Los cinco beneficios de tener más de 50 (la mejor época de tu vida)

  • Los 50 son 50 esplendorosos años; para muchos, la mejor época de la vida. Te contamos por qué

  • A esa edad, se sabe diferenciar lo importante de lo urgente, lo que otorga una gran serenidad

  • A los 50, tenemos claro que no hay tiempo que perder y que tampoco hay que malgastarlo

No son los nuevos 30. Los 50 son 50 esplendorosos años; para muchos, la mejor época de la vida. Con un poco de suerte, en torno al medio siglo ya se tiene un entorno estable, cierta capacidad económica y un buen arsenal de sabiduría. Pero, además, hay otros cambios en la manera en cómo abordamos los nuevos retos que nos permiten decir que cumplir más de 50 es un privilegio. Vayamos uno por uno.

Disfrutas del tiempo

A los 50, tenemos claro que no hay tiempo que perder. Tampoco hay que malgastarlo. En ese sentido, la madurez nos hace mucho más cuidadoso con quién y a quiénes dedicamos nuestros días. También sabemo que para disfrutar del tiempo, es necesario estar bien, cuidarse y cuidar. Sin tantas obligaciones como en los años previos, el estilo de vida cobra una gran importancia.

Eres más asertivo

En la juventud somos más tímidos y nos cuesta más expresar nuestras necesidades. Pensamos demasiado en las expectativas ajenas por miedo a ser rechazados del grupo. Con la edad, somos más conscientes de lo que queremos, de lo que nos importa menos y, sobr todo, de nuestras prioridades. No hay lugar para el famoso 'quedar bien'. Ello no implica no ser respetuosos con los demás. Simplemente, de manera educada, sabemos poner límites. Es lo que se conoce como asertividad.

Te muestras empático

Puede ser por la experiencia adquirida o por el aprendizaje de los años, pero a partir de los 50, es más fácil comprenderse y comprender a los demás. La responsable del milagro se llama empatía, la capacidad de ponerse en la piel del otro. No es casual que esta habilidad se desarrolle más en la segunda parte de la vida. En el budismo, los primeros 50 años están dedicados a aprender y los últimos 50, a devolver lo aprendido. Pero para eso, antes, es necesario conocer las emociones y necesidades de los demás.

Vives el momento

La pandemia hizo que pusiéramos en valor muchos aspectos de la vida que dábamos por descontados. También fue el momento de darnos cuenta de lo vulnerables que somos. Ser conscientes de esa fragilidad hace que podamos celebrar el simple hecho de estar vivos y de tratar de exprimir la vida en una nueva reformulación del carpe diem: disfrutar de cada día como si fuera un bien escaso.

Apuestas por la serenidad

Pasados los 50, sabemos diferenciar lo importante de lo urgente. Y dentro de lo importante, lo que sí está en nuestra mano cambiar o no. Esa es una de las claves de la serenidad: tener la mirada larga, sabiendo que no siempre hay que intervenir porque cada momento tiene su afán y cada persona, sus motivos.

La serenidad es otra poderosa herramienta para vivir una vida bien vivida. Si la misma persona es distinta cada día, ¿cómo no va a serlo la vida? En ese cambio incesante estamos todos como el río de Heráclito, el filósofo griego que habló de la existencia como de un río que siempre es el mismo y siempre cambia. ¿Y qué mejor manera de disfrutar del río de la vida desde una mirada serena?