El poder del agua salada a los 50: de aliviar las articulaciones a otros beneficios del mar en tu cuerpo

  • El agua salada del mar nos revitaliza tras el primer chapuzón del año pero, ¿qué beneficios nos trae?

  • Entre ellos, el mar puede favorecer la piel, el sistema respiratorio e incluso algunas articulaciones

  • En todo caso, pacientes reumáticos deben tener cuidado y no, no se aconseja beber agua de mar

Ya estamos plenamente inmersos en el verano. El que todavía no ha empezado sus vacaciones lo hará pronto y se quedará en casa, se irá al pueblo o, como muchos, decidirá pasar unos días en la costa para disfrutar, del sol, la playa. Volver a meterse en el agua salada para refrescarse del calor que nos traen los meses estivales es una sensación única, y lo cierto es que ese chapuzón en agua de mar nos puede traer unos cuantos beneficios para nuestra salud y la piel, pero no tanto beberla como muchos creen.

Beneficios en la piel

El primer chapuzón del año siempre nos revitaliza, salimos como nuevos y nos da energía. En la piel es donde principalmente recibimos esos beneficios en combinación con la exposición al sol, siempre con precaución, y la humedad en el ambiente. Pacientes con acné, dermatitis atópica o psoriasis pueden ver cómo sus patologías mejoran, aunque de vuelta a la gran ciudad, con climas más secos, pueden volver a la normalidad.

Además, la sal consigue tener un punto exfoliante en la piel al eliminar restos de suciedad y las células muertas pero ojo, porque también nos puede secar la piel. Por eso mismo es importante que tras un día de playa mimemos nuestra piel hidratándola. Incluso esto lo habrás oído en más de una ocasión, su poder cicatrizante. La sal marina junto con el yodo permiten ese efecto desinfectante, siempre y cuando, eso sí, sea en zonas de agua limpia, ya que las bacterias o zonas con bañistas y restos de protector solar pueden no ser de ayuda.

Alivia algunas dolencias

Por su parte, el agua de mar puede fomentar una mejora en la circulación sanguínea. A esto se le suma que el yodo, en momentos como los que caminamos por la orilla, sirva de alivio para ciertas dolencias articulares que se empiezan a manifestar con el paso de los años. Precisamente ese yodo hace que al flotar o nadar en el mar nuestros músculos pierdan la tensión y se encuentren mucho más relajados.

Aunque en ocasiones se aconseja para pacientes reumáticos, desde la Fundación Española de Reumatología indican que es importante secarse bien al salir del agua para evitar la humedad, también si está muy fría, y tener mucha cautela con los desniveles del fondo marino.

Fosas nasales liberadas

Seguro que para algunas afecciones respiratorias has oído que el agua de mar es la solución perfecta, algo cierto, de ahí que muchos sueros nasales para la sinusitis, la rinitis o la congestión contengan agua salada al mejorar la respiración por reducir la mucosidad en las fosas nasales. No obstante, el agua de mar también permite eliminar toxinas de los pulmones al contrarrestar los efectos negativos de la polución de la ciudad.

Y no solo el mar, su brisa viene cargada de iones negativos de tal manera que ayudan a la renovación celular y equilibrar el sistema nervioso produciendo una mayor relajación y favoreciendo la sensación de bienestar.

No, no bebas agua de mar

Hay creencias que dicen que beber agua de mar trae beneficios, hasta en muchos casos se vende en botellas, pero esta realmente tiene un fin culinario para ciertos platos en los que se requiere de agua en ebullición. Pero las razones para no beberla directamente son simples, tiene mucha concentración salina y podríamos terminar deshidratándonos o con episodios de diarrea.

Por su lado, pueden haber bacterias derivadas de vertidos urbanos o expulsados por los propios bañistas, así como restos de protectores solares. Además, hay que recordar que en el agua de mar hay muchos metales pesados, como el mercurio o el boro, sustancias que tienen una presencia en el mar más alta de la que el cuerpo puede tolerar.