¿Qué nos pasa si comemos y cenamos lo mismo?

Todos sabemos lo importante que es llevar una dieta variada para mantener un estilo de vida saludable. Pero también conocemos bien eso de aprovechar lo que hay en la nevera para no desperdiciar comida y ahorrarnos alguna hora extra en la cocina.

Según los nutricionista, cenar lo mismo que hemos comido de forma ocasional no es un problema, siempre y cuando respetemos algunsa pautas. ¿La más importante? Si una semana comemos dos veces el mismo alimento en el mismo día, lo mejor sería no repetir el patrón la semana siguiente y variar la dieta de esa semana.

El plato de Harvard

Para muchos expertos, lo que se conoce como el plato de Harvard, con una cantidad de nutrientes adaptados a las necesidades de cada uno, sería lo más adecuado desde el punto de vista nutricional.

Para los expertos de la universidad americana, se trata de un plato para comer saludable, creado en la escuela de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, que sirve de guía para saber qué tipo de alimentos debemos consumir en cada ingesta, independientemente de las circunstancias, ya sea en una comida de negocios o en la tartera que llevamos al trabajo.

Con el objeteivo de que las comidas sean completas y equilibradas, la mitad del plato incluiría verduras y hortalizas (crudas y cocidas). De la otra mitad del plato contendría una mitad de arroz, pasta, legumbres o tubérculos (hidratos de carbono complejos) y la otra parte con proteínas de calidad; es decir, carne, pescado, marisco o huevos.

En cuanto a grasas, también de buena calidad, priorizando el aceite de oliva virgen extra. La legumbre, para los expertos de Harvard, aporta proteínas vegetales, hidratos de carbono y fibra. Se trata, por tanto, de un alimento muy completo al que apenas necesitamos complementar con nada más.

¿Y la digestión?

En el plato de Harvard es fundamental saber combinar los alimentos. En el caso de las proteínas, por ejemplo, no hay que mezclar las de la carne con las del pescado. En el caso de las verduras, si añadimos semillas, ya oleaginosas, es mejor no aliñar con aceite de oliva, sino, por ejemplo, con limón.

Combinar bien los alimentos no solo nos permite mejorar la digestión, sino también asimilar mejor los nutrientes. El sistema digestivo necesita menos energía y el resultado es que el organismo puede centrarse en otras funciones como reparar células y depurar el cuerpo. Además, como consecuencia, es probable que paremos la inflamación y perdamos peso.

Este ahorro de energía incluso repercute en el estado de ánimo: nos sentimos más ligeros y menos cansados tras cada comida, ganando mucha más vitalidad.