Confirman que el tipo de sangre influye en la gravedad del coronavirus: los grupos que deben tener más precaución

  • Un estudio confirma que el coronavirus se siente especialmente atraído por el antígeno del grupo sanguíneo A

  • El tipo de sangre no es el único factor que determina la gravedad de la enfermedad

  • ¿Si no soy del grupo A no tengo riesgo?

A una semana de cumplir el primer aniversario del confinamiento que nos tuvo en casa durante tres largos meses, los investigadores siguen trabajando sin descanso para entender un virus que parece que no seguir unos parámetros lineales. Todos los esfuerzos se centran ahora en intentar comprender los factores genéticos o de salud que influyen en que la infección sea más o menos grave. Un nuevo estudio del Hospital Brigham and Women's (EE.UU.), publicado en la revista Blood Advances, asegura que el grupo sanguíneo A facilita la infección por covid-19 y también está relacionado con cuadros más graves de la enfermedad. Te explicamos por qué existe esta relación, a qué aparato afecta más y qué otros grupos pueden ser más propensos.

¿Cómo funciona el virus y por qué le gusta tanto el tipo A?

La infección por covid se produce por la adherencia de una proteína, denominada RBD, que hay en la superficie del virus, a las células. Sin embargo, esta unión no se hace igual, según explica el estudio, con los antígenos de todos los grupos sanguíneos. Se ha observado que existe una preferencia clara por las células de la garganta y los pulmones de aquellas personas del grupo A. De esta forma, la investigación proporciona la primera asociación directa entre el virus y la sangre. "Si los pacientes tienen más probabilidades de contraer el virus debido a que expresan el grupo sanguíneo A, es posible que también sean más propensos a ser infectados por más viriones del SARS-CoV-2, lo que se ha asociado con una progresión más grave de la enfermedad", explica Sean R. Stowell, de la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.)

Esta relación, pese a ser reveladora, no es nada esperanzadora porque, como aseguran los expertos, el tipo de sangre se hereda y no es algo que se pueda cambiar, sin embargo sirve para comprender mejor cómo interactúa el virus con los grupos sanguíneos de las personas y así intentar encontrar nuevos medicamentos o métodos de prevención eficaz. "Es interesante que el RBD viral solo realmente prefiera el tipo de antígenos del grupo sanguíneo A que se encuentran en las células respiratorias, que presumiblemente es la forma en que el virus ingresa a la mayoría de los pacientes y los infecta", añade el investigador.

Entonces, ¿si no soy del grupo A no tengo riesgo?

No tan rápido. Estos hallazgos no son capaces de predecir por sí solos cómo el covid afecta a uno y otros pacientes, ya que, además, entran en juego otros parámetros como la historia clínica, la edad o la respuesta inmunitaria. "Nuestra observación no es el único mecanismo responsable de lo que estamos viendo clínicamente, pero podría explicar parte de la influencia del tipo de sangre en la infección por COVID-19".

Pese a que contagiarse de covid puede suceder en cualquier etapa de la vida, las investigaciones muestran que tampoco afecta igual a las personas sanas que a aquellas que tienen alguna enfermedad previa o son mayores de 65 años, en ese caso se considera colectivo de riesgo y el peligro es mayor. Lo mismo ocurre con el peso. La solidez de las pruebas científicas demuestra que existe relación entre padecer obesidad y tener síntomas graves una vez que ya contraes el coronavirus.

Por otro lado, las personas que padecen enfermedades pulmonares crónicas, es decir, que no tienen cura, son las que más riesgo tienen de desarrollar síntomas muy graves si se contagian de coronavirus, hablamos, por ejemplo, de la EPOC, la bronquitis crónica o la fibrosis pulmonar.

Un papel clave lo juega también el corazón. La hipertensión arterial y las cardiopatías incrementan el riesgo de que la Covid-19 cause síntomas graves, afirma la OMS tras realizar un estudio en colaboración con la Federación Mundial del Corazón (WHF) y la Universidad de Newcastle, en Australia. El estudio apunta que, en Italia, el 67% de las personas que fallecen a causa de coronavirus tiene la tensión arterial elevada. Y en España, el 43% de las personas que desarrollaron la Covid-19 padecen cardiopatías.