Fatiga, dolor abdominal y otros síntomas que alertan de que el hígado necesita desintoxicarse

  • Una acumulación de tóxicos en el hígado puede hacer que deje de funcionar correctamente

  • Mientras unos síntomas son más comunes, otros son más característicos de un problema hepático

El hígado es, según la Asociación Española Contra el Cáncer, el órgano interno más grande que hay en nuestro cuerpo y también uno de los más importantes por las funciones que desempeña para el mantenimiento de nuestro organismo. Entre todas ellas está la de metabolizar y transformar los nutrientes absorbidos por el intestino y almacenarlos, producir la bilis, que favorece a absorción de algunos componentes como las grasas, o metabolizar sustancias como el alcohol, los medicamentos u otros productos tóxicos para poder ser eliminados por el cuerpo. En ocasiones, el hígado puede verse saturado de las toxinas que producen estos productos, por lo que sería necesario hacer una purificación para desintoxicarlo.

Cómo evitar la intoxicación

Antes de llegar a tal punto, lo mejor es prevenir que el hígado se vea intoxicado por esas sustancias, ya que con ellos se podría evitar padecer patologías relacionadas con el órgano, como el cáncer de hígado.

Para ello, la dieta es fundamental, empezando por lo más dañino para el hígado: el alcohol. Un consumo excesivo de bebidas alcohólicas es un factor de riesgo para el hígado en todas sus vertientes y que debe reducirse, así como adquirir otros hábitos saludables como el abandono del tabaco o el ejercicio físico para mantener un peso adecuado junto a una alimentación saludable en la que no haya una gran presencia de productos ultraprocesados. Cuidado también con el exceso del consumo de medicamentos.

Estos simples consejos pueden ayudar a mantener el hígado sano, lo que no quiere decir que se esté libre de que el órgano necesite una desintoxicación o purificación. Para ello, introducir algunos alimentos son clave para eliminar los tóxicos del hígado y mantenerlo en buen estado. Entre ellos están los cítricos, ya que tienen un efecto limpieza en el hígado, en especial los limones y las limas. El té verde también ayuda a su limpieza gracias a sus funciones antioxidantes, así como la cúrcuma, que favorece la producción de la bilis. El ajo es un producto que ayuda a la eliminación de toxinas y algunas hortalizas, como el brócoli, hacen una función similar.

Los síntomas más visibles

Pero ahora viene la pregunta más complicada: ¿cómo saber si mi hígado está intoxicado? Algunos síntomas son más comunes, pero otros pueden servir como alerta de esa posible intoxicación.

  • Problemas estomacales: el sentir gases diariamente, con digestiones pesadas que se acompañan de dolores e hinchazón en el abdomen pueden ser uno de los primeros síntomas de que el hígado no está funcionando correctamente. Además, a ello se le puede sumar cambios en el color de la orina y las heces, con tonalidades más claras y pálidas que podrían aparecer con pequeños restos de sangre.
  • Alteraciones en la piel: la sensación de picor continuo en la piel junto con molestias, si es un problema recurrente puede ser debido al mal estado del hígado. Aún así, el síntoma más visible en la piel es la ictericia por el color amarillento que coge la piel debido a los altos niveles de bilirrubina al no poder ser eliminada por completo.
  • La fatiga: el cansancio o malestar es normal debido a que el hígado está trabajando más de la cuenta, restándonos parte de nuestra energía y que puede llevar a provocar alteraciones en el sueño.

¿Cómo desintoxicarlo?

Deshacerse de los tóxicos lleva su trabajo. Más allá de, por supuesto, acudir al médico y seguir su tratamiento o consejos, algunos alimentos ayudan a purificar el hígado y que su funcionamiento vuelva a ser el mismo de antes.

Como ya te hemos expuesto algunos alimentos que ayudan a prevenir el hígado intoxicado, el té verde también ayuda a depurar la sustancias tóxicas, así como los zumos de cítricos, que también favorecen la eliminación de grasas acumuladas. A estos se les suma un licuado de manzana gracias a su efecto depurativo.

Además de estas bebidas, las verduras de hoja verde, los espárragos o las zanahorias también ayudan a la limpieza del hígado, al igual que muchas frutas y algunos frutos secos como las nueces. En definitiva, una dieta equilibrada en la que las frutas y los vegetales deben tener una gran presencia diaria.

La intoxicación del hígado puede acarrear en un futuro patologías más graves como el cáncer de hígado. Por eso mismo, adquirir hábitos saludables es la mejor forma de prevenirlo. Y si se padece una intoxicación, acudir al médico es lo ideal, así como tomar medidas tanto en la rutina diaria como en la alimentación para el buen funcionamiento del órgano.