¿Por qué quitarse los zapatos al entrar en casa es la opción más saludable?

  • Escherichia coli, Klebsiella, Enterobacter y Serratia son algunas bacterias que se han encontrado en la suela del calzado

  • Al caminar con los zapatos sucios se adhieren al suelo o a la alfombra restos de químicos y toxinas

  • En China o Japón dejarse los zapatos puestos en una casa se considera una falta grave de respeto

Andamos pisando charcos, aceras con restos de poda y otras cosas, paseamos por el parque, entramos en un supermercado, en un centro de salud… y llegamos a casa. ¿Te descalzas o vas de la cocina al salón pasando por la alfombra con las botas puestas? En Uppers queremos explicarte porqué se quitan los zapatos antes de entrar a una casa en la mayoría de países asiáticos y porqué en España muchos hemos empezado a hacerlo con la irrupción de la covid-19.

Tampoco es que descalzarse sea una obligación, pero debes saber que a través de unos zapatos entra en el hogar todo tipo de suciedad y microorganismos que podrían contaminarlo. Tal vez sea mejor que te sumes a la moda. Es realmente interesante saber de dónde viene la tradición de quitarse los zapatos antes de entrar en casa y cómo la investigación también ha demostrado que esta costumbre es la opción más saludable.

Bacterias en la suela del zapato

Charles Gerba es un microbiólogo y profesor de la Universidad de Arizona que ha llevado a cabo un estudio sobre los gérmenes que se adhieren a los zapatos junto a The Rockport ® Company, una empresa americana que diseña y fabrica calzado.

Como era de esperar, este microbiólogo ha encontrado 421.000 unidades de bacterias en la suela y el exterior, y otras 2.887 en el interior. Entre todas ellas destaca la Escherichia coli (E. coli), que normalmente vive en los intestinos de las personas y de los animales sanos. La mayoría no genera problemas, pero algunas causan enfermedades y diarrea. La más peligrosa de las E. coli provoca una diarrea hemorrágica e incluso en ocasiones insuficiencia renal y hasta la muerte en adultos y niños cuyo sistema inmunitario está debilitado.

Se supone que nadie va a chupar las suelas de los zapatos, pero mejor evitar pisar el suelo de casa. La E. coli se puede adherir a ellos al estar en contacto con materia fecal de un baño público o de los animales al aire libre.

Otras bacterias que Gerba ha hallado fueron la Klebsiella, la Enterobacter y la Serratia, causantes de infecciones urinarias o del aparato respiratorio. Normalmente estas bacterias afectan a pacientes que se encuentran ingresados en hospitales o centros sanitarios por largas temporadas.

Lo que la citada compañía de zapatos quería demostrar era, por un lado, la utilidad de usar calzado lavable y, por otro, que es posible contaminar los espacios limpios de una casa a través de la pisada.

Toxinas, químicos y suciedad

Dejando a un lado este estudio, también se asegura que a través de los zapatos introducimos en casa un gran porcentaje de toxinas. Se estima que el 98% del polvo metálico presente en el hogar ha llegado así de la calle. Al igual que pueden alojarse en nuestra alfombra químicos, como los herbicidas de un parque, residuos de aceites de un taller mecánico o gasolina tras haber pasado por la estación de servicio.

Además de todo ello, en la suela se quedan pegados restos de tierra, arena, barro, pelo… que podemos meter en casa.

Con la decisión de quitarnos los zapatos en la entrada o en el porche mantendremos el hogar libre de toxinas, químicos, bacterias y suciedad. Otro motivo es que eliminaremos los malos olores por hongos que genera el sudor de los pies. El calzado también se airea para el día siguiente. Aunque, la razón con mayor peso está en si hay bebés en casa que gatean y se lo llevan todo a la boca; les evitaremos el riesgo de comer lo que no deben y enfermar.

Descalzarse: tradición y cultura

En las culturas antiguas africanas, asiáticas y europeas, así como la cabeza se asociaba al alma, los pies estaban ligados a las impurezas. Ante los reyes, los súbditos debían descalzarse y más si eran trabajadores que podían “ensuciar” al resto por estar en contacto con la tierra.

Por otra parte, en muchas religiones el estar descalzo es un símbolo de humildad. Los musulmanes se lavan los pies antes de rezar y lo hacen sin zapatos. En la religión cristiana algunas de las penitencias suponen andar descalzo. Los budistas relacionan la suciedad y el polvo con los mortales y la pureza y la limpieza con los dioses. Por ello, es obligatorio dejar el calzado en la entrada de los templos para no pisar el suelo sagrado.

De China, donde más arraigada estaba la costumbre de entrar descalzo en las viviendas, se transmitió a países como Japón, Vietnam o Myanmar. Actualmente, dejarse los zapatos puestos, más si somos los invitados, se sigue considerando una falta de respeto grave.

Las construcciones tradicionales chinas eran de planta cuadrada con estancias ubicadas alrededor de un patio. El suelo de los interiores era de tatami, unas esteras modulares que además se empleaban para dormir y para comer, con lo cual se intentaba que no se ensuciaran con el barro y la tierra del exterior. A la entrada de las habitaciones se dejaba el calzado sucio y se ponían unas zapatillas para los interiores o andaban descalzos. Esta costumbre, aunque se hayan modernizado las construcciones, ha permanecido y se cumple a rajatabla incluso en oficinas o colegios.