraer matrimonio. Han iniciado también los trámites de adopción del niño por parte del novio. "Deseamos ampliar la familia y es importante que él sea uno más -cuenta él-. Detesto las palabras hijastro o hermanastro. Será el hermano mayor. La comunicación con él es magnífica y la decisión la hemos tomado entre los tres".
Gago nos detalla, punto por punto, cómo es este procedimiento y, aunque avanza que las opciones son variadísimas, a veces inimaginables, hay algunas muy comunes:
No es necesario, por ejemplo, que la pareja sea heterosexual. Tampoco tienen por qué estar casados o ser una pareja de hecho oficial. Sí se exige una convivencia mínima y una estabilidad en la relación de al menos dos años. El adoptante deberá ser mayor de 25 años y tener al menos 14 más que el adoptado.
El proceso no es complejo, pero debe llevarse a cabo a través del Juzgado. Una vez iniciados los trámites, el equipo competente valora de forma muy minuciosa cada caso e investiga si existen motivos sociales o psicológicos que aconsejarían rechazar la petición de adopción. Se tienen en cuenta, por ejemplo, los antecedentes penales a la hora de apreciar la aptitud de una persona para la adopción. Cuando aflora algún tipo de intereses económicos o judiciales con el adoptado, la solicitud se descarta de inmediato. Se analiza, por último, el vínculo emocional con la madre o padre biológico del niño, así como sus condiciones socioeconómicas u otros factores que pueden afectar a su desarrollo.
En España tuvimos el caso muy mediático de un empresario que adoptó a las hijas de su mujer, concebidas en un matrimonio anterior, cuando estas se acercaban a los 40. No pudo evitar el litigio que sobrevino a su muerte.
La legislación no exige que el adoptado sea menor de edad, pero sí se debe probar una convivencia entre adoptante y adoptado de al menos un año. Se rechaza si el adoptado es descendiente del adoptante o pariente colateral en segundo grado. Por ejemplo, no se puede adoptar a un hermano o un cuñado.
La edad es importante para conocer el deseo del adoptado. A partir de los 14 años se considera que tiene madurez suficiente para que se tenga en cuenta su opinión y pueda verificarse su vínculo con el adoptante.
La pareja deberá aportar certificado de matrimonio, inscripción como pareja de hecho o documentación que acredite la convivencia con el adoptado y la madre o el padre biológico de este. También se le exigirán documentos que permitan valorar su situación laboral y económica y si tiene solvencia suficiente para atender al menor, tanto en su educación como en su sustento. Se necesitará certificado de nacimiento del adoptado y, si es el caso, el consentimiento expreso de la madre o padre biológico que se desvincula del menor.
La solicitud de adopción con los datos del adoptante y del adoptado se entregará en el Juzgado de Primera Instancia de la localidad en la que reside el adoptante. Si no hay otro padre o madre biológico que pueda reclamar, generalmente la adopción sale adelante y en un plazo de entre uno y tres meses se hace efectiva. En caso de que sí exista, se le hará llegar una notificación para que acepte o se niego esgrimiendo las razones que considere oportunas.
El adoptante tendrá derecho al permiso de paternidad, siempre que el menor sea menor de seis años. Ante la avalancha de casos, empieza a haber jurisprudencia sobre este tipo de adopciones. En enero de 2023, el Tribunal Supremo reconoció en una sentencia el derecho a la prestación por maternidad a una mujer que adoptó al hijo biológico de su cónyuge, gestado de forma subrogada, a pesar de que el padre ya había disfrutado de su propia prestación. El TS consideró que debe prevalecer la protección del menor.
La realidad es muy heterogénea y los tribunales valoran cada situación de forma minuciosa. Es el caso de adopción cuando uno de los progenitores ha fallecido. ¿Tiene derecho a la prestación por orfandad? Se pierde, pero en ocasiones muy excepcionales los tribunales han permitido su continuidad.
Igual ocurre con los apellidos. Uno de ellos puede pasar a ser el del adoptante, pero el otro, sin que importe el orden, será el biológico. En 2005, Brad Pitt, al iniciar el proceso legal para convertirse en padre de los hijos de Angelina, solicitó también el cambio de apellidos, de manera que los niños pasaron a llamarse Zahara y Maddox Jolie-Pitt.