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El mercado de los estupefacientes no deja de crecer en formas cada vez más complejas. La llamada 'cocaína rosa' es una de las últimas drogas de síntesis. También denominada 2CB, tusibi, tusi, nexus o Eros, se consume en entornos de alto poder adquisitivo. Tanto por su alto precio y por su sistema de distribución, no está presente con tanta frecuencia en los alijos incautados.
La fórmula de la cocaína rosa está basada en la composición del LSD (dietilamida de ácido lisérgico), además de sumar una proporción del MDMA o éxtasis, una anfetamina ya habitual en el mercado de la droga. La combinación de ambas sustancias psicotrópicas causa efectos alucinógenos, por un lado, y sensación de euforia por otro. Como en otras sustancias euforizantes, los consumidores acusan la sensación falsa de un mejor desempeño de cualquier actividad, producto de un grado de excitación muy elevado, lo que constituye la principal característica del tusi.
Es una droga sintética que no tiene que ver con la cocaína, un alcaloide. Tan solo comparten su forma de polvo.
El tusi es más peligroso que la coca por el nivel de adicción que genera, superior al de las metanfetaminas. Sus efectos duran entre 4 y 8 horas, y a medio plazo puede generar episodios de pánico, ataques de ansiedad, depresión, alteraciones emocionales y despersonalización.
El precio del gramo de esta clase de droga se sitúa en unos 100 euros. Por ello, se dice que es la droga de la clase alta. El químico Alexander Shulgin la creó en 1974. Sin embargo, no ha sido hasta 2022 cuando ha empezado a popularizarse, probablemente porque su alto coste ha impedido su distribución masiva en épocas anteriores.
Respecto a los efectos adversos del consumo de tusi o la mal llamada cocaína rosa, además de los emocionales, como la ansiedad o los ataques de pánico, los expertos indican que suelen ser de tipo cardiovascular y neurológico. Entre las patologías más importantes:
En los casos más graves se puede producir un síndrome toxicológico que se traduce en crisis convulsivas, enfermedades coronarias como angina de pecho o infarto de miocardio. También puede causar ictus y episodios psicóticos. Por último, hay otras complicaciones que se presentan con menor frecuencia, pero que son extremadamente graves, como el fallo multiorgánico, que implica la muerte del paciente.