Diez anécdotas de la cumbre de la OTAN que han hecho colapsar a los jefes de protocolo y seguridad

  • Erdogan pidiendo mesa para su séquito en un restaurante de moda, la nieta de Biden con chándal al conocer a Letizia o la broma de Macron sobre el retrato del Rey

  • Más allá de grandes acuerdos, la cumbre está dejando muchos momentos para la memoria

  • Te contamos la sorpresas fuera de agenda que te harán reír a carcajadas

Más allá de los grandes acuerdos que marcarán la estrategia geopolítica de los próximos diez años, la cumbre de la OTAN, que se está celebrando esta semana en Madrid, nos está dejando escenas de lo más variopintas. Los grandes líderes mundiales, por lo general, no han acudido solos a la cita, y han aprovechado para visitar la capital y hacer múltiples planes después de las reuniones. Te contamos cuáles han sido las anécdotas que han marcado y siguen marcando esta reunión, de la sudadera y alpargatas de la nieta de Biden hasta el posado Real (casi) sin Pedro Sánchez. 

Sudadera y alpargatas para ver a la Reina

De todos los eventos que enmarcan la cumbre, los encuentros de Jill Biden con la reina Letizia eran de los más esperados. Al tercero de ellos, la visita a un centro de refugiados ucranianos, la primera dama acudió a la cita acompañada de dos de sus nietas, Maisy y Finnegan. La primera sorprendió, como poco, a los asistentes con su look: sudadera y alpargatas, un estilismo un tanto atípico para este tipo de ocasiones, pese a que no se requería ningún tipo de etiqueta, su outfit desentonaba con el elegido tanto por su abuela como por su hermana. 

Concierto privado en la embajada estadounidense

Fuera de la agenda oficial, y con el gusto que tienen los norteamericanos para organizar fiestas, la primera dama Jill Biden no ha dudado en organizar un buen sarao con artistas de talla mundial. Alejandro Sanz, Pablo López, Carlos Vives y Rozalén, entre otros, acudieron a la cita, dejando totalmente epatados a los asistentes. El cantaor flamenco Israel Fernández también hizo gala de la música española y desató varios ‘olé’ entre los asistentes. 

Amazónico sin reserva para Erdogan

Amazónico es uno de los restaurantes de moda de la capital y, por lo tanto, uno de los más complicados para coger una mesa en el último minuto. Estaba previsto que Erdogan acudiera a la cena de bienvenida del Palacio Real, pero su reunión con la delegación de Finlandia y Suecia se prolongó más de lo esperado hasta que se firmó el histórico documento en el que levantaba el veto a ambas candidaturas, y hubo que buscar un plan B para tomar un tentempié. La delegación turca no había hecho ninguna reserva y, en torno a las 21.00 horas, se presentaron en el restaurante que colgaba el cartel de completo. Al final, estrenaron una terraza interior que no está abierta normalmente al público, donde colocaron dos mesas para ocho personas.

La complicidad de Biden y Felipe

Siguiendo con las anécdotas que han protagonizado los estadounidenses, los encuentros del rey con Biden han dejado unas cuantas. el monarca fue a recibir el avión presidencial a pie de pista y ambos se reencontraron con un caluroso saludo y entre risas. La buena sintonía se pudo sentir también en la cena de bienvenida en el Palacio Real, el norteamericano bromeó, esta vez ante los medios. "Dicen que somos como parientes pobres. Nos presentamos cuando nos invitan y nos quedamos más tiempo del que deberíamos. Tengan cuidado, que quizás no nos vayamos de aquí". "Algunos dicen que no hubiéramos sido un país independiente sin vosotros", añadió entre risas el presidente.

Macron al Rey: "¿Eres tú?"

Otro de los mandatarios que ha dejado alguno de los momentos más divertidos ha sido el francés Macron. Durante la recepción a los jefes de Estado y jefes de Gobierno de este martes, en el Salón del Trono del Palacio Real, el líder europeo se sorprendió al ver el cuadro de Antonio López, en el que parecía la familia Real. "¿Eres tú?", preguntó Macron al Rey, después de comentarlo con el presidente Sánchez.

Amor por las calles de Madrid

Antes de acudir dicho evento, el matrimonio decidió dar un paseo por el centro de Madrid, en concreto, por las inmediaciones del Teatro Real d y acudir caminando a la cita, para la sorpresa de los viandantes. No ha sido el único paseo que ha dado el matrimonio que, chaqueta al hombro, también disfrutaron de la plaza de Colón por la noche y se tomaron fotos con todo el que se acercó a saludarles. 

La bandera al revés de los anfitriones

La primera reunión de la OTAN atrajo todos los focos y no por el simple hecho en sí, sino porque la bandera estaba en el asiento de Pedro Sánchez, colocada al revés, con el escudo hacia abajo. Mostrar la bandera al revés está considerado, en muchos países, un desprecio penado por la ley, así como otras acciones denigratorias como pisarla, quemarla o ensuciarla. También es una forma de declarar rendición ante fuerza armada extranjera. El error fue solventado en el primer receso.

Foto oficial, ¿sin Pedro?

La de la bandera no ha sido la única anécdota protagonizada por Sánchez. El presidente del Gobierno casi se salta, por un despiste, el posado con los reyes en la cena de Bienvenida organizada en el Palacio Real. Menos mal que la reina Letizia estuvo rápida y avisó con urgencia al líder del Ejecutivo para que no se fuera. Por cierto, es la primera vez que el Palacio Real, sede de múltiples recepciones de mandatarios, ha acogido a 31 jefes de Estado y de Gobierno que se han fotografiado juntos.

Viktor Orbán y su lugar en la mesa

Otra de las imágenes más impactantes que nos ha dejado la cumbre de la OTAN en Madrid se produjo precisamente en esa misma cena. El protocolo provocó que el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, un homófobo reconocido en toda Europa, tanto es así que hace un año prohibió que en los coles del país se hable de LGTBI, se sentara junto al marido del primer ministro de Luxemburgo. 

Boris Jonhson, más interesado en el arte que en la gastronomía

La cena que cerraba el primer día de cumbre se realizó en el museo del Prado. La espectacularidad de las obras de arte llamó la atención del 'premier' británico, Boris Johnson, que se perdió por la pinacoteca antes del inicio de la cena para observar los cuadros. La velada estuvo, por cierto, amenizada por la Orquesta Sinfónica de Kiev: un gesto simbólico de apoyo a Ucrania ante la invasión que sufre por parte de Rusia.