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'Txori', 'pájaro' en euskera, es un apodo que le pusieron sus amigos a Antonio José Soria Martín. No es casualidad puesto que este vasco de 47 años lleva quince veranos dando clases de surf en El Palmar (Cádiz), y otros tantos inviernos enseñando snowboard en Sierra Nevada (Granada). Acompañado de 'Valkiria', su fiel ayudante, se pasa todo el año viajando en su camión adaptado para vivir en él.
Tras el éxito de la película 'Nomadland', que refleja el mundo de varios personajes que viven en caravanas en el oeste americano, descubrimos cómo se puede ser un nómada de este siglo al margen de la sociedad convencional española.
¿Cómo empezaste con esta vida nómada?
Fue después de estar viviendo solo en la montaña durante un tiempo. Pasé incluso 20 días sin ver a nadie. El hecho de estar a solas contigo, sin la inercia de la sociedad, te hace ir valorando lo que la vida te da.
¿Y qué te da la vida?
¡De todo! Por ejemplo, en mi camión no puedo tener una gallina pero hay una señora que vive al lado que sí tiene y que me da dos huevos al día. Pues eso lo valoro como si me hubiera tocado la lotería.
¿Por qué escogiste el camión como forma de vida?
Porque me permite ser libre y elegir el trabajo que me apetezca. Y si me tratan mal, como sucede a veces, arrancas y te marchas. Tampoco me podría permitir un piso en Sierra Nevada o en El Palmar pero me siento afortunado porque esta vida la he elegido yo y me hace sobrevivir.
¿Cómo es eso de cambiar de vecinos continuamente?
Muy bien, entre furgoneteros nos ayudamos mucho. Y si al cabo de los años nos reencontramos, ese día es una alegría y se hace una fiesta simplemente con cenar juntos. No hace falta abrir una botella de 500 euros ni reservar en un buen restaurante porque estás en el mejor, en el de esa familia que cocina con cariño para ti.
Pero cada año se está poniendo más difícil vivir en el camión …
No sé por qué, porque pagas impuestos por tener un camión vivienda y tienes unos derechos pero te multan. Están acabando con los profesionales del surf, porque con estas condiciones no podemos venir a trabajar a la costa.
¿También está cambiando la zona con el turismo que viene ahora?
Sí, lo están convirtiendo todo en un ocio de dinero, no de diversión de la cultura del surf. Se está convirtiendo en un negocio de alquileres, de venta de comida y bebidas en un paraíso natural que se mantiene a base de que no haya ese tipo de negocios que genera mucha basura.
¿Y cuál crees que podría ser la solución?
El ayuntamiento debería pensar en nosotros. Por ejemplo, habilitar un aparcamiento para personas que vienen con contrato de trabajo a El Palmar. Y deberían multar a quienes no respetan el medio ambiente.
¿Cómo era esta parte del litoral gaditano cuando viniste por primera vez?
Hace 10 años en Bolonia los caballos andaban por la calle y galopaban en la playa sin riendas… Vivías unas aventuras salvajes, en contacto con la naturaleza y los animales. Ahora no sé si estoy en Marbella o en cualquier otro sitio de costa española.
¿Cómo te ayuda tu perra Valkiria, una mastina de año y medio, en tu trabajo?
En la playa se ha ganado el apodo de 'la guardiana del surf' porque cuando los niños se cansan y se salen del agua, los recibe en la orilla y se queda vigilándoles. Y en la montaña, ayuda a las señoras a subir las cuestas, se agarran y tira de ellas.
¿Qué es lo más gratificante de tu trabajo?
La cara de una persona cuando coge su primera ola no se te olvida nunca. Ese momento es único, mágico. Este modo de vida no te da dinero pero te genera felicidad.
¿Cuál crees que es la mayor ventaja de tu forma de vida?
Saber adaptarte al momento. Afortunadamente, estoy preparado para todo. Tengo claro que el que quiere algo se tiene que mover a por ello.