Cadillac, Porsche o Rolls Royce: coches clásicos que deberías conducir una vez en la vida

  • Conducir los coches de ahora está bien, pero nada como ponerse a los mandos de un vehículo clásico

  • Desde los Porsche más míticos hasta esos Ford Mustang que encandilan a cualquier amante del motor

Por mucho que pasen los años y lleguen grandes coches que nos enamoren y deseemos conducirlos siempre tenemos esa espinita o ese deseo de conducir un coche clásico, de los de antaño, con ese diseño de película americana del siglo pasado que nos encandilaron en televisión, cine o en las revistas de motor de la época pero que por circunstancias de la vida ha sido imposible conducir. Ahora hay empresas, sobre todo en Madrid, Barcelona y otras grandes ciudades que alquilan este tipo de coches clásicos para su disfrute durante un día o para bodas y otro tipo de eventos y hacer de la conducción de ese día también algo muy especial.

Cadillac Eldorado

El Cadillac Eldorado es uno de los coches más elegantes y recordados del siglo pasado que comenzó su producción a principios de la década de los 50. Un coche que a día de hoy es muy común que se alquile para bodas como coche oficial de los novios y no es de extrañar, aunque hay que tener cuidado, no vaya el coche a terminar eclipsando a la pareja que debería ser la protagonista. Durante décadas se produjo este espectacular coche hasta que a principios de los 2000 terminó su producción, pero las subastas y el intentar conducir, tocar o fotografiarse con uno de estos Cadillac sigue siendo un sueño para los amantes del motor.

Ford Mustang

Los Ford Mustang son otro clásico no solo para bodas, también para su alquiler en algunas de las principales ciudades para conducirlo durante un día o unas horas. Desde el comienzo de su producción allá por la mitad de los años 60 fue toda una revolución y precisamente esos de los 60 y 70 son los más demandados, los más clásicos y los que guardan esa esencia Mustang espectacular que a día de hoy sigue encandilando a cualquiera que tenga el honor de toparse con uno de ellos por la carretera y, por qué no, ponerse a los mando de su volante.

Aston Martin DB5

De estos modelos estadounidenses hay que pasar al otro lado del charco, a Gran Bretaña, donde Aston Martin lleva décadas de producción, aunque sin duda alguna uno de sus modelos más míticos es el Aston Martin DB5, en parte por culpa de James Bond, quien lo popularizó a través de la gran pantalla. Desde que Sean Connery se puso a los mandos de este coche a mitad de los 60 se ha convertido en una leyenda que perdura hasta día de hoy y que tanto las viejas como las nuevas generaciones querría conducirlo.

Rolls Royce Phantom

Los Rolls Royce son otros de esos clásicos que nos trasladan a los años 20 o 30 que son simplemente espectaculares. Su elegancia es muy frecuente verla en algunas bodas, en las que la llegada y la salida de los novios en este tipo de vehículos es digna de boda real gracias al estilo de esta marca. Los distintos Phantom que se han ido creando a lo largo de las décadas son quizá su cara más visible y recordada por la que un enamorado de los coches clásicos daría lo que fuese por conducirlo al menos unas horas, ya sea el de los años 20 o el de los 60.

Porsche 911

Luego está Porsche, que sin duda sigue sacando vehículos deportivos que cualquiera querría conducir durante un rato para ver qué se siente al ponerse al volante de una de las firmas automovilísticas insignia de Alemania. Posiblemente el 911 sea uno de los más famosos desde su surgimiento a mediados de los 60, una fama que hace que a día de hoy se continúe innovando y apostando en la marca por el modelo que sigue vigente, muy diferente, como es obvio, al original, pero siempre guardando ese recuerdo de los primeros modelos que están en nuestra mente y que sería todo un lujo conducir.

Chevrolet Corvette

El Corvette de Chevrolet sigue siendo una de las joyas deportivas de la marca a día de hoy, pero es inevitable pensar en este coche y que no se te venga a la mente sus primeras versiones de los años 50 y 60. Su primera tanda fue de lo más limitada con solo 300 unidades, por lo que encontrar uno para conducirlo no es para nada algo sencillo, pero modelos posteriores, con motores muy potentes, son más factibles y todo un lujo poder acelerarlos por el asfalto.