Cómo tu horario de comidas puede tener el efecto de un ansiolítico

  • España es el país donde más ansiolíticos se consumen de todo el mundo

  • Comer a determinadas horas productos específicos puede reducir los niveles de malestar y sería una solución para reducir la toma de antidepresivos

  • Los trabajadores por turnos sufren un aumento de su riesgo de depresión y ansiedad de entre un 25 y un 40%

España es el país donde más ansiolíticos se consumen de todo el mundo. Tanto es así, que más del 50% de la población adulta los ha consumido de forma esporádica o habitualmente para el tratamiento de múltiples problemas. Esto se debe, según los expertos, a la falta de ayuda psicológica en la atención primaria y es que dos de cada tres casos de ansiedad o depresión son atendidos por el médico de familia, que no puede dedicar al paciente el tiempo necesario y termina recetando benzodiacepinas. El estrés causado por la pandemia y las consecutivas crisis que estamos viviendo tras ella son clave para entender la situación de los españoles que cada vez están más desesperados. Sin embargo, un reciente estudio demuestra que comer a determinadas horas productos específicos puede reducir los niveles de malestar y sería una solución para reducir la toma de antidepresivos.

Comer a deshora favorece la depresión

Los investigadores del Brigham and Women's Hospital de Boston, Massachusetts (EEUU) han analizado los efectos de alternar comidas nocturnas y diurnas y los resultados han sido prometedores. Los pacientes que siguieron este patrón incrementaron sus niveles de ánimo depresivos un 26% en comparación con aquellos que solo ingirieron alimentos durante el día y también se produjo un aumento del 16% de ansiedad. Es decir, que no seguir los ciclos circadianos y comer a deshora perjudica nuestra salud mental. Esto se aplica sobre todo a personas que tienen una rutina cambiante, como por ejemplo aquellos que trabajan por turnos y cambian de hábitos diariamente.

Aproximadamente, el 20% de la población de los países industrializados se ven obligados a trabajar en diferentes turnos. Profesionales del campo sanitario, de la producción, seguridad y medios de comunicación asumen que a lo largo de su carrera realizar la jornada laboral por las noches es una realidad y esto tiene un coste personal y a nivel de salud tremendo. “El momento del día en el que ingerimos los alimentos es determinante para nuestro estado de ánimo”, asevera el Dr. Frank A. J. L. Scheer, Director del Programa de Cronobiología Médica en la División de Sueño y Trastornos Circadianos del Brigham.

En tan solo cuatro días se notan los efectos

Los participantes del estudio realizaron una inversión de 12 horas de su ciclo circadiano durante 28 días y se demostró que en la cuarta jornada su organismo ya empezaba a sufrir cambios anímicos compatibles con la depresión. “Nuestros hallazgos se suman a las pruebas sobre el potencial del horario de la ingesta de alimentos como estrategia para minimizar la vulnerabilidad anímica en individuos que sufren un desajuste circadiano, como las personas que trabajan por turnos, que experimentan jet lag o que sufren trastornos de sueño", explica el doctor. 

Los investigadores aseguran que gracias al estudio podemos saber que el horario de las comidas emerge como un aspecto crucial que puede influir en la salud física a abordar en la nutrición y ahora sus esfuerzos se van a centrar en establecer si los cambios en el horario de las comidas pueden ayudar a los individuos que ya sufren trastornos relacionados con la depresión y la ansiedad.