Sin salir de casa por miedo al rebrote: claves para superar el bloqueo sin perder la seguridad contra el virus

  • Si el mundo exterior representa para ti la peor de las amenazas, es que la ansiedad y el miedo al contagio te han hecho su presa. Los psicólogos Ricardo Pascual y Paloma Rodríguez explican la diferencia entre la precaución prudente y la patológica

  • Pautas de experto para superar la ansiedad en la Nueva Normalidad

Hemos incorporado a nuestra rutina la mascarilla, el gel desinfenctante y el saludo del codo mientras avanzamos hacia la Nueva Normalidad. Nadie sabe muy bien en qué consistirá la era post coronavirus. Lo que sí sabemos es que hasta que se descubra la vacuna, seguimos expuestos al Covid 19 y que la higiene de manos, las mascarillas y la distancia social seguirán acompañándonos.

En España, la incidencia de la pandemia es menor que hace unos meses, pero lo cierto es que al tener que mantener estas pautas, algunas personas pueden tener la sensación de que nada ha cambiado. Todos conocemos a alguien que decide seguir quedándose en casa como en el confinamiento más extremo o tenemos amigos a los que aún no hemos conseguido ver fuera de la pantalla del móvil. ¿Pueden estar desarrollando otros trastornos, como la ansiedad o la depresión, tanto o más peligroso que el propio virus?

Entre la prudencia y la patología

"En este momento, permanecer en la medida de lo posible en casa sigue siendo lo que recomiendan las autoridades sanitarias, y lo que las campañas municipales siguen proponiendo en marquesinas y carteles. El que algunas personas prefieran plegarse a esas indicaciones en lugar de apresurarse a recuperar lo que consideramos en retrospectiva la 'normalidad' es una simple continuación de un comportamiento de seguimiento de instrucciones que, por suerte, se ha dado con alto seguimiento en España. Dependiendo de las circunstancias personales de cada uno, será más o menos probable que se sigan esas instrucciones y esas llamadas a la cautela", explica Ricardo Pascual, profesor de Psicología de la Universidad Europea.

Para este experto, es importante saber diferenciar entre personas que están siendo estrictas al aplicar las medidas anti-contagio y las que pueden estar desarrollando un tipo de patología emocional. "En esta situación, un cierto grado de evitación de las situaciones de riesgo de contagio no solo no es desadaptativo, sino que es recomendable. Al fin y al cabo, no estamos hablando de una situación en la que la percepción de riesgo sea irracional: existe un riesgo real y objetivo. La importancia o intensidad de este riesgo es otro asunto, y obviamente es importante seguir las instrucciones de las autoridades sanitarias. Sin embargo, una vez el riesgo se reduzca -y esta es la parte clave- es importante irse enfrentando a situaciones que, lógicamente, nos pueden haber acabado generando algo de rechazo o miedo, como son las aglomeraciones o las reuniones".

Cuando algo de miedo es saludable

Tenemos, pues, la clave: ¿cómo nos sentimos al enfrentarnos a las situaciones de mayor riesgo? Para responder a esta pregunta, hemos hablado con Paloma Rodríguez, psicóloga y coach. "Tras varios meses de confinamiento, bombardeo de noticias, incertidumbre constante y pérdidas sin poder despedirte de tus seres queridos, es absolutamente normal sentir cierto temor y cierta ansiedad. Incluso podemos decir que es bueno y saludable, ya que ese miedo nos hará tener presentes los peligros y estar más alertas y conscientes al contagio", explica para añadir: "tanto el confinamiento como salir de él supone un cambio en nuestras vidas, y por lo tanto nos obliga a salir de nuestra zona de confort, y aunque sea para mejorar nuestra situación, debemos saber que todo cambio genera estrés y ansiedad y exige un periodo de adaptación".

Desde este punto de vista, tener miedo a salir después de tanto tiempo en la seguridad de nuestro hogar es esperable. Sin embargo, en opinión de esta psicóloga, "Si esta ansiedad nos lleva a un miedo paralizante que nos impide salir de casa, debemos empezar a pensar en hacer cosas nuevas y tomar el control de la situación para no entrar en un proceso autodestructivo".

Señales de alarma

Si la prevención es necesaria y cierta precaución también, ¿en qué punto empezamos a rozar lo patológico? "Si tenemos pensamientos intrusivos que nos impiden simplemente vivir nuestra vida como nos gustaría, hay que buscar ayuda profesional y no dejarse guiar por indicaciones generales", explica Ricardo Pascual.

Para Paloma Rodríguez hay indicios igualmente claros relacionados, sobre todo, con la ansiedad, el trastorno emocional más común de la era Covid. "La señal más clara es la parálisis, cuando queremos hacer algo pero somos incapaces de hacerlo porque nuestras emociones y pensamientos nos lo impiden. Cuando nuestros pensamientos y nuestras emociones interfieren y nos impiden volver a seguir con nuestra vida cotidiana o nos impiden volver a mantener nuestras relaciones sociales, ya no hablamos de una ansiedad normal. En este caso hablamos de un miedo paralizante que nos incapacita a seguir la vida tal y como nos gustaría".

Estrategias para superar los miedos

Tanto Paloma Rodríguez como Ricardo Pascual coinciden en que evitar situaciones que nos provocan ansiedad puede generar problemas a medio y largo plazo. Por eso, es fundamental superarlas. Cada caso es distinto y debe afrontarse de manera diferente, pero sí hay una serie de recomendaciones aconsejables para todos los pacientes. Estas son las más efectivas:

  • Recurre a las adaptaciones progresivas. En el caso de que produzca ansiedad salir de casa, habría que salir poco a poco: primero hasta la esquina, luego una vuelta a la manzana; más tarde, un paseo un poco más largo. Así hasta que puedan estar fuera de casa, con prudencia pero sin miedo.
  • Realiza actividades que te distraigan y llenen tu tiempo.
  • Normaliza el sentimiento de miedo. Es importante entender nuestras emociones y las reacciones que tenemos ante ellas y no interpretarlas como si fuéramos personas incapaces de afrontar cualquier crisis. Esto solo nos conduciría a un bucle de pensamientos negativos que agravaría la situación.
  • No te conviertas en tu peor enemigo. Cada persona necesita un tiempo distinto para asimilar y adaptar las nuevas circunstancias. Si superamos los pensamientos negativos que nos autodestruyen, llegará un momento que podremos vencer el miedo paralizante que produce la ansiedad.
  • Piensa en el presente. No dejes que los pensamientos te lleven a un futuro incierto y poco seguro.
  • Consume información de calidad. Es necesario estar informados, pero si no somos selectivos y estamos expuestos continuamente a estímulos negativos, intensificaremos el miedo. Por otro lado, debemos limitar la información que nos llega del exterior, ya que si nos estamos exponiendo constantemente a estímulos negativos, lo único que vamos a conseguir es intensificar nuestro sentimiento de miedo. Este punto es muy importante para el doctor Pascual: "generar mensajes de miedo y de aprensión constantemente puede llevar a agravar la situación de algunas personas y que otras se pregunten si están haciendo lo que deben o no, creando problemas donde no los hay".
  • Evita el aislamiento. Es primordial reanudar las actividades sociales, obviamente con todas las medidas de protección, pero debemos volver a conectar con las personas que son importantes para nosotros. Es más fácil superar los miedos junto a las personas que queremos.
  • Recurre a la ayuda profesional. Si tu ánimo no mejora con estos pequeños retos, acude a la psicoterapia.