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Felipe VI cumplirá este junio seis años como rey. El joven Príncipe de Asturias, cuya vida ha sido perfectamente documentada desde el mismo momento de su nacimiento, es ahora el Jefe del estado y la máxima autoridad de las Fuerzas Armadas. El rey reina, pero no gobierna. Ese es su lugar en el mundo, una posición difícil de gestionar en un reinado marcado por la crisis económica, el desafío independentista catalán y el escándalo del caso Noos. Hemos querido sin embargo ir a su faceta más íntima y analizar a lo que dedica el tiempo cuando no está trabajando.
Dada su posición mediática, parece que lo sabemos todo sobre él. Sabemos que es muy, muy alto. De hecho, según el Libro Guinness de los Récords, es el monarca más alto del mundo gracias a sus 1,97 metros. Sabemos también que es el rey más joven de las monarquías europeas, que su DNI es el 015 y que su sueldo anual es de 242.769 euros. Entre lo que quizá no sepamos son sus aficiones, sus preferencias y las anécdotas compartidas con los que le han tratado durante años. Estas son algunas de ellas.
Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, además de ser príncipe heredero, fue de pequeño un niño travieso y sociable. Todavía tiene alguna cicatriz visible en la cara de la época escolar. En el colegio lo pasaba bien, pero no recibía las mismas invitaciones que el resto de sus compañeros. Puede que el rango 'real' pesara demasiado entre padres y alumnos. El joven príncipe lo pasaba mal, según fuentes de su entorno. De hecho, su madre tuvo que hacer 'campaña' y llamar al resto de madres para pedirles que le incluyeran en cumpleaños, quedadas y celebraciones.
A diferencia de sus antecesores, cursó Infantil, Primaria y Secundaria en un colegio privado y ha sido el primer rey español con licenciatura universitaria. Cursó Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y sacó la carrera con una media de notable alto.
Salir de tapas es una de sus aficiones favoritas. De hecho, se le ha visto varias veces, con la reina, por Malasaña. Y también en otros barrios madrileños: por La cantina de Matadero, La Catapa, Vinos de Bellota y La tasca de Ventura. Prefiere la cerveza al vino. Y, si puede evitar el cordero, mejor. En cuanto copas, se decanta por el gin tonic.
El noviazgo del entonces Príncipe de Asturias con Letizia Ortiz se filtró cuando una periodista coincidió con ellos en el cine viendo 'Bowling for Columbine'. No es casualidad. El cine, sobre todo en versión original, es una de sus grandes aficiones. Se escapa con frecuencia a las últimas sesiones de los Multicines Manoteras, Princesa, Ideal y la Cineteca de Matadero y suele entrar con la película ya empezada. Entre sus directores favoritos, Pablo Berger, Rodrigo Cortés o Ridley Scott. Sus hijas han heredado el amor al cine en V.O.S.
'Colchonero' desde pequeño, apasionado por el esquí y la vela. De hecho, consiguió diploma olímpico en vela en la categoría de soling en Barcelona 92. Es menos conocido que le fascina la astronomía y que de pequeño decía que quería ser astrónomo. La atracción por las estrellas quizá explique su afición por volar. Es un consumado piloto y ha llegado a pilotar un Eurofighter del Ejército del Aire.
Leonor y Sofía van al mismo colegio en el que realizó la educación primaria y secundaria, Santa María de los Rosales. Las niñas son, por tanto, además de las hijas del rey, las hijas de un antiguo alumno. Y a Felipe VI se le ve encantado con la vida escolar de sus hijas. Les gusta acompañarlas al colegio siempre que puede.
No se pierde un festival de Navidad y les acompaña a las extraescolares de fin de semana. Aprovecha en esos momentos para intimar con los padres de los compañeros de sus hijas. De vez en cuando, para hacer tiempo, se va a desayunar con otros padres a alguna cafetería de Aravaca, donde se ubica el colegio. Practica eso de la escucha activa y la atención plena: cuando está en el cole nunca saca el móvil.
Aunque mantiene muy buenas relaciones con los compañeros de las academias militares, los mejores amigos del rey son los del colegio. Se trata de los empresarios Álvaro y Ricardo Fuster y el productor musical Pepe Barroso.
Fuera del colegio, el rey mantiene una relación excepcional con su primo Pablo de Grecia. Y eso que Marie Chantal Miller, la multimillonaria esposa de Pablo, no se muestra muy partidaria de Letizia. En cualquier caso, el vínculo se mantiene. El príncipe griego siempre ha sido un apoyo para el rey. Juntos vivieron sus años universitarios en Georgetown y juntos pasaron los solemnes días que precedieron y siguieron a la coronación. Pablo de Grecia se alojó en Zarzuela y pudo vérsele, en vaqueros y en actitud relajada, en los momentos previos a la salida de la comitiva real.
A Felipe VI le gusta elegir los regalos de Navidad de sus hijas. Para los empleados y clientes de Hipercor de Pozuelo de Alarcón es habitual verle, a él y a la reina, en los días previos a Reyes adquiriendo juguetes. También compra personalmente los regalos para Letizia, y Carolina Herrera es una de sus marcas preferidas. Suele ir a las tiendas a las horas menos concurridas: al mediodía o poco antes de cerrar. Siempre le rodea un discreto equipo de seguridad.
Bunbury fue su banda-fetiche de la adolescencia. No deja de ir a los conciertos de Alejandro Sanz, Hombres G y Jaime Anglada, cantautor mallorquín del que también es amigo. Bruce Springsteen es otro de sus ídolos. Con Letizia se le ha visto en varios conciertos de música indie.
Felipe VI ha tenido varios motes: Flip, Winston (por ser "el rubio más largo", como señalaba la publicidad de la época) o SAR (siglas de Su Alteza Real). Sus hermanas le llamaban 'Napoleón' y él a su padre, 'Patrón'. Cuando viaja de incógnito, uno de sus seudónimos (que cambian continuamente por cuestiones de seguridad) es Mr. Bob.
Felipe de Borbón y la reina Sofía se comunicaban en inglés. Lo mismo sucede ahora. El rey, la reina y sus hijas hablan en inglés entre ellos. No es el único idioma del monarca: también se expresa perfectamente en alemán (la lengua materna de la reina Sofía), francés, catalán, gallego y euskera.
Al rey le encantan los perros. Vivió casi toda su infancia rodeado de canes y conectó especialmente con Pinqui. De este schnauzer se ocupaba completamente (recogida de pises y cacas incluida). A la reina, en cambio, los perros no le gustan demasiado. Al principio de su matrimonio, no había lugar para las mascotas, pero ahora la familia disfruta de uno de los hijos de Pinqui.
Le chiflan los relojes y siempre se los pone en la muñeca derecha. Como le gusta dormir (mucho), le preocupa que se le peguen las sábanas. Ha llegado a tener hasta cuatro despertadores para no quedarse dormido. Con la llegada de Letizia a Zarzuela, los discursos más importantes los prepara con ella.
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