El guitarrista de Oasis anuncia que padece cáncer de amígdalas: síntomas y tratamiento

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Paul Arthurs interrumpe su gira con Liam Gallagher
  • Me han diagnosticado un cáncer de amígdalas, pero lo bueno es que pronto empezaré un tratamiento"

  • El VPH es uno de los principales causantes de esta afección

  • Tras el tratamiento suele ser necesaria rehabilitación para recuperar la capacidad de comer, hablar y tragar

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Paul 'Bonehead' Arthurs, el que fue guitarrista del grupo británico de rock Oasis, ha anunciado su retirada provisional de los escenarios para recibir tratamiento por un cáncer de amígdalas. Hasta ahora, el músico de 56 años estaba de gira con Liam Gallagher y lamenta profundamente perderse los conciertos. "Me han diagnosticado un cáncer de amígdalas, pero lo bueno es que pronto empezaré un tratamiento. Los mantendré informados sobre cómo va todo", explicaba en sus redes sociales. Te contamos qué síntomas tiene este tumor y cómo se trata.

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Síntomas de este cáncer

El cáncer de amígdalas se produce debido a un crecimiento anormal de las células en las amígdalas, dos almohadillas ubicadas en la parte posterior de la boca y que ayudan a combatir los gérmenes. Por el momento, no se sabe muy bien qué lo causa, pero los médicos apuntan que el virus del papiloma humano puede ser uno de los posibles desencadenantes, es más, en Estados Unidos, donde se han realizado una gran cantidad de estudios al respecto, es el principal desencadenante de esta afección. Otros dos factores de riesgo con el tabaco y el alcohol.

El primer síntoma que manifiesta es la dificultad para tragar y la sensación de tener algo atascado en la garganta. También produce hinchazón y dolor en el cuello, dolor de oído e, incluso, rigidez de la mandíbula. Todos estos síntomas son compatibles con una amigdalitis o unas 'anginas' y de ahí que muchas veces el diagnóstico de la enfermedad se produce cuando ya se ha extendido a zonas cercanas como los ganglios linfáticos del cuello.

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Las tres fases del tratamiento

Dependiendo de cada caso, las opciones varían, pero suelen incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia. La operación suele darse en todos los estadios de la enfermedad y se lleva a cabo a través de la boca. En función del tamaño, "puede ser necesario hacer una incisión grande en el cuello para extirpar los cánceres grandes y aquellos que se han diseminado a los ganglios linfáticos", explican desde Mayo Clinic.

Tras la intervención, una cirugía reconstructiva y rehabilitación pueden ser necesarias para recuperar la capacidad de comer, hablar y tragar. Tras esto, llega el momento de la radioterapia "que puede usarse sola para tratar cánceres pequeños que no se extendieron más allá de las amígdalas, o después de la cirugía si el cáncer no puede extirpar por completo o si hay riesgo de que se haya propagado a los ganglios linfáticos", apuntan.

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La quimioterapia suele ser la tercera pata de este tratamiento que se utiliza para destruir las células cancerosas. En el caso de este tipo de cáncer suele combinarse con la radioterapia, antes o después de la intervención.