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¿Qué es la felicidad? Es una pregunta que todos nos hemos formulado alguna vez en la vida y seguramente nos hagamos más veces a lo largo de ella. Según la Real Academia Española de la lengua la felicidad es un “estado de grata satisfacción espiritual y física”. Profundizando un poco más y analizando lo que los expertos han comentado con el paso de los años, se puede definir la felicidad como el estado emocional de una persona feliz. Una sensación de bienestar y realización que experimentamos cuando alcanzamos nuestras metas, deseos y propósitos. Un momento duradero de satisfacción, donde no hay necesidades que apremien, ni sufrimientos que atormenten.
Muchas son las personas mayores que aseguran que su juventud fue una época de felicidad máxima y pleno esplendor, otras piensan que la madurez fue su momento más pleno, mientras que otras aseguran que la jubilación es su mejor momento. Las opiniones sobre este tema son tan variadas como personas hay en el mundo, esto se debe a que la felicidad humana es subjetiva y puede depender de distintos factores, como la salud, calidad de vida, salud mental, etc.
En ese sentido la Universidad de Harvard ha llevado a cabo un estudio para determinar en qué etapa de la vida se encuentra la felicidad. Los resultados obtenidos son muy útiles para ayudarnos a entender mejor el tipo de sociedad que tenemos. Se trata de un estudio que comenzó en 1938 llamado “El estudio de desarrollo de los adultos” y fue publicado en el libro 'The Good Life', dirigido por el psiquiatra Robert Waldinger y el psicólogo Marc Schulz.
El estudio asegura que todo el mundo puede hacer cambios positivos en su vida y lo que nos garantiza una “vida feliz” es la calidad de las relaciones. Los resultados de la investigación mencionan qué aspectos de nuestra vida son importantes para alcanzar ese grado de bienestar que entendemos por felicidad. Se analizaron varios parámetros de dos generaciones de individuos de las mismas familias de Estados Unidos. Por medio de entrevistas personales durante todos estos años, analíticas, análisis de salud tanto física y mental se han sacado las conclusiones del estudio.
Tanto el psiquiatra Robert Waldinger como Marc Schulz aseguran que la predisposición natural o el lugar en donde crecimos no determinan nuestro destino, sino que depende más de vivir rodeado de relaciones cariñosas.
De acuerdo con los resultados del estudio, en la búsqueda de la felicidad, el dinero no es un pilar fundamental, si lo son las relaciones personales positivas que los humanos generamos con otras personas. Esto significa que rodearse de relaciones cariñosas protege nuestro cuerpo y mente.
De esta manera, los investigadores comprobaron que aquellas personas de 50 años que tenían conexiones o lazos sociales fuertes llegaban de mejor manera a los 80 en comparación con aquellos que no los tenían.
En ese sentido los expertos analizaron cada aspecto de la vida mediante entrevistas personales y llegaron a la conclusión de que a partir de los 60 años los humanos son más felices. “Creemos que es porque tenemos el sentido de los límites de la vida y de que la muerte es algo real, y eso nos hace más felices porque cambiamos nuestras vidas. Además, nos quitamos obligaciones de encima, amistades que no nos hacen felices o reuniones que no nos gustan”, asegura Waldinger.
Igualmente, indicaron que estos resultados se deben a que, a esa edad, el cerebro da más importancia a lo positivo que a lo negativo, priorizando lo que les brinda más felicidad, sabiduría y atención a las relaciones interpersonales. De hecho, la calidad de las relaciones personales es un factor importante para una buena vida.
Además, los investigadores sostienen que la soledad no deseada es perjudicial para la felicidad y la salud, ya que las enfermedades relacionadas con la edad pueden manifestarse de forma más temprana y grave cuando se vive solo.