Escritorio elevado: descubre los beneficios de trabajar de pie para mantenerte activo
Tener un estilo de vida sedentario tiene graves consecuencias para nuestra salud, pero encontrar tiempo para hacer ejercicio puede ser complicado
Para mejorar nuestra actividad física, cada vez son más quienes deciden apostar por los escritorios de pie, unas mesas que nos permiten trabajar sin sentarnos
La inactividad física se ha convertido en un gran enemigo para nuestra salud. Según el estudio de la Carga Mundial de Enfermedades (GBD) publicado en la revista The Lancet, el sedentarismo afecta a más del 31% de la población mundial y es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad en todo el mundo.
No cabe duda de que hacer ejercicio es fundamental para gozar de una buena salud. Sin embargo, muchas veces resulta complicado encontrar tiempo para practicar deporte. El ajetreado ritmo de vida que tenemos, unido a las obligaciones del hogar y a nuestras largas jornadas laborales, donde podemos llegar a pasar buena parte de nuestro día sentados frente al ordenador, dificulta que llevemos un estilo de vida activo, y no es extraño que lleguemos a la tercera edad sin haber entrenado nunca.
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Para intentar solventar este problema, en los últimos años se han puesto de moda en las oficinas los escritorios de pie, es decir, unos escritorios elevados que nos permiten trabajar de pie en vez de sentados y que pueden ayudarnos a mejorar nuestra salud.
Ahora que el teletrabajo se ha impuesto en buena parte del país y que cada vez pasamos más tiempo en casa, tal vez te plantees hacerte con una de estas mesas para mejorar tu espacio de trabajo. Pero ¿cuáles son sus beneficios?
Escritorios de pie, un método para mantenernos activos
Hoy en día pasamos buena parte de nuestro tiempo sentados. Además de las horas en la oficina, cuando llegamos a casa solemos dedicar nuestro tiempo de ocio a actividades totalmente sedentarias, como puede ser ver la televisión, leer o simplemente navegar por internet.
Si bien estos hobbies pueden enriquecernos culturalmente, lo cierto es que pasar tantas horas sentados puede traer graves consecuencias para nuestra salud. Según los expertos, este estilo de vida sedentario no solo está relacionado con el sobrepeso y la obesidad, sino que también dificulta nuestra capacidad para dormir correctamente y eleva el riesgo de sufrir dolencias musculares, problemas circulatorios y enfermedades cardiovasculares.
Los escritorios de pie, o standing desk, pueden ayudarnos a limitar nuestro nivel de sedentarismo. Gracias a su elevada altura, este tipo de mesas nos permiten desempeñar nuestras funciones de pie, lo que nos ayuda a mantener nuestro cuerpo activo.
Como consecuencia, gracias a este método de trabajo podemos mantener nuestro peso bajo control y reducir nuestro índice glucémico. Y es que, de acuerdo a varios estudios, cuando trabajamos de pie podemos llegar a quemar hasta 170 calorías y disminuir más de un 40% de nuestro nivel de azúcar en sangre.
Por si fuera poco, solo con el hecho de estar de pie podemos prevenir los dolores de espalda y cuello, ya que nos ayuda a conservar la curvatura natural de nuestra columna vertebral, evitando las malas posturas corporales y sus consecuencias. Además, reduce a la mitad el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca, frente a los trabajadores que pasan su jornada laboral sentados.
Mejora el rendimiento en el trabajo y la productividad
Los escritorios de pie también nos ayudan a alcanzar con mayor facilidad el número de 10.000 pasos diarios recomendados por la OMS para llevar una vida activa. Pero más allá de sus múltiples beneficios para nuestra salud física, este tipo de muebles pueden ayudarnos a mejorar nuestras funciones en el trabajo.
Mantenerse de pie o en movimiento activa nuestro metabolismo, lo que a su vez aumenta la cantidad de oxígeno que recibe nuestro cerebro y estimula sus funciones cognitivas y conexiones neurales.
Esto nos permite encontrar soluciones a los problemas con mayor facilidad y ver las cosas desde otra perspectiva, algo que, sin duda, nos vendrá bien en esos días de trabajo en el que las cosas, simplemente, parecen no salir adelante. Como resultado, podemos aumentar nuestra productividad y mejorar nuestro rendimiento laboral para disfrutar de una jornada más amena y relajada.