¿Qué rasgos tiene que tener alguien para convertirse en supercontagiador?

  • Los menores de 26 años con un índice de masa corporal bajo son, según un estudio de varias universidades norteamericanas, las personas con cargas virales más bajas.

  • El 20% de las personas contagiadas son responsables del 80% de las transmisiones.

  • Las gotículas que producen los contagios en los aerosoles se hacen más pequeñas y volátiles en las fases más agudas de la infección.

La pandemia y la necesidad de evitar el contagio nos ha hecho estar rodeados de información, datos, restricciones y medidas preventivas. Y en medio del paisaje coronavírico, un hecho objetivo: en colegios, institutos y centros educativos, la incidencia de Covid es menor que en otros ámbitos. Un estudio realizado por la Universidad de Tulane, la Universidad de Harvard, el MIT y el Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos, ha demostrado que existe una correlación entre la edad, el peso y el número de gotículas en suspensión portadoras del virus. Los aerosoles se confirman como el mejor medio de transmisión de la enfermedad. Lo relevante ahora es que los aerosoles contaminan más o menos según los años y el peso de las personas que los exhalan.

La regla 20/80

En la investigación, publicada en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', los científicos descubrieron que el 18% de los sujetos humanos eran responsables del 80% de las partículas exhaladas del grupo.

Esta proporción en la distribución de las partículas de aerosol exhaladas sigue la regla 20/80 observada en la propagación de la tuberculosis, otra de las grandes pandemias del siglo pasado, y de otras enfermedades infecciosas. La regla 20/80 establece que el 20% de los individuos infectados son responsables del 80% de las transmisiones, de manera que poder establecer el perfil de ese 20% es vital para poder poner freno a la pandemia.

A mayor virulencia, mayor propagación

El ensayo afirma que hay mayor número de gotículas contaminadas en las fases más agudas de la infección y que la proporción decae en una semana. En las fases más virulentes las gotículas apenas llegan a una micra de tamaño, lo que significa que hay mayor densidad en cada aerosol y que se propagan más fácilmente.

Sin embargo, no todas las personas contagiadas exhalan las mismas cargas virales. Para demostrarlo los investigadores analizaron la actividad de 194 voluntarios de los estados de Carolina del Norte y Michigan. El grupo estaba formado por trabajadores esenciales, estudiantes, profesores y directivos de varios centros educativos. El ratio para ser considerado 'supercontagiador' era expeler más de 156 gotículas por litro de aire. Después de casi una semana de pruebas, los investigadores comprobaron que el 18% de los voluntarios eran capaces de superar esta cantidad. La siguiente prueba era comprobar qué tenían en común esos supercontagiadores.

No es el sexo, es la edad y el peso

El estudio analizó la relación entre el número de partículas contaminadas en los aerosoles y el sexo, la edad y el índice de masa corporal (IMC). No se halló ninguna correlación con el sexo, pero sí entre la edad y el peso, especialmente entre la combinación de las variables de edad y peso. El resultado fue que 73 personas, casi la mitad de los participantes en el estudio con menos peso y menos años exhalaron menos aerosoles que el resto del grupo. En especial, los voluntarios de menos de 26 años, con un índice de masa corporal menor de 22, en las escalas más bajas del peso normal (entre 19 y 24 puntos del IMC), fueron los que menos aerosoles exhalaban, y, por tanto, serían los menos contagiadores.

Pese a las evidencias, los investigadores insisten en que ante cualquier contagio en cualquier grupo de edad, las medidas preventivas son las mismas y el riesgo de propagación, inmenso. "Aunque nuestros resultados muestran que los jóvenes y sanos tienden a generar muchas menos gotas que los mayores y menos sanos, también demuestran que cualquiera de nosotros, cuando se infecta con COVID-19, puede correr el riesgo de producir un gran número de gotas respiratorias", advierte el profesor de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Harvard David Edwards.