Alejandro Ciriza, en la trastienda del fenómeno Nadal: "Su peor momento fue cuando el enemigo pasó a ser la ansiedad"

  • Hablamos con el periodista y autor del libro ''¡Vamos, Rafa!" sobre los aspectos más íntimos del deportista español más laureado de la historia

  • El experto también se pronuncia sobre la polémica decisión del manacorense de aceptar ser el embajador de la Federación de tenis de Arabia Saudí

  • Nadal, héroe o villano: ¿qué nos pasa cuando un símbolo se cae?

Todavía colea la polémica que generó su cuestionable decisión de representar a la Federación de tenis de Arabia Saudí, esa que pudo haberle bajado del pedestal de ejemplaridad sobre el que le tenía media España, pero Rafa Nadal parece más concentrado en afinar su puesta a punto de cara a la que bien podría ser su última temporada que en dar explicaciones sobre lo que apoya o deja de apoyar. Al fin y al cabo, lo que está en juego es sobreponerse a los lamentos y protestas que emite su muy castigado cuerpo de 38 años para intentar dar a la trayectoria profesional del mejor deportista español de la historia un final digno de su leyenda.

El periodista Alejandro Ciriza, especialista de la información sobre tenis en 'El País', sabe bastante sobre el legado de Nadal. Tanto que ha escrito un libro '¡Vamos, Rafa!' (Conecta) en el que profundiza en su figura y su carrera desde un enfoque más humano y motivacional que deportivo. "Creo que se trata de un relato subjetivo de alguien que ha estado cerca de él durante una década y que, por lo tanto, ha sido testigo de muchas escenas que el aficionado no puede ver", nos cuenta el experto. Charlamos con él sin esquivar los asuntos recientes más espinosos y desde la incertidumbre de si el manacorense más universal será capaz de volver, una vez más, para un último baile.

Tres palabras para definir a Nadal

Superación, superación y superación. Es la síntesis de todo.

¿Qué es lo que más admiras de él?

Me parece que es un magnífico tenista, y creo que no soy demasiado original al decir que aprecio mucho su pundonor y esa capacidad que tiene para sobreponerse a las adversidades, sobre todo físicas. Desde el punto de vista deportivo y competitivo me parece ejemplar, aunque ojo: no debería ser un baremo real. Reúne unas capacidades físicas y mentales extraordinarias que pocas personas poseen, por lo que lo percibo más como una guía o una referencia que como un estándar al que imitar al cien por cien.

¿Y lo que más te sorprende?

Que pese a todas las cosas, todavía siga intentándolo.

¿Cuánta importancia ha tenido la figura de su tío Toni Nadal en su carrera?

Desde mi punto de vista es la persona fundamental. Al margen de sus padres, con los que tiene un vínculo afectivo muy estrecho, es el origen de todo. Si Nadal es Nadal es, en gran medida, por la formación que ha recibido también por parte de su tío. Han compartido muchas experiencias juntos, y creo que Toni ha aportado la base esencial del deportista (y del discurso que proyecta) que es hoy. 

¿Cómo describirías la evolución que ha tenido en su juego a lo largo de los años?

La progresión es muy interesante, porque su estilo le planteaba un reto gigantesco. Por constitución y por las lesiones, no era nada fácil que Nadal hubiese podido seguir compitiendo al máximo nivel superada la treintena, pero ha sabido evolucionar y reinventarse. Ha logrado mantener el tono ofreciendo un perfil distinto; sin perder la esencia, pero diferente. En la madurez hemos visto un tenista más cerebral, magnífico a la hora de interpretar el juego y lo que demanda en cada momento el partido. 

¿Qué habría sido de Nadal sin Federer ni Djokovic? ¿Y de los otros dos sin Nadal?

Creo que, probablemente, los tres hubieran triunfado, pero no hubiesen sido tan buenos ni hubiesen alcanzado la magnitud que tienen hoy. A fuerza de retarse se han retroalimentado y se han obligado a mejorar constantemente. Federer tendría más trofeos sin Nadal, y este más sin Djokovic, pero no serían tan buenos competidores. Del mismo modo, uno y otro han obligado a Djokovic a ofrecer siempre un plus. Estamos hablando de una de las rivalidades a tres bandas más importantes de la historia del deporte, el paradigma perfecto de qué significa competir y crecer.

¿Cómo crees que le sienta realmente que Djokovic le haya superado en la carrera por ser el mejor de la historia?

Sinceramente, lo desconozco. Eso hay que preguntárselo a él. La única referencia es lo que Nadal ha expresado hasta ahora, y ha dicho que él no sería más feliz por tener más premios en la estantería. A finales del año pasado, en concreto, comentó que él tenía una ambición “sana” y que para Djokovic hubiera sido “una frustración más grande” el no haber alcanzado el gran récord de todos los tiempos.

¿Con qué tres logros de Nadal te quedarías?

Por encima de todo, me quedo con lo que transmite a nivel deportivo, más allá del marcador. Pero si debo quedarme con tres momentos deportivos, elegiría la final de Wimbledon de 2008, contra Federer; los triunfos contra Medvedev en Nueva York (2019) y Australia (2022), así como el último Roland Garros que ganó, por el nivel ofrecido en unas circunstancias muy complicadas; y me pareció muy simbólica, a la par que emocionante, la ceremonia final de París en 2017, cuando Toni le hizo entrega del trofeo de campeón. 

¿Cuál crees que ha sido su momento más bajo?

A lo largo de su carrera, Nadal ha sufrido muchísimos baches, todos los que ya conocemos y muchos más que no han trascendido. Pero creo que el momento más complicado fue en 2015, cuando el enemigo pasó de ser físico a ser emocional. Nunca había experimentado algo similar (“ansiedad”) y coincidió con una fase de su carrera en la que muchos auguraban ya el final. El hecho de contar su experiencia y de reconocer que estaba pasándolo mal me parece muy elogiable.

¿A dónde habría llegado Nadal sin la retahíla de lesiones que ha sufrido?

Quién sabe. Seguramente aún más lejos. Si no me equivoco, le han impedido competir un tiempo equivalente a cinco años. Sin embargo, creo que lo de las lesiones tiene algo de paradójico: de la misma forma que Federer y Djokovic le hicieron mejor, todos esos contratiempos que ha ido sufriendo han potenciado su rebeldía y su instinto de superación, en mi opinión.  

¿Ha ido más allá de lo razonable en su lucha contra los problemas físicos?

Eso solo lo sabe él. Cada persona tiene una interpretación propia de hasta dónde puede llegar, y un umbral del dolor muy diferente. En el caso de él, seguramente sea superior al de la mayoría de las personas. Cada uno debe analizar para sí mismo y ser consciente de los posibles riesgos derivados de llevar el cuerpo al límite. En cualquier caso, creo que el deporte de élite no es excesivamente saludable, sea cual sea la disciplina.

¿Puede Nadal volver a ser Nadal en 2024?

Lo veremos en los próximos meses. Personalmente pienso que todo dependerá de hasta dónde le deje llegar su cuerpo. El tenis lo tiene, se readapta muy rápido (como ya demostró en Brisbane) y pese a estar tanto tiempo sin competir, ofrece un nivel superior al del 95% del circuito, si no más. Estando bien, creo que hoy por hoy no hay más de cuatro o cinco jugadores que puedan batirle. Pero, una vez más, todo dependerá del físico.

¿Le puede haber desanimado esa última lesión en Brisbane?

Seguro. Como a cualquier otra persona, percances de ese tipo van haciendo mella en el ánimo, pero creo que al tratarse de un incidente menor (como así transmiten desde su equipo), volverá a la carga con ganas. En estos casos, la experiencia y el hecho de conocerse bien ayudan mucho. Además, creo que, como ya ha transmitido él mismo, es consciente de que este regreso conllevará momentos difíciles, y lo acepta.

¿Crees que continuará en 2025?

Ahora mismo, me inclino a pensar que esta va a ser su última temporada profesional. Teniendo en cuenta los acontecimientos, creo que estamos ante sus últimos pasos y que lo prioritario, mucho más allá de los resultados, es que pueda despedirse en la pista, compitiendo con unas garantías mínimas. Ahora bien, ¿podrá hacerlo? No lo sé. Son muchas las figuras que han tenido que cerrar su carrera contra su voluntad, de una forma que no era la deseada.

¿Ves a Alcaraz capaz de conseguir todo lo que ha conseguido Nadal?

En el tenis, sinceramente, me cuesta mucho imaginar que alguien pueda superar lo que han hecho Nadal, Federer y Djokovic. Sin embargo, el ser humano tiene esa capacidad de seguir traspasando límites y los récords que hoy nos parecen imposibles, al final van cayendo. Pocos pensaban que los tres podrían superar a Sampras, por ejemplo, y al final este ha quedado atrás. Sucede en el tenis y en todos los deportes.

De momento, Alcaraz va por el buen camino, pero es muy joven y una carrera deportiva oculta muchísimas trampas. Desde el punto de vista técnico, eso sí, reúne muchas cualidades para completar un recorrido espectacular. Tiempo al tiempo. Disfrutemos con Carlos y dejémosle disfrutar. 

¿Qué opinas del polémico fichaje de Nadal por la Federación de Arabia Saudí?

Tengo una opinión muy marcada, pero prefiero reservármela para mí. Cada uno es dueño de sus decisiones y hace lo que considera. Lo que está claro es que los informes reflejan desde hace mucho que en ese país existe una vulneración continuada y sistemática de los Derechos Humanos, que debe denunciarse.

¿Tiene un referente como Nadal la responsabilidad de serlo también en asuntos que trascienden lo deportivo?

Siempre he pensado que los deportistas tienen una gran responsabilidad social, en tanto que se han convertido en referentes sociales y sirven de inspiración para muchísimas personas, especialmente para los niños. Él, como el resto de los deportistas, proyecta (ya sea voluntaria o involuntariamente) una serie de valores que calan en la gente de todo el mundo. Esto se ha acentuado en los últimos tiempos, puesto que el papel del deporte y el rol de sus protagonistas (a través de los medios y las redes) ha ganado mucha relevancia. En todo caso, también me gusta que el deportista sea fiel a sí mismo y se comporte con naturalidad y espontaneidad; preferiblemente, guardando siempre las formas.